La Fiscalía de Córdoba investigará la intoxicación alimentaria por montaditos de pringá que ha afectado a, al menos, 44 personas, y que podría estar vinculada con la muerte de una mujer, si bien la Junta de Andalucía ha descartado la relación directa. El ministerio público ha informado este viernes de que “ha abierto diligencias preprocesales de carácter civil” sobre estos hechos “por la repercusión pública” de la noticia. Aunque hasta ahora la infección se había centrado en los asistentes a un cumpleaños que se celebró en un restaurante de la capital cordobesa el 4 de enero, este diario tiene constancia de, al menos, otras 12 personas que también sufrieron síntomas y que acudieron al local por la noche y que se suman a otros dos grupos de seis y ocho personas, de los que 10 que también cenaron allí y que también se enfermaron, que se han puesto en contacto con la organización de consumidores Facua. La propia Consejera de Salud, Rocío Hernández, ha reconocido esta mañana que “hay más personas que ingirieron” ese producto.
A la espera de que se conozcan los resultados de los análisis de la pringá que tomaron los clientes que acudieron al establecimiento cordobés el 4 de enero y que acabaron con mareos y diarrea, la atención sobre esa intoxicación alimentaria se centró el pasado jueves en el local donde se celebró la fiesta: la taberna La Sacristía. Su dueño emitió un comunicado a última hora de la tarde, asegurando que ese día había servido un centenar de bocadillos de esa pasta a otros comensales que no sufrieron síntomas, y que a ese cumpleaños también se trajo comida de fuera, insinuando que el foco de la infección no estaba en su pringá.
Sin embargo, este periódico ha podido contactar con una mujer que acudió esa misma noche con otras 13 personas y 14 niños, de los que 12, los que comieron esos montaditos, también tuvieron síntomas a lo largo de esa noche. “Fuimos a ese bar como pudimos ir a cualquier otro el 4 por la noche, después de la Cabalgata de Reyes”, explica Beatriz, de 39 años. “Nosotros no fuimos a ese cumpleaños”, precisa, aunque sí conoce a la familia que lo organizó. “Fue al día siguiente cuando mi marido, al hablar con otro de los amigos con los que habíamos cenado, constató que todos habíamos tenido malestar, y entonces lo comentamos con el resto y vimos que 12 estábamos igual, aunque ninguno fuimos al médico”, explica. Con ella ha contactado la Junta y ella, a su vez, se había dirigido a Facua, al igual que otros dos grupos de seis y ocho personas, respectivamente, que también acudieron el día 4 de enero por la noche y de los que una decena, los que comieron el montadito de pringá, se pusieron malos durante la madrugada, tal y como ha referido su secretario general, Rubén Sánchez, este viernes en una comparecencia ante los medios. “Tres casos inconexos entre sí y al margen del cumpleaños”, ha recalcado Sánchez.
Estas evidencias cuestionan la versión del propietario, que el jueves trató de desviar la atención sobre su pringá y eludir así su posible responsabilidad en la intoxicación. Esta mañana, además, tanto la consejera andaluza de Salud como la organizadora del cumpleaños y nuera de la mujer fallecida y que también había comido esos montaditos ―aunque no se ha probado la relación directa de su muerte con la intoxicación― han desmentido su versión. “Sabemos que hay un factor común, que fueron los montaditos de pringá”, ha asegurado Hernández. La afectada ha emitido un comunicado en el que contradice al dueño de La Sacristía: “Basta de mentiras”, se queja.
Sobre las insinuaciones del dueño de La Sacristía de que el germen pudo encontrarse en las tartas que trajeron de fuera, ella, que además indica que fue el dueño del local quien “le aconsejó comprarlas”, es tajante: “Varios amigos que sufrieron problemas estomacales la madrugada del 4 de enero no comieron tartas. Estas tartas solo y exclusivamente se consumieron en mi cumpleaños. Y, por fuentes sanitarias, se sabe que hubo más perjudicados ajenos a la celebración”.
El representante legal del titular del establecimiento ha explicado a este diario que le han recomendado que “por respeto a la familia de la afectada y al trabajo de las autoridades sanitarias” no haga más declaraciones hasta que avancen las diligencias.
Denuncias a los hospitales privados
A la investigación de la Fiscalía se sumarán en los próximos días las denuncias que Facua va a presentar contra los dos hospitales privados que atendieron a algunos de los intoxicados, entre ellos a la propia fallecida, y que, de acuerdo con su secretario general, no cumplieron el protocolo establecido por la Junta de Andalucía para el caso de alertas por intoxicación alimentaria. De acuerdo con los datos que maneja la organización, el 5 y el 8 de enero, el Centro Médico Quirúrgico Juan de Dios de Córdoba incluyó en sendos informes de alta, que las dos personas atendidas, habían sufrido una intoxicación alimentaria. El Hospital de la Cruz Roja, donde falleció la suegra de la organizadora del cumpleaños, también fue informado por los familiares de que había comido pringá. “La obligación legal de los profesionales sanitarios y de los centros médicos es poner en conocimiento de la Junta cualquier caso de intoxicación alimentaria. Habrá que dirimir si los facultativos que atendieron los casos cumplieron con el protocolo, y, en su caso, por qué no lo hicieron los hospitales”, ha indicado Sánchez.
Las denuncias se van a interponer por infracción grave del artículo 101 de la Ley de Salud Pública andaluza. Desde el Hospital San Juan de Dios han indicado a este diario que mientras la investigación siga en curso, no van a hacer declaraciones.
Desde Facua también se señala a “la grave negligencia de la Junta” en la aplicación de ese protocolo. La administración andaluza asegura que la primera denuncia por esa intoxicación llegó el 13 de enero, y que el 15, 11 días después de la celebración del cumpleaños, se tomaron muestras de la pringá, que se encontraba congelada en el establecimiento. La organización de consumidores tiene un correo de uno de los afectados que escribió un correo alertando de la infección tres días antes, el viernes 10 a las 16.20 y cuestiona que el plazo transcurrido es demasiado como para garantizar que las muestras recabadas son del mismo material que se sirvió el cuatro de enero. “Si los análisis son negativos, no tenemos por qué creer que ese fuera el alimento que realmente se sirvió”, ha indicado Sánchez, que recuerda que el protocolo únicamente exige que se conserven durante siete días muestras de alimentos que se sirvieron en comidas de más de 30 comensales”.
“La Junta debe hacer una investigación interna de por qué se tardó tres días en abrir un correo y depurar responsabilidades”, ha demandado Sánchez, que también ha pedido a la consejera que comparezca para dar explicaciones sobre el incumplimiento del protocolo en materia sanitaria.