La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha respondido a la amenaza del mandatario electo de Estados Unidos, Donald Trump, de que declarará a los cárteles mexicanos del narco como “organizaciones terroristas” nada más tomar posesión del cargo, en enero. Sheinbaum ha afirmado este lunes que su Gobierno colaborará en materia de seguridad con la Administración Trump, pero, ha advertido, sin permitir atropellos a la soberanía mexicana. “Nosotros colaboramos, coordinamos, trabajamos juntos, pero nunca nos vamos a subordinar. México es un país libre, soberano, independiente y no aceptamos injerencismo en nuestro país. Es colaboración, es coordinación, pero no es subordinación. Y vamos a ir construyendo la paz”, ha dicho Sheinbaum desde su conferencia de prensa en Palacio Nacional.
La mandataria ha recalcado que en Estados Unidos se consume la droga y que es de ese lado de la frontera de donde provienen las armas que generan la violencia en México. “Lo dije en la carta que escribí al presidente Donald Trump, que va a tomar posesión en enero del próximo año: allá se consume la droga, principalmente; de allá vienen las armas, y aquí ponemos las vidas. Eso no”, mencionó la mandataria. Sheinbaum se ha referido a la carta en la que respondió a los reiterados amagos de Trump de desatar una guerra arancelaria como medida de presión para obligar a México a contener las caravanas de migrantes que buscan llegar a EE UU. En ese texto, escrito con contundencia, la mandataria mexicana, que asumió la presidencia apenas en octubre, aludió a la absoluta falta de autocrítica de Estados Unidos en torno a su corresponsabilidad en el problema de la violencia.
No es la primera vez que el presidente electo anuncia sus intenciones de ejercer una política de mano dura para afrontar el problema del narco. “Todos los miembros de pandillas extranjeras serán expulsados y designaré inmediatamente a los cárteles [del narcotráfico] como grupos terroristas extranjeros. Lo haré de inmediato”, declaró Trump este fin de semana, durante un foro de la organización ultraconservadora Turning Point en Phoenix (Arizona). “Desataremos todo el poder de las fuerzas de seguridad federales: el ICE, la Patrulla Fronteriza, la agencia de narcóticos [DEA], la comunidad de inteligencia y [aplicaremos] sanciones financieras para expulsar a las bandas criminales migrantes que están asesinando, violando y mutilando a nuestros ciudadanos. Nos desharemos de ellos (…) deportaremos, desmantelaremos y destruiremos esa red que opera ilegalmente en suelo estadounidense”, añadió.
La intención de calificar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas ha estado en el discurso de los políticos republicados durante meses. Al expresidente Andrés Manuel López Obrador le tocó lidiar también con las amenazas de que, una vez que se dé esa declaratoria, las agencias estadounidenses puedan ejercer facultades de control más allá de las fronteras de su país y pisen suelo mexicano.