Una de las rupturas sentimentales más sonadas de 2022 fue la de la modelo Gisele Bündchen (Río Grande del Sur, Brasil, 42 años) y el exjugador de fútbol americano Tom Brady (San Mateo, California, EE UU, 45 años). Después de 13 años de matrimonio y con dos hijos en común, Benjamin y Vivian, de 13 y 10 años, la pareja decidió poner punto y final a su matrimonio tras meses de especulaciones en los que las noticias sobre su ruptura no cesaban. Cinco meses después de hacerse oficial la separación, Gisele Bündchen protagoniza la portada del número de abril de la revista Vanity Fair, y habla por primera vez del porqué de la decisión.
Hasta el momento se desconocían los detalles oficiales de su ruptura, ya que ninguno de los dos se había pronunciado. Fueron muchos los medios estadounidenses que pusieron el foco en el momento en el que Brady —tras retirarse del fútbol americano— decidió volver a jugar 40 días después de aquel anuncio, en febrero de 2022. Además, Bündchen dejó claro en una entrevista publicada en la revista Elle en septiembre que no le gustaba la idea de que su marido volviese a la competición: “Obviamente, tengo mis preocupaciones: este es un deporte muy violento, tenemos hijos y me gustaría que él estuviera más presente”.
Un “pájaro herido volando libre”, como ella misma se denomina; una metáfora de su propia vida. “No quiero que me limiten. Quiero desplegar mis alas y volar”, explica a Vanity Fair. Una entrevista en la que se puede ver a una Bündchen transparente, frágil y, sobre todo, alguien que muestra sus emociones y sentimientos sin importar el qué dirán. Con la ruptura todavía muy reciente, defiende que sus emociones siguen a flor de piel: “Es como una muerte y un renacimiento”. La modelo se refiere a su divorcio como “la muerte de un sueño”. “Es duro porque te imaginabas que tu vida iba a ser de una determinada manera e hiciste todo lo que pudiste. De niña creía en los cuentos de hadas. Es hermoso creer en eso y estoy muy agradecida de haberlo hecho”, relata emocionada.
Aunque luchó para que se cumpliese su sueño hasta el final, toma como una derrota el no haberlo logrado: “Lo das todo para conseguirlo. Das el 100% de ti misma y es desgarrador cuando no acaba siendo aquello que esperabas y por lo que trabajaste. Lo único que puedes hacer es cumplir con tu parte”. Durante muchos años, Bündchen fue la modelo mejor pagada del mundo, pero decidió dejar de desfilar por las pasarelas en 2015 para favorecer la carrera deportiva de su marido: “Cuando nos mudamos a Tampa [Florida], yo nunca antes había estado allí. Simplemente llegué y esa era mi vida”.
La modelo y el deportista se conocieron en una cita a ciegas en diciembre de 2006, cuando ella tenía 26 años y acababa de romper con el actor Leonardo DiCaprio. Dos meses después de iniciar la relación, Brady informó a Bündchen de que su entonces muy reciente exnovia, la actriz Bridget Moynahan, estaba embarazada de tres meses. “Fue una situación difícil para todos”, recuerda ahora, casi dos décadas después. Sin embargo, cuando en 2007 nació Jack le acogió como a un “hijo de regalo” y fue entonces cuando se empezó a plantear la maternidad: “Llegó a nuestras vidas y me sentí agradecida porque despertó en mí el deseo de ser madre”. En 2009 y 2012 llegarían Benjamin y Vivian, respectivamente, a quienes hoy día trata de inculcar la importancia de tener sueños y perseguirlos, “no vivir algo que no eres”.
Los medios dieron por hecho que el orden cronológico del divorcio fue: Brady decide retirarse, da marcha atrás y la relación se rompe. Sin embargo, Bündchen ha defendido en la entrevista que los matrimonios no se construyen ni rompen de un día para otro: “Eso tarda años en suceder”. Al inicio de la relación, los dos tenían el mismo objetivo, formar una familia: “Con el tiempo nos dimos cuenta de que queríamos cosas distintas y de que hay que tomar decisiones. Eso no significa que no quieras a esa persona. Solo significa que para ser auténtico y vivir la vida que quieres debes tener a alguien con quien puedas llegar a un acuerdo. Es un baile, un equilibrio”.
Además de describirse como un pájaro herido libre, también describe su relación como una cárcel: “Cuando amas a alguien, no lo metes en una cárcel y le dices: ‘Esta es la vida que tienes que vivir’; lo liberas para que sea quien es, y si tú quieres volar en la misma dirección, eso es increíble”. Pero a pesar de lo que fue su relación, va a seguir apoyándole siempre y cuidándose para criar de la mejor manera posible a sus dos hijos: “Siempre le he animado y seguiré haciéndolo siempre. Si hay una persona que quiero que sea la más feliz del mundo, es él. Quiero que triunfe, quiero que todos sus sueños se hagan realidad. No jugamos el uno contra el otro. Somos un equipo y eso es precioso”.
Desde que confirmaron su separación, a la modelo brasileña se le ha relacionado con Joaquim Valente, su instructor de jiu-jitsu, algo que ha negado tajantemente durante esta misma charla: “Por desgracia, al estar divorciada van a tratar de relacionarme con cualquiera. Es nuestro profesor y es una persona a la que admiro y en quien confío. Es positivo tener ese tipo de energía y que rodee a mis hijos”.