Una jueza de Martorell ha dado carpetazo a la investigación abierta por la muerte accidental del empresario Isak Andic, propietario de la cadena de moda Mango, al caer de 150 metros en una excursión en Collbató (Barcelona), al no ver indicios de delito. La titular del juzgado de instrucción número 5 de Martorell ha acordado el archivo provisional de las diligencias que abrió tras el fallecimiento de Andic, el pasado 14 de diciembre, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC).
La causa queda archivada porque no se han apreciado indicios de delito en la muerte de Andic, aunque podría reabrirse en el caso de que surgiera algun indicio que apuntara a que su caída no fue accidental. La magistrada ha archivado las diligencias tras recibir el informe de los Mossos d’Esquadra sobre el fallecimiento y los resultados de la autopsia practicada al cadáver y tomar declaración a testigos y familiares del empresario fallecido.
La hipótesis de los investigadores es que el hombre, que había salido de excursión con su hijo mayor para hacer una ruta por las cuevas de salitre de Collbató, resbaló en uno de los senderos y cayó al vacío desde unos 150 metros de altura, lo que le provocó la muerte. Isak Andik Ermay —máximo accionista de la cadena de moda Mango y presidente no ejecutivo— nació en 1953 en Estambul (Turquía), en el seno de una familia judía de origen sefardí, y se trasladó a Cataluña a los 14 años, donde empezó a desarrollar su capacidad para el comercio.
A los diecisiete años ya vendía ropa y calzado por los mercadillos y más tarde abrió varias tiendas de ropa vaquera e hizo incursiones en la moda de temporada. Cuarenta años después de abrir aquella primera tienda, Andic se situó en el puesto número 5 de la lista Forbes de las mayores fortunas de España,con un patrimonio estimado de 4.500 millones de euros. Andic controlaba sus negocios a través de un holding en el que también figuran sus tres hijos: Jonathan, Judith y Sarah