Chanel ya tiene diseñador: el belga Matthieu Blazy | Moda | S Moda



Seis largos meses han pasado desde la salida de Virginie Viard de la casa francesa. Seis meses en los que las especulaciones no han parado de sucederse: el rumor de que su sucesor sería Hedi Slimane cobró fuerza en otoño, cuando el diseñador abandonó Celine, pero hace un mes se coló un nombre inesperado en las quinielas: Matthieu Blazy, quien fuera hasta hoy fue director artístico de Bottega Veneta y uno de los creativos más venerados de la moda reciente. Fuentes internas del sector apuntaban a que los Wertheimer, dueños de Chanel, habían contactado con buena parte de los grandes nombres del diseño: Jacquemus, Hedi, John Galliano… pero finalmente era Blazy el que había pasado el exigente corte de la enseña.

Lo cierto es que, pese a ser una figura respetada en este mercado, el nombre de Matthieu Blazy era prácticamente desconocido para muchos hasta que en 2021 se le encomendó la difícil tarea de suceder a Daniel Lee en Bottega Veneta, con quien la enseña italiana alcanzó cotas de viralidad y listas de espera en las tiendas. Blazy, sin embargo, le dio un aire nuevo y completamente innovador: con la artesanía y el cuero en el centro, el belga supo crear piezas experimentales que jugaban a recrear punto, franela o incluso plástico a partir de la napa y que dejaron a los aficionados a la moda boquiabiertos. Su diálogo con diseñadores industriales de prestigio (en sus desfiles ha colaborado con las principales firmas del interiorismo) y su atención al detalle han logrado que, en un año funesto para Kering, el conglomerado dueño de Gucci, Saint Laurent o Balenciaga, entre otras, Bottega Veneta haya sido la única que ha crecido en ventas, y eso que es con diferencia la más cara por razones obvias.

Pero Blazy, protegido de Raf Simons casi desde su graduación en diseño de moda, ya llevaba a sus espaldas un currículo tan brillante como discreto. Cuando Suzy Menkes lo llamó en sus redes sociales “el secreto mejor guardado de la moda” hace una década tenía razón. El problema es que este secreto era que Blazy ejercía como director artístico de Margiela, marca que hasta llegar Galliano obligaba al anonimato de sus diseñadores (por aquello de que su fundador, Martin Margiela , se obsesionó con el misterio) y provocó su despido. Pasó a estar a las órdenes de Phoebe Philo en Celine y poco después Simons lo requirió para que junto a su ex pareja Pieter Mulier (hoy director creativo de Alaïa) le ayudaran a convertir Calvin Klein en una marca conceptual.

Cuando hace dos meses, tras un desfile celebrado en Marsella, Bruno Pavlovsky, presidente de la división de moda de Chanel, concedió a los medios que el nuevo fichaje “no sería una estrella, sino alguien dispuesto a trabajar por la marca”, el rumor de que Blazy sería el elegido cobró la fuerza definitiva. Hoy por fin se ha hecho oficial. Blazy tiene una corta carrera en la primera división, pero ha demostrado con creces que su talento para hacer coincidir artesanía, vanguardia, legado e innovación lo hacen merecedor del puesto más codiciado por cualquier diseñador. Chanel, por su parte, ha optado por el producto y no por el personaje, como ya hiciera cuando Viard ocupó el puesto de Karl Lagerfeld tras su fallecimiento.



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