Álvaro Morte: “Para mí no es más importante trabajar con Sydney Sweeney que con Gerardo Herrero”  | Cultura | ICON


Álvaro Morte posa para ICON con un jersey en 'cashmere' y un pantalón de chándal, ambos de LOEWE.
Álvaro Morte posa para ICON con un jersey en ‘cashmere’ y un pantalón de chándal, ambos de LOEWE.Pablo Zamora

Como las estrellas más habilidosas de la industria, Álvaro Morte (Algeciras, 49 años) es brillante fingiendo que es un tipo normal. En el grupo de personas reunidas en el estudio donde tiene lugar la entrevista y la sesión de fotos, a un observador imparcial le costaría darse cuenta de que el individuo con camiseta de Foo Fighters que, café en mano, charla distendidamente integrado entre los allí presentes va a ser el centro del reportaje. A Morte, sin embargo, cada vez le quedan menos observadores imparciales: conocido y reconocido mundialmente por el personaje de El Profesor, el enigmático cerebro criminal tras los atracos de La casa de papel (2017-21), a primeros de este año también persiguió en pantalla a la actriz de moda, Sydney Sweeney, en el éxito de terror Immaculate. Ahora acaba de estrenar en cines Raqa, una producción española que sigue las desventuras de un espía infiltrado en el Estado Islámico. Otro hombre extraordinario con el don de fundirse con el paisaje.

“El reto es intentar generar empatía en el público mostrando muy poco”, dice de su personaje, aunque bien podría estar hablando de El Profesor o de sí mismo. “Un espía tiene que ser un maestro ocultando cosas. No puedes ir de guay por la vida, tienes que ser discreto. El director Gerardo Herrero decía que había conocido a un espía y que era el tipo más normal y anodino del mundo. Así que esta es una película de espías sin martinis ni coches de lujo”. En la tradición de las intrigas más áridas de John Le Carré, Raqa narra los esfuerzos paralelos de la inteligencia europea y rusa por dar caza a uno de los jefes terroristas del ISIS. En el bando occidental está Malika, interpretada por Mina El Hammami, y en el del Kremlin está Haibala, alias El Saharaui, que recae en Morte, pese a algunas suspicacias iniciales. “Cuando Gerardo me ofreció el papel, yo le pregunté por qué no cogía a alguien árabe en vez de a mí. Pero, aunque esta información no aparece en la película, Haibala es de madre española”, aclara, anticipándose a toda posible polémica por la caracterización racial.

Precisamente, Morte, que en la película llega a hablar diferentes variantes de árabe, destaca el cuidado puesto en los detalles para que Raqa se valore en los países de Oriente Próximo: “Se ha construido un árabe ad hoc para cada personaje. En mi caso, hay una base de árabe clásico con tintes de hassanía, que es el árabe que se habla en el Sahara, y de sirio, porque la acción sucede en Siria”. A ello, cuenta, han contribuido su compañero de reparto Abdelatif Hwidar, que ha hecho las veces de preparador de lenguaje, y el conocimiento de Tomás Bárbulo, periodista de amplia trayectoria como corresponsal en el mundo árabe y autor de Vírgenes y verdugos (Salamandra, 2019), la novela que adapta la película. Aunque ambientada en 2014, el momento de mayor fuerza y expansión del Estado Islámico, Raqa remite a tensiones contemporáneas y vigentes, como las hostilidades entre Occidente y el Este. “Sobre todo, buscábamos plasmar la realidad social de las mujeres que Tomás describe en su libro”, explica el actor. “En Afganistán acaban de prohibir su voz. No estamos nada alejados del presente”.

Morte, con cárdigan y pantalón de napa camel de ETRO. Zapatos PRADA y camiseta AMERICAN VINTAGE.
Morte, con cárdigan y pantalón de napa camel de ETRO. Zapatos PRADA y camiseta AMERICAN VINTAGE.Pablo Zamora

Rodada entre Marruecos y el paraje semidesértico de las Bardenas Reales de Navarra, la producción ha permitido a Álvaro Morte visitar por primera vez el país africano. El intérprete, que de pequeño vivió entre Algeciras y Córdoba, reivindica sus lazos de unión: “Estaba deseando ir a Marruecos porque son nuestros vecinos, nuestros colegas y nuestros hermanos. Mucha gente del equipo era autóctona y su trabajo ha sido brutal. Estaban entusiasmados con el proyecto, nos han mostrado un cariño increíble y me llevo un recuerdo muy bonito”.

Raqa ha permitido a Álvaro Morte reencontrarse felizmente con Mina El Hammani, con quien ya había trabajado en un episodio de Historias para no dormir, en 2022. “Es cero diva, una curranta, empática con todo lo que tiene alrededor y siempre dispuesta a seguir trabajando”, celebra. Morte, que encontró la fama entrado en los cuarenta y experimentado, ha podido gestionar su éxito con la cabeza más centrada y amueblada que un recién llegado, aunque el actor descarta que su madurez pueda servir de faro a compañeros de reparto como El Hammami o los chavales de La rueda del tiempo (2021), que le recibieron fascinados, como admiradores de La casa de papel. “Qué va, es al contrario, ¡yo aprendo mucho de ellos! Tenemos unas generaciones jóvenes con muchísimo talento y cero tapujos, que se atreven con todo. Mina es uno de esos ejemplos”.

En el otro extremo, también está disfrutando de la posibilidad de trabajar con grandes y veteranos nombres del cine español. Pocas trayectorias más imponentes, en ese sentido, que la de Gerardo Herrero, expresidente de la Academia, director de más de una veintena de películas y productor de triunfos internacionales como Martín (Hache) (1997) o El secreto de sus ojos (2009): “Es un dinosaurio con el que vas a querer trabajar siempre y un entendido del mundo islámico. Conocerle ha sido un descubrimiento, te da la seguridad de saber por dónde llevarte”. Otro autor que Morte acaba de desbloquear en su carrera es Julio Medem, con quien ha rodado 8, de estreno previsto para el próximo año. En ella, encarna a un personaje inspirado en el padre de Medem, responsabilidad que califica de “honor”. “Soñaba con trabajar con él, me sentía muy conectado a sus historias, especialmente a Los amantes del Círculo Polar”, dice de la película de 1998, por sus vivencias estudiando en una escuela de actores en Finlandia.

En el actual punto de su carrera, el intérprete andaluz se puede permitir divertirse. Es lo que, reconoce, mueve en gran parte sus elecciones de papeles. “No sé cuánto va a durar, espero que mucho, pero ahora mismo puedo escoger lo que quiero hacer. Me siento absolutamente afortunado y privilegiado. Intento dejar a un lado el pensar en lo que creo que un proyecto me va a reportar a nivel comercial y centrarme en cuánto me apetece, en seguir esas señales de ‘joder, aquí me lo voy a pasar de puta madre’, lo que dice el estómago”. Así es cómo el actor ha encadenado al espía de Raqa, el sacerdote y científico loco de Immaculate, su papel de Elcano en la serie Sin límites (2022) a las órdenes de Simon West –el hombre detrás de Con Air: Convictos en el aire (1997)– o la todavía inédita película de animación mexicana Batman Azteca: Choque de imperios, donde pone la voz a Hernán Cortés.

El actor viste camisa sin mangas en lana, pantalón de algodón, parca larga de poliéster reciclado y zuecos de piel marrón; todo, DRIES VAN NOTEN. El top de piel con abertura es DIOR MEN.
El actor viste camisa sin mangas en lana, pantalón de algodón, parca larga de poliéster reciclado y zuecos de piel marrón; todo, DRIES VAN NOTEN. El top de piel con abertura es DIOR MEN.Pablo Zamora

“Ha sido divertidísimo. Es una revisión de la llegada de los conquistadores a América que relaciona a los personajes históricos con personajes de Batman”, dice Morte del extravagante proyecto, donde el hombre murciélago es un joven azteca que busca vengarse de los españoles por el asesinato de su padre. Se trata de un largometraje oficial de Warner Bros y DC. “Intento tomarme estas cosas con normalidad. No me gusta denominar a según qué proyectos como puntos de inflexión porque me da un poco de vértigo, lo hace demasiado grande. Si pensara así, perdería el norte. Para mí no es más importante trabajar con Sydney Sweeney que con Gerardo Herrero”.

En el momento en el que se publique esta entrevista, Álvaro Morte estará en el West End londinense representando la obra Barcelona junto a otra estrella internacional, Lily Collins, la protagonista de Emily en París (2020), hasta el 11 de enero de 2025. “Nos vimos las caras por Zoom para hablar y ver si nos caíamos bien, porque si no, ¡imagínate! Ella es fantástica y el texto está muy chulo”, cuenta de este nuevo salto al escaparate anglosajón. Morte también es dueño, junto a su mujer Blanca Clemente, de la compañía teatral 300 Pistolas, que planea dar pronto su salto al audiovisual tras un acuerdo hecho público el año pasado con Sony Pictures TV. “Estamos generando contenido, pero es un proceso lento”, avanza el codirector y fundador del sello. “Tenemos varios proyectos arrancando, también con Buendía, La Zona… Prefiero que las cosas salgan bien a que salgan rápido”.

Un actor, ¿aprende más del oficio cara a cara con el público en el teatro o trabajando a destajo, como en sus 537 apariciones acreditadas en El secreto de Puente Viejo entre 2014 y 2017? “Son medios distintos, pero en una serie diaria se aprende mucho. A mí me enseñó en cuanto a gestión de un personaje, toma rápida de decisiones, capacidad de memorizar y solucionar una secuencia, ver rápido dónde tiene que ir, adaptarse a las circunstancias, integrar cambios de guion… Tienes que dejar muchas puertas abiertas, porque no sabes lo que te viene. Cuando empecé con El Profesor en La casa de papel, yo creé un ratón de biblioteca. Y en un capítulo, de repente, ¡hacía artes marciales! Eso hay que gestionarlo, el que un tipo que tenías construido de tal manera resulte que también hace estas otras cosas”.

Sobre si veremos a El Profesor, quién sabe, dando patadas voladoras en un spin-off como el que protagonizó su compañero Pedro Alonso, La casa de papel: Berlín (2023), el intérprete se muestra comedido: “No depende de mí, ¡no me puedo meter en eso! Pero me gustaría más hacer una reunión dentro de unos años, algo así como un retorno”. Preguntado por el, a todas luces, fallido boicot a la serie que se intentó organizar en 2017 por las posiciones políticas de su compañera Itziar Ituño contra la dispersión de los presos de ETA, Morte lamenta que el éxito conlleve el que “cada cosa que digas puede ser utilizada en tu contra, como dicen en las películas americanas”. “Es algo muy desafortunado con lo que hay que lidiar, porque te obliga a perder cierta naturalidad, también con el periodismo que prioriza el clickbait y tergiversa tus palabras. Dicho esto, creo que es imprescindible que denunciemos lo que nos parece injusto, aunque a veces tengas que tomar la opción de decir que tu opinión es tuya y ser un poco más escueto”. Perfil bajo y discreción. Como un espía.



source