Nissan y Honda han hecho oficial lo que ya era un secreto a voces en el sector automovilístico japonés. Ambas compañías han comenzado las negociaciones formales para fusionarse y crear un nuevo gigante automovilístico nipón, en medio de la guerra que las marcas automovilísticas tradicionales mantienen con las firmas chinas en el ámbito del vehículo eléctrico. Los planes, presentados por Nissan y Honda este lunes en una conferencia de prensa en Japón, señala que las negociaciones deberían de finalizar en junio de 2025, para después sacar a Bolsa al nuevo fabricante en agosto de 2026, según han explicado en una rueda de prensa conjunta. La nueva empresa absorbería definitivamente a las corporaciones originales, que serían excluidas del mercado. Mitsubishi, empresa de menor tamaño participada en un 24,5% por Nissan, también está considerando participar de la fusión, y de hecho también estuvo en la rueda de prensa. El compromiso de entendimiento firmado no clarifica el reparto de las acciones entre ambas compañías, aunque sí concreta que Honda dispondrá de margen para nombrar “la mayoría de directivos” en el nuevo grupo.
En volumen de ventas, la automovilística resultante se situaría solo por detrás del grupo Volkswagen, hoy sumido en una grave crisis en Alemania, donde mantiene duras negociaciones con los sindicatos para llevar a cabo un severo recorte de costes; y Toyota, el mayor fabricante de vehículos del mundo, tanto en ventas como en beneficios. Entre enero y junio de este año, Toyota vendió 5,16 millones de coches, frente a los 4,34 millones de Volkswagen y los 3,65 millones que vendieron entre Nissan y Honda, aunque esta última también cuenta con un importante negocio de motocicletas. Se crearía, de este modo, un gigante con unas ventas combinadas de 191.000 millones de dólares (183.000 millones de euros) y un beneficio operativo de 19.100 millones de dólares (18.300 millones de euros).
En la actualidad, Honda cuenta con un valor en Bolsa de 40.000 millones de dólares (38.400 millones de euros), mientras que la capitalización bursátil de Nissan ronda los 10.000 millones de dólares (9.600 millones de euros). Se trata de la mayor integración en el sector de la automoción desde que se unieron Fiat Chrysler y PSA para crear Stellantis en 2021, en una operación valorada en 52.000 millones de dólares (50.000 millones de euros).
Las marcas tradicionales del sector están lidiando con los desafíos que supone el nuevo paradigma eléctrico, particularmente en China, donde dominan BYD y otros fabricantes locales. En marzo, Honda y Nissan acordaron cooperar en sus negocios de vehículos eléctricos y en agosto profundizaron sus vínculos, acordando trabajar juntos en baterías, ejes eléctricos y otras tecnologías. Pero ese mensaje no pareció ser suficiente. En noviembre, Nissan anunció un plan para despedir 9.000 empleados y reducir un 20% de la capacidad tras el desplome de las ventas en China y EE UU, mientras que Honda también presentó unos resultados muy por debajo de los previsto como consecuencia de su peor desempeño en el gigante asiático.