El Departamento de Estado de Estados Unidos ha notificado informalmente al Congreso sus planes de enviar armas a Israel por valor de 8.000 millones de dólares (7.800 millones de euros) en lo que puede ser el último acuerdo sobre armamento entre el Gobierno de Joe Biden, que cesará en el cargo de presidente el próximo 20 de enero, y el del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. La notificación fue desvelada por el digital Axios y confirmada por diversos medios.
La notificación se ha enviado a las comisiones de relaciones exteriores del Senado y de la Cámara de Representantes, como paso previo a su aprobación definitiva. El paquete incluirá munición para aviones de combate y helicópteros de ataque, así como proyectiles de artillería, bombas de pequeño diámetro y sistemas de guiado para bombas.
Se trata de un acuerdo a largo plazo. Parte de las municiones procederán de las existencias actuales con que cuenta Estados Unidos, pero buena parte entraría en un proceso de fabricación ahora, con lo que su entrega podría tardar años. Las armas se pagarán con cargo a las partidas de ayuda militar a Israel aprobadas por el Congreso.
Washington ha prestado un amplio apoyo bélico a Israel durante el mandato de Biden, aunque en algunos momentos han surgido tensiones entre ambos aliados al respecto. Estados Unidos paralizó en mayo el envío a Israel de 3.500 bombas pesadas, preocupado por su posible uso en Rafah, la zona más meridional de Gaza, densamente poblada, pero eso no detuvo los ataques israelíes en la franja palestina. Además, en octubre pasado, el secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, y el secretario de Defensa, Lloyd Austin, enviaron una carta al Gobierno de Israel en la que le exigían que permitiese la entrada de ayuda humanitaria en Gaza si quería seguir recibiendo apoyo armamentístico. A raíz de esas tensiones, desde Israel se ha llegado a insinuar que Estados Unidos estaba practicando un embargo silencioso.
Un creciente número de congresistas demócratas ha mostrado su preocupación por el envío de armas a Israel y han pedido someter la asistencia militar a condiciones relacionadas con la ayuda humanitaria. Los republicanos, en cambio, han apoyado de forma cerrada la entrega de armamento. Durante la guerra de Gaza han muerto ya unos 45.000 palestinos, la inmensa mayoría de ellos civiles, por los ataques de Israel, que ha contado con armamento estadounidense en su ofensiva.
En mayo, el Departamento de Estado entregó al Congreso un informe muy crítico con el uso que Israel hacía de las armas facilitadas por Washington. El documento explicaba que se estaban investigando posibles violaciones de las leyes internacionales, pero señalaba que Estados Unidos no disponía “de información completa para verificar” si las armas estadounidenses “se utilizaron específicamente” en vulneraciones del derecho internacional humanitario. El informe decía que era “razonable considerar” que se habían empleado de forma “inconsistente” con la legislación internacional, pero acababa concluyendo que las garantías dadas por Israel al respecto eran “creíbles y fiables” y permitían que continuase el flujo de ayuda militar.
“El presidente ha dejado claro que Israel tiene derecho a defender a sus ciudadanos, de conformidad con el derecho internacional y el derecho internacional humanitario, y a disuadir la agresión de Irán y sus organizaciones interpuestas. Seguiremos proporcionando las capacidades necesarias para la defensa de Israel”, declaró un alto cargo estadounidense a Axios en relación con el nuevo paquete de armas.
Tal y como había anunciado, el Gobierno de Biden ha tratado en sus últimos dos meses de agilizar al máximo la ayuda militar a Ucrania para defenderse de Rusia ante el temor de que el sucesor del demócrata, Donald Trump, amenace con suspenderla para forzar a Kiev a aceptar un acuerdo de paz que suponga cesiones territoriales a Moscú. En cambio, el presidente electo ha garantizado a Netanyahu su apoyo pleno cuando asuma el cargo.
Biden ha intentado sin éxito durante meses un acuerdo que implique un alto el fuego por parte de Israel y la liberación de los rehenes que tomó Hamás en su ataque del 7 de octubre de 2023. En diciembre, Trump amenazó con desatar un “infierno” contra Hamás si no liberaba a los cautivos antes de que él jurase el cargo el próximo 20 de enero.
El presidente electo ha designado a Steve Witkoff como enviado especial para Oriente Próximo. Este viernes nombró como enviada especial adjunta a Morgan Ortagus, que trabajó para el Departamento de Estado en su primer mandato, pero que en algunos momentos se mostró crítica con la política aislacionista de Trump. “Al principio Morgan luchó contra mí durante tres años, pero espero que haya aprendido la lección”, indicó el republicano en un mensaje en su red social, Truth. “Estas cosas no suelen funcionar, pero tiene un fuerte apoyo republicano, y no lo hago por mí, lo hago por ellos. A ver qué pasa. Espero que sea un activo para Steve, una gran líder y con talento, mientras intentamos llevar la calma y la prosperidad a una región muy convulsa. Espero grandes resultados, ¡y pronto!”, añadió.