Este domingo se produce el cambio de horario de verano en España, y a las 2.00 de la madrugada serán las 3.00, con excepción de las Islas Canarias, que lo hace con su respectiva hora de diferencia. Además de perder una hora de sueño, a partir del domingo 26 de marzo amanecerá y anochecerá más tarde. Es el primer cambio del año, el segundo se realizará en octubre.
Cuando comenzó el cambio de hora, a mediados del siglo XX, el ajuste de las manecillas del reloj tenía como fundamento adaptar la jornada laboral para aprovechar las horas de luz natural y ahorrar energía. Pero ahora, María Ángeles Rol de Lama, catedrática de Fisiología de la universidad de Murcia y directora del laboratorio de cronobiología, explica: “Se nos impuso el cambio de hora porque ahorrábamos energía, pero hoy en día es prácticamente despreciable, pero si afecta a la salud. Este cambio de hora en particular nos quita una hora de sueño y arrastramos esa falta de sueño unos días. Afecta a nuestro rendimiento y hay un ligero riesgo de problemas cardiovasculares”.
Los científicos tienden a considerar que el ahorro energético derivado del cambio de hora es despreciable. “¿Qué beneficios tiene que lo mantengamos?”, se pregunta la catedrática Rol. La luz tiene la capacidad de mover las manecillas de nuestro reloj biológico, por la mañana lo adelanta y por la tarde lo retrasa. Rol incide: “Cuando asumimos el cambio de hora es el lunes cuando cambiamos el despertador y eso lo van a notar sobre todo los adolescentes que tiene tendencia a acostarse tarde y este horario les obliga a levantarse antes de su reloj biológico. También sufrirán el cambio las personas mayores, con la edad se pierde plasticidad en el cerebro y afecta en mayor medida”. Otra de las pequeñas incidencias que han visto los expertos en cronobiología es un aumento de accidentes al volante justo tras el cambio horario de primavera.
Cambio de hora mínimo hasta 2026
España contará con el cambio horario por lo menos hasta 2026, según el BOE. En este documento también se recogen las fechas de inicio y final de los horarios de invierno y verano. Rol señala: “Cuatro son los años que va a seguir el cambio de hora, pero el Gobierno no se ha manifestado en que lo vaya a quitar, ni tampoco con qué horario nos vamos a quedar. Supongo que espera directrices desde Europa”. Actualmente, todos los miembros de la Unión siguen la directiva europea 2000/84/CE, que recoge estos saltos estacionales.
Los datos del barómetro de septiembre del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) revelaban que el 64% de los españoles son partidarios de acabar con el cambio de hora entre el invierno y verano, y de ellos un 92,9% preferiría que se acabara con la práctica este mismo año. La catedrática de Murcia indica: “Desde el punto de vista de la cronología, todas las asociaciones del sueño, como la Sociedad Española del Sueño, la portuguesa, la europea o la European Sleep Research Society, coinciden en que es mejor dejar el horario de invierno”.
Por otro lado, desde Bruselas, la misma Comisión Europea aprobó en 2018 un proyecto de directiva para poner fin a los cambios durante el año siguiente. Realizaron una encuesta a 4,6 millones de ciudadanos, en la que el 84% de los participantes se mostraron a favor de dejar de cambiar la hora en Europa. Se recomendó a los gobiernos de los estados miembro mantener su propio horario de preferencia, y la decisión se pospuso a 2021, pero a día de hoy todavía no se ha tomado una decisión y no hay fecha concreta para hacerlo.
La decisión de mantener los cambios estacionales y el huso horario actual en España, fue tomada por una comisión de expertos puesta en marcha por el Ejecutivo en 2019. En cuanto al huso horario, un estudio llevado a cabo por el laboratorio de cronobiología de la universidad de Murcia, y financiado por el CSIC, observó que las personas mayores que vivían en el huso horario de Portugal aprovechaban mejor la luz y mantenía un estado de salud mayor del sistema circadiano, que las personas que vivían en España. Para este estudio se compararon poblaciones de Coimbra, en Portugal, y Huelva, Lugo y Ponferrada, en España.
La realidad de los ciudadanos es muy diferente a cuando se impuso esta norma en el siglo pasado, “las jornadas de trabajo han cambiado y el teletrabajo se ha ido extendiendo, lo que hace que las rutinas de la ciudadanía no coincidan tanto como antes en el mismo espacio-tiempo”, han recalcado desde el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE). La catedrática dice: “Los horarios de trabajo en España, si nos comparamos con el uso del tiempo en Alemania son diferentes, hay una proporción de trabajadores de España que sale mucho más tarde y después de trabajar quieren tiempo de ocio con luz”.