Joe Biden dejará el 20 de enero la Casa Blanca como el único presidente bajo cuyo mandato se ha creado empleo en todos y cada uno de los meses. Durante los últimos cuatro años, la primera economía del mundo ha generado 17 millones de puestos de trabajo, una cifra récord para un mandato presidencial. La economía estadounidense se recuperó en ese plazo de la crisis provocada por la pandemia de la covid, pero luego desafió todas las expectativas al continuar creciendo con fuerza a pesar de las subidas de los tipos de interés. Pese a ello, entre la ciudadanía estadounidense se instaló un descontento con la economía por las subidas de precios y las dificultades de acceso a la vivienda. Trump supo capitalizar esa frustración para ganar las elecciones.
Curiosamente, la vicepresidenta Kamala Harris no hizo nada durante la campaña electoral por sacar partido al logro económico más destacado de los cuatro años de Administración demócrata. Preocupada en marcar distancia con su jefe, desaprovechó esa baza. Biden, ahora, trata de sacar pecho para la posteridad.
Tras conocerse un dato de empleo de diciembre que superó ampliamente las expectativas de los economistas, Biden se reivindicó este viernes. “Aunque heredé la peor crisis económica en décadas, con una tasa de desempleo superior al 6% cuando tomé posesión, hemos tenido la tasa media de desempleo más baja de cualquier administración en 50 años, con una tasa de desempleo del 4,1% en el momento de mi despedida”, afirmó el presidente en un comunicado difundido por la Casa Blanca. “Aunque las previsiones apuntaban a que se tardarían años en lograr una recuperación completa, hemos tenido el mayor crecimiento y creación de empleo de todos los países avanzados, hemos vuelto a bajar la inflación y hemos logrado un aterrizaje suave que pocos creían posible”, añadió.
Biden se considera a sí mismo el presidente más prosindical de la historia. Llegó a participar en un piquete con los trabajadores en huelga del sector del motor. Los 17 millones de empleos en su presidencia (cómputo que incluye los 400.000 puestos de trabajo de enero de 2021, el mes en que tomó posesión el día 20) son la cifra más alta lograda en un cuatrienio presidencial en la historia. Entre 2017 y 2020, la etapa de Trump, se destruyeron 2,9 millones de empleos por el efecto de la pandemia.
El año 2021, el primero de Biden, cuando la economía recuperaba la normalidad con las vacunas y el estímulo aprobado por el Gobierno, fue el de mayor creación de empleo, con 7,2 millones de empleos, también el récord histórico para un ejercicio. La generación de puestos de trabajo fue perdiendo fuerza año tras año, pero incluso 2024, el peor año de Biden, con 2,23 millones de empleos, supera en creación de empleo a tres de los cuatro años de la presidencia de Trump y se queda muy cerca de los 2,28 millones de empleos generados en 2018, el mejor año del republicano.
A pesar de esas espectaculares cifras, Trump se las ingenió en campaña para aprovechar el flojo dato del mes de octubre para pintar un retrato apocalíptico del ―en realidad― boyante mercado laboral. En ese mes se crearon solo 46.000 empleos por culpa de los huracanes y las huelgas, pero la primera estimación fue aún peor, de 12.000 empleos, el último dato conocido antes de que los ciudadanos acudiesen a las urnas.
Buena parte del aumento récord del empleo durante la presidencia de Biden se debe a la recuperación de los puestos perdidos durante la pandemia. Sin embargo, sus incentivos a la inversión en sectores estratégicos, su gigantesco plan de infraestructuras y la política fiscal expansiva contribuyeron a prolongar la expansión.
En Estados Unidos, el mercado laboral se mide con dos encuestas diferentes. La principal referencia es la encuesta a las empresas, que mide la creación de empleos no agrícolas. La encuesta a los hogares sirve para calcular la población activa y ocupada y la tasa de paro. Según esta última, 2024 se cerró con una población activa de 168,5 millones de personas, de los que casi 161,7 millones estaban ocupados y casi 6,9 millones (el 4,1%), en el paro.
Las cifras de Biden destacan frente a los de los últimos presidentes. Pese a que solo ha cumplido un mandato, su balance supera a los de George W. Bush y Barack Obama, que estuvieron ocho años en la Casa Blanca. La presidencia de Bush empezó marcada por el estallido de la burbuja tecnológica y por los atentados del 11 de septiembre de 2001 y terminó con la crisis financiera y el inicio de la Gran Recesión. Entre 2001 y 2004 se perdieron 85.000 empleos, aunque luego se crearon 2,2 millones entre 2005 y 2008.
Obama recibió la Gran Recesión como herencia y en su primer año se perdieron cinco millones de puestos de trabajo. Pese a ello, salvó con una pequeña creación de empleo su primer cuatrienio y en sus últimos cuatro años se generaron más de 10 millones de puestos. Dejó a Trump una economía que crecía a velocidad de crucero. Con Trump, el mercado de trabajo se enfrió. En ninguno de los tres primeros años, antes de la pandemia, se superó el ritmo de creación de empleo de la era Obama.
En el conjunto de dos mandatos, las mejores cifras son las de Bill Clinton, bajo cuya presidencia se crearon 11,6 millones de empleos en cada cuatrienio. Pero incluso en su periodo de bonanza económica hubo algunos meses en que se perdieron puestos de trabajo, algo que no ha ocurrido con Biden.