La harina de centeno sirve para alguna cosilla más que para hacer pan -que es un uso magnífico, no tenemos nada en contra-, pero, oye, que si queremos aportar algo de variedad a la insipidez de nuestras vidas podemos meterla en unas creps, que son un alimento riquísimo tanto en versión salada como dulce. Unas crepes de harina de centeno tienen un aspecto parecido al de las de harina de trigo habituales, pero un sabor distinto e interesante.
La receta de las crepes es sencilla: consta de harina, huevos, leche y una grasa, mantequilla o aceite, en proporciones variables. Como decía nuestra compañera Ana Vega en la receta de las crepes Suzette, hacer crepes es mucho más fácil de lo que piensas y no hace falta tener una crepera o sartén especial para elaborarlas. Tan solo un poco de maña para que salgan finas y uniformes. Si lo necesitas, usa un plato para darles la vuelta, como harías con una tortilla de patatas.
En general, prefiero no agregar azúcar a la masa de las crepes porque así las puedes rellenar tanto con dulce como con salado, según te dé la ventolera. La fórmula la he tuneado de la amiga Liliana de Albahaca y Canela, aunque empleando harina integral de centeno al 100%. La harina de centeno tiene menos gluten que la de trigo y ambas tienen distintas características, por lo que en principio las crepes que se obtienen son más frágiles. Al igual que ocurre con las crepes del norte de Francia elaboradas con trigo sarraceno, la masa cocida adquiere algo menos de cohesión que una masa de trigo; hay que cuajar perfectamente bien las crepes por la primera cara, hasta que esté bastante tostadita, para asegurarnos de que no se desbaraten al darles la vuelta. Te aconsejo que no uses un tamaño de sartén mayor de 20 centímetros, sobre todo si no tienes mucha práctica crepera.
Dificultad
La de conseguir la consistencia adecuada de la masa en crudo para que la crepe quede fina y estupenda, cuestión de práctica. Pero se pilla enseguida.
Ingredientes
Para unas 8 crepes de 20 cm
- 120 g de harina de centeno integral (si empleas harina de centeno blanca, necesitarás algo menos de leche, porque la fibra absorbe más agua)
- ½ cucharadita de sal
- 2 huevos grandes a temperatura ambiente
- 300 ml de leche entera a temperatura ambiente
- 25 g de mantequilla derretida
- Algo de mantequilla adicional para pintar la sartén
Preparación
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Pesar y medir todos los ingredientes pesables y medibles.
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Derretir la mantequilla y mezclarlo todo en un bol con unas varillas o en un robot hasta que no queden grumos. Pasar esta papilla a una jarra, taparla y dejarla reposar una hora en la nevera para que la harina se hidrate bien.
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A la hora de cuajar las crepes, poner a calentar a fuego medio una sartén antiadherente de 20 cm, mejor que no sea muy profunda.
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Remover la papilla de masa cruda para homogeneizarla.
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Poner en la sartén un poquito de mantequilla y extenderla por toda la superficie con un papel de cocina o un pincel de silicona cuando se derrita.
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Cuando la sartén este bien caliente, verter con la jarra el equivalente a un cucharón en el centro de la sartén y girarla rápidamente para que la masa recubra todo el fondo. Si la masa no está suficientemente fluida como para cubrir el fondo de la sartén en este vaivén, o queda demasiado gruesa, añadir algo de leche o agua a la masa y mezclar antes de cuajar la siguiente crepe.
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No pasa nada por tener que tirar la primera crepe porque se rompa o salga mal; se da en las mejores familias.
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Cuajar la crepe perfectamente por esta primera cara, hasta que esté bien tostadita (levantar la crepe con cuidado por el lateral para verlo), introducir una espátula o paleta larga por debajo de la crepe y voltearla con un movimiento rápido para cocinar la segunda cara (o, como decíamos en la introducción, usa un plato para voltear la crepe como si fuera una tortilla de patata).
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Tostar la segunda cara al gusto, sacar la crepe a un plato y tapar con un paño para que no se enfríe.
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Proceder de igual manera con el resto de la masa hasta acabarla, apilando las crepes en el plato (no se pegan unas a otras).
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Servir las crepes de harina de centeno con acompañamientos dulces o salados, como más te guste, con mermeladas, compotas, crema pastelera, chocolate o nata, o con queso fundido, un huevo a la plancha, jamón o lo que te apetezca.
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