Empezó Carlos Alcaraz el año a martillazos y, a falta de la cita complementaria de la Copa Davis, capítulo aparte lo de Málaga, lo termina exactamente igual y ante el mismo azote: Alexander Zverev. Entre medias, dos episodios maravillosos en Roland Garros y Wimbledon, además de los éxitos en Indian Wells y Pekín, pero entre uno y otro extremo, de los albores de Melbourne a este cierre indeseado de Turín, el imparable brazo del alemán. “Tiene un superservicio, lo resta todo y juega muy bien los intercambios largos. Es muy duro, y más aún cuando tiene confianza como ahora”, expone el murciano, vencido (7-6(5) y 6-4, en 1h 57m) y, en consecuencia, eliminado ya de esta Copa de Maestros que empezó torcida para él y termina de la misma forma. Derrota y adiós en la fase de grupos.
Llegó Alcaraz al torneo entre pañuelos, mocos y algodones, con un buen resfriado que se ha suavizado pero que todavía no ha terminado de remitir, y lo abandona con rabia y un cabreo monumental, el expresado en la pista durante el duelo contra Zverev. Una vez entregado el primer parcial, raquetazo contra la bolsa y dedos a la sien, pidiéndose explicaciones a sí mismo. No hay arrebato que valga. No hay número que le salve. No hace falta echar mano de la calculadora esta vez. El año pasado se sobrepuso al tropezón inicial, pero esta vez, no hay vuelta de hoja: tres partidos, dos derrotas y ciao. Antes de que intervengan Casper Ruud y Andrey Rublev en el turno nocturno —6-4, 5-7 y 6-2 favorable al nórdico—, él ya ha quedado apeado de la cita maestra y enfila el vestuario muy mosqueado.
El murciano descarga después, en esas pedaladas sobre la bici, la frustración acumulada a lo largo de la última semana. Suerte esquiva. Aterrizó con hambre y bien, sin percance alguno en el chasis, pero el virus se interpuso en el camino y no ha logrado culminar la remontada. “En el segundo set, con 15-40, no estuve preparado, no fui constante en esos momentos y me ha pasado en algunos partidos. Tengo que trabajar para ser más consistente. Lo tengo que mejorar”, se afea, consciente de que el duelo se le ha escapado en un par de giros, más allá de que la incesante tormenta propuesta por Zverev, una máquina con el servicio, haya terminado llevándoselo por delante.
El formato del Masters permite los reenganches de la misma forma que penaliza sobremanera los patinazos. Resbaló el español contra Ruud y se esfuma el acceso a las semifinales, la cota que alcanzó hace un año, así que pese a haber mejorado su rendimiento respecto al curso pasado en el trimestre final, se impone otro golpe de tuerca. “Esta temporada he hecho muy buenos torneos y otros realmente malos. Y yo quiero darme la oportunidad de ganar en cada uno, aunque sigo siendo muy joven [21] y ese tipo de cosas se tarda años en conseguirlas”, apunta ante los periodistas, a la vez que habla de la necesidad de llegar a esta franja más fresco mentalmente.
Rafa, por encima de la Davis
“Es un objetivo. Cada jugador quiere estar en la final o llegar lo más lejos que pueda”, recalca. Y para ello, prosigue, “la principal solución son los entrenamientos, que no te cueste hacer horas y seguir manteniendo el mismo nivel que al principio, lo que toca y lo correcto cada día. Tengo un equipo muy profesional que ha pasado por esto con otros jugadores, y Juan Carlos lo ha sido, así que tiene una visión mucho más clara”. Visto lo visto, no era este su torneo, de modo que el tenis masculino español rebobinará otra vez el próximo año para recordar que Àlex Corretja fue el último representante que se coronó en el torneo maestro.
No lo consiguió, por ejemplo, Nadal en 11 participaciones, con las finales de 2010 (Roger Federer) y 2013 (Novak Djokovic) como límite. Tampoco lo lograron tenistas de relumbrón como Mats Wilander o Jim Courier, u otros que llegaron a la cima del circuito como Yevgueni Káfelnikov, Carlos Moyá, Marat Safin, Andy Roddick o su preparador, Juan Carlos Ferrero, sin fortuna en sus tres intervenciones; en la final de 2002 se inclinó ante Lleyton Hewitt. De momento, Alcaraz continúa intentando desentrañar el misterio del torneo y adecuar los objetivos a la extensión del calendario, toda vez que ha comprendido que la temporada no finaliza en septiembre y que de ahí en adelante también existen alicientes.
Como una moto durante la primavera y entrado el verano, la erosión de los Juegos Olímpicos le restó vigor y la derrota contra Nole le pasó factura anímica, aunque luego recuperó el vuelo con el paso por la fase de grupos de la Davis, la Laver Cup de Berlín y la gira asiática, en la que se hizo con el título de Pekín y se quedó a un peldaño del de Shanghái. Es decir, la curva refleja una progresión, pero salvo excepciones, los jugadores desembarcan en la Copa de Maestros con la lengua fuera y, generalmente, escasos de combustible mental. Así lo admitía hace tres días: “A todos nos pasa, solo que algunos lo llevan mejor. Estoy cansado mentalmente. Tengo que encontrar la manera de rendir y hacer un buen tenis estando cansado mentalmente”, incidía tras perder contra Ruud. De poco sirvió finalmente la reacción frente a Rublev porque en última instancia se interpuso Zverev.
El número dos mundial se medirá hoy con Taylor Fritz (14.30, Movistar+) y Sinner partirá como favorito ante Ruud (20.30), mientras Alcaraz pone dirección a Málaga para abordar la Davis. ¿La Davis o la despedida de Rafael Nadal? Contesta tajante, sin titubear un pelo: “Es un torneo que quiero ganar, el más importante que voy a jugar a lo largo de mi carrera, y el hecho de que esté Rafa lo hará más especial. Poder representar a tu país en cualquier ámbito es muy especial. Voy a intentar aportar por mí, por España y por Rafa, que es el jugador que más se merece acabar su legendaria carrera con un título. Para mí es mucho más importante la despedida de Rafa. Davis hay todos los años, pero una figura como la de Rafa, lamentablemente, solo hay una”.
NADAL: “SI NO ME VEO LISTO PARA EL INDIVIDUAL, NO JUGARÉ”
A. C. | Turín
Nadal aterrizó el jueves en Málaga para integrarse en el equipo de la Copa Davis y tras una toma de contacto con la superficie en los entrenamientos, se expresó en una entrevista distribuida por la Real Federación Española de Tenis (RFET).
El mallorquín recordó la importancia de la competición en su carrera y aseguró que en el caso de que no esté a punto, no disputará ningún partido individual frente a Países Bajos, el rival del martes en los cuartos.
“Primero hay que ver cómo me voy sintiendo estos días en el entrenamiento y si realmente yo no me veo listo para tener opciones de ganar el individual, yo soy el primero que no voy a querer jugar”, indicó; “si yo no me veo listo, pues soy el primero en hablar con el capitán. Ya se lo he dicho en ocasiones, que no tomen ninguna decisión en base a lo que es mi última semana como tenista profesional”.
Y prolonga: “Creo que he podido hacer más o menos una buena preparación, por eso estoy aquí. Después hay que ver en el día a día. Llevo tiempo sin competir y la realidad es que me apetece vivir esta semana, sea de la manera que sea. Y, en ese sentido, pues con la ilusión de cerrar una etapa muy bonita y larga de mi vida, viviendo estos últimos momentos con ilusión, y con normalidad también; desde la aceptación de lo que es todo un principio y un final”.