Bulgaria y Rumania están a un paso de completar su integración completa en el espacio Schengen. Los dos países han llegado este viernes en Budapest a un acuerdo con Austria para que Viena levante el veto que sigue manteniendo vigentes los controles de las fronteras terrestres de ambos aspirantes (el fin de los controles en los tránsitos aéreos finalizó hace unos meses). La idea, según ha adelantado la presidencia húngara de turno de la UE que ha coordinado el encuentro, es que la decisión final se tome en Bruselas el próximo 12 de diciembre, para que ambos Estados sean miembros plenos del espacio de libre circulación de personas y mercancías a partir, previsiblemente, del 1 de enero.
“Bulgaria y Rumania pertenecen al área Schengen. Que 2025 vea cómo Schengen se fortalece”, ha celebrado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. “Un Schengen más fuerte significa una Europa más fuerte”, ha corroborado la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola.
Desde Budapest, donde ha participado en las discusiones, la todavía comisaria de Interior, Ylva Johansson, también se ha felicitado por un acuerdo que, según ha adelantado en un mensaje en X, debería ser confirmado durante el Consejo de Justicia e Interior del 12 de diciembre para que pueda ser implementado al comienzo de 2025.
Tras más de una década de negociaciones, los Veintisiete dieron en diciembre del año pasado su visto bueno a la “plena incorporación” de Bulgaria y Rumania a Schengen, un área de 4,3 millones de kilómetros cuadrados y más de 400 millones de personas sin controles de pasaportes. No obstante, se decidió una entrada “gradual”, con un primer levantamiento de los controles en las fronteras aéreas y marítimas desde marzo. Los terrestres siguen vigentes por la negativa de Austria, hasta ahora, a dar su visto bueno final, alegando que ninguno de los dos países controlaba suficientemente la inmigración irregular.
En el acuerdo conjunto emitido este viernes desde Budapest, los ministros de Interior austriaco, búlgaro, rumano y húngaro “reconocen los avances logrados en reducir la migración ilegal a Europa” que permite dar los próximos pasos para la incorporación completa a Schengen. Concretamente, destacan un descenso significativo de las “entradas ilegales” en Bulgaria (del 47%), Rumania (53%) y Austria (67%) en los tres primeros trimestres de este año, comparados con los de 2023. También señalan una bajada de las demandas de asilo en el mismo periodo de 75% en Rumania, 40% en Bulgaria y 57,3% en Austria.
Unos avances, agregan en su declaración conjunta, que permiten “acordar iniciar los pasos necesarios para la adopción de la decisión formal del Consejo para fijar una fecha para el levantamiento de los controles de personas en las fronteras terrestres internas antes de que acabe el año”.
Más allá de los problemas migratorios, ambos países son considerados también una de las grandes rutas del negocio ilegal de armas, drogas y tráfico de personas. En rueda de prensa en Budapest, la comisaria Johansson, que ha trabajado muy duro por un acuerdo que de confirmarse las fechas será cerrado por su sucesor en Bruselas, el austriaco Magnus Brunner, ha subrayado sin embargo que los dos países aspirantes “han cumplido ampliamente todos los criterios” impuestos por el Ejecutivo europeo.
Bruselas espera que Bulgaria y Rumania puedan levantar sus fronteras interiores a partir del 1 de enero, para que Schengen se amplíe completamente a 29 países.