Movimiento Sumar sigue su proceso de metamorfosis. El partido creado por Yolanda Díaz para presentarse a las generales del 23 de julio del año pasado optará a partir de su asamblea de marzo por una doble coordinación que será paritaria y sustituirá a la vicepresidenta segunda del Gobierno al frente de la formación. Pese a que la titular de Trabajo dio un paso atrás en junio por el batacazo en las europeas, ni la ponencia política ni la organizativa esclarecen su papel futuro, aunque reconocen la “reconfiguración de su liderazgo” al frente del Ejecutivo. En los nuevos documentos, el partido proclama el cierre de ciclo del 15-M, además de asumir el desgaste de estos años.
También renuncia a ser la marca paraguas para incorporar a su estructura a fuerzas como Izquierda Unida, Comunes o Más Madrid, al definir una relación con ellas “en pie de igualdad”. En la ponencia anterior, se reservaba un 30% a miembros de otras formaciones en la dirección, una pretensión que ahora desaparece completamente y sí se da formalidad a la “mesa de organizaciones” que integran la coalición. Se crea, además, una Comisión de Garantías y Movimiento Sumar aborda el despliegue territorial, abriendo la puerta a un desarrollo desigual entre comunidades. El partido llama a liderar el debate de las ideas e impulsar su acción institucional, en el Gobierno y el Congreso, en un momento particularmente delicado para la legislatura, con los Presupuestos en juego y la reducción de la jornada laboral que promueve Díaz cerca de aprobarse en el Consejo de Ministros. La asamblea, que se celebrará los días 29 y 30 de marzo, se hará a través de un sistema de delegados territoriales, renunciando a la metodología del primer cónclave y en línea con lo que hacen otros partidos del ámbito estatal, según trasladan fuentes de Sumar.
Los textos que se someterán ahora a debate no mencionan el caso[ Íñigo] Errejón, la dimisión del portavoz parlamentario, autor de la anterior tesis política, obligado por las denuncias de acoso sexual en su contra y cuya caída provocó un auténtico tsumani en la izquierda además de crear un contexto complejo en Sumar. Tampoco se refieren expresamente a Podemos, que rompió con la coalición hace un año y ha competido electoralmente contra ella desde entonces. La unidad del espacio es uno de los principales desafíos de los próximos años. En esta línea los documentos sí abordan la política de alianzas, abogando por concurrir con otras fuerzas siguiendo el ejemplo de las generales, y tocan escuetamente la elección de candidaturas y la polémica de las primarias, que no se celebraron en anteriores comicios y fueron en su día uno de los puntos de fricción con el partido de Ione Belarra. “Si bien los acuerdos relacionados con dichos procesos se desarrollarán sin a priori, buscando procesos de confluencia y unidad […] Movimiento Sumar promoverá que estos se aborden con sistemas de primarias, con reglas inclusivas y abiertas a la sociedad civil”, se compromete el texto elaborado por Lara Hernández, secretaria de Organización.
“Por encima de todo, consideramos al resto de actores del espacio político compañeras y compañeros, con quienes nos relacionamos en pie de igualdad, desde el respeto y el trabajo conjunto”, dice la ponencia sobre la nueva política de alianzas. “Si antes era el tiempo del sujeto hegemónico y el asalto institucional, ahora nos movemos hacia un momento de alianzas múltiples”, afirma en otro momento.
Los órganos de dirección, tanto el Grupo Coordinador como el Ejecutivo y los territoriales, serán paritarios y tendrán una cuota joven del 10%. Los inscritos que paguen lo harán con una aportación mínima de cinco euros al mes (dos en el caso de situaciones de vulnerabilidad) y se permite la doble militancia, una cuestión fundamental, por ejemplo, para permitir la entrada en la dirección de miembros de los Comunes, como ocurre en el caso del actual portavoz, Ernest Urtasun.
Sobre la implantación territorial, talón de Aquiles de Sumar —que logró su éxito siendo concebida como una gran plataforma para competir en las generales—, la organización la define como una de las “tareas más importantes”, pero puntualiza que esta debe hacerse en coherencia con la “visión federal y plurinacional” que defiende. Es en este apartado donde establece diferencias según el contexto de cada comunidad y la existencia de otros partidos aliados de la coalición. Esta cuestión enfadó en su día a Izquierda Unida, con presencia en todo el país, pero especialmente fuerte en Andalucía o Asturias, y partidaria, en todo caso, de un modelo federal. En concreto, el documento organizativo refleja que mientras en Galicia y Euskadi se han constituido recientemente de forma autónoma (y muy modesta), en Cataluña “el espacio para la participación política”, la “fuerza de referencia” y en la que Movimiento Sumar “se reconoce” es los Comunes, sin posibilidad de despliegue alguno para la nueva formación.
El partido también incorpora un párrafo en el que concede “la experiencia, la fuerte implantación territorial y el capital político acumulado por fuerzas hermanas en distintos territorios como Madrid, Asturies, País Valencià o Baleares”, en clara referencia a Más Madrid, Compromís y Més, entre otros. Pero los términos son otros. ”Las estructuras y órganos de Movimiento Sumar actuarán en permanente y estrecha coordinación y colaboración con estas fuerzas en toda su acción política, reconociendo su posición en el espacio progresista del territorio”, especifica sin renunciar a su implantación en esas comunidades.
De la fuerza impugnatoria a la institucional
“Construir el futuro político de Movimiento Sumar solo puede hacerse desde el análisis del cierre definitivo del ciclo político iniciado hace 15 años”, establece con claridad el documento que sustituye al elaborado por Errejón y que ahora coordina la secretaria de Estado de Derechos Sociales, Rosa Martínez. El texto proclama que la sociedad es otra diferente a la del 15-M y rompe con el discurso del primer Podemos de Pablo Iglesias. ”La épica del ‘asalto a los cielos’ ya no forma parte del ADN de una sociedad agotada y cuyas preocupaciones pasan por otros lugares […] Es imprescindible asumir que lo que sirvió entonces ya no sirve”, sintetiza la ponencia política. El escrito concluye que se pasa ”así de la fuerza impugnatoria a la fuerza institucional, con experiencia en la gestión pública y una trayectoria consolidada”. “A su vez, nuestros programas y el rédito de los logros obtenidos y heredados del espacio muestran signos de desgaste”, añade.
En un contexto de desafección política, Movimiento Sumar apuesta por “liderar el debate de las ideas” y establece hasta nueve ejes de trabajo, entre los que están el ecosocialismo, el laborismo, el feminismo y los derechos LGTBIQA+, diferenciándose claramente del PSOE, socio de Gobierno, que en su último Congreso Federal eliminó la “Q+” de las siglas del colectivo, un paso muy criticado por los de Díaz, que lo consideran un retroceso que contribuye a invisibilizar determinadas identidades.