Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, selló ayer la cuarta bajada de los tipos de interés de Estados Unidos, un cuarto de punto que deja en 100 puntos básicos, o un punto porcentual, el recorte total acumulado en 2024. No obstante, las perspectivas de cara al año que viene están pesando en unas Bolsas que han subido con fuerza este año espoleadas por el dinero barato.
¿Qué ha hecho la Reserva Federal para mover tanto los mercados?
Tanto la bajada del precio del dinero en Estados Unidos como la pausa en 2025 entraban dentro de las previsiones de prácticamente todos los analistas. Pero a diferencia del BCE, la Reserva Federal publica las previsiones de tipos de interés de los miembros del Comité de Mercado Abierto (los que deciden), y esta hoja de ruta (denominado el gráfico de puntos o dot plot). Los economistas pronosticaban tres recortes de tipos en 2025, pero los miembros de la Fed esperan realizar solamente dos. Powell dijo, además, que la Fed recortará los tipos cuando vea nuevos avances en la inflación, lo que añade aún más incertidumbre a las expectativas.
¿Son mejores las perspectivas económicas, o peores las de inflación? ¿Tiene algo que ver Donald Trump?
Jerome Powell no se anduvo con rodeos. Las proyecciones de inflación “se han venido abajo”. La Reserva Federal tenía la previsión de que la variación de precios interanual regresara al redil del 2% en 2026, pero ahora lo ha retrasado hasta 2027. El cambio de tono es muy acusado, pues en la reunión de septiembre el propio Powell aseguró que el enfriamiento del mercado de trabajo era el riesgo más acusado, y por eso bajó los tipos 50 puntos, un movimiento muy agresivo que respondía a los temores de una recesión que afloraron en agosto.
En cuanto a la llegada de Donald Trump, Powell fue algo más vocal que en la reunión precedente, cuando habían transcurrido apenas unas horas desde que se hubiera certificado la victoria del candidato republicano. Entonces rechazó dar mensajes sobre el efecto de sus políticas, aunque recalcó que no dimitiría y que Trump, muy crítico con su trabajo y figura, no le puede echar. Ayer Powell dijo que algunos economistas en la Fed han empezado a incorporar posibles nuevas políticas en sus previsiones, pero las políticas exactas que se aplicarán y su impacto en la economía siguen siendo muy inciertos. Otro factor que puede mantener los tipos de interés altos es la idea de que el tipo neutral ha subido recientemente.
¿Qué señales dan los futuros, y qué opinan los expertos?
El cambio de tono ha sido claro, pero los expertos matizan su alcance. “Los inversores deberían anticipar una desaceleración del ritmo de recortes de tipos en 2025 y volatilidad a corto plazo según los mercados recalibran el escenario. Pero, si bien el ritmo de los recortes de tipos puede ser ahora más lento de lo esperado, con la Fed reiterando que la política sigue siendo restrictiva, la dirección sigue siendo clara”, explican en UBS. Schroders indica que “tras el recorte de tipos de 25 puntos básicos anunciado ayer, esperamos que la Reserva Federal solo lleve a cabo un recorte adicional de otro cuarto de punto en la reunión de marzo de 2025, y que luego los suba 50 puntos básicos en 2026″.
Las cotizaciones de los futuros sobre tipos de interés son más volátiles que las previsiones de las instituciones económicas: se parecen más a una apuesta que a una previsión, pero sí capturan bien las tendencias en el sentimiento de mercado. Así, ya antes de la reunión no había apenas probabilidad (según los futuros) de un recorte en enero (17%) que ahora se da casi por descartado (8,6%). Pero en el conjunto de 2025 el cambio es más significativo: para dentro de un año el mercado calculaba un tipo a fin de año del daba una probabilidad cercana al 90% a los dos recortes de tipos; ahora es de algo más del 50%. Incluso se baraja la posibilidad de una subida a principios de 2026.
¿Por qué incide tanto en los mercados?
La Bolsa siempre está pendiente de los tipos de interés en la medida en que unos tipos bajos permiten más crecimiento económico, más beneficios empresariales, abaratan la inversión con deuda y elevan el atractivo de la Bolsa respecto a otras inversiones. Así, desde el verano Wall Street ha estado guiada por dos elementos fundamentales: las perspectivas de tipos de interés y las elecciones. En agosto el mercado sufrió un mini-crash atribuido al riesgo de recesión que, si bien estuvo motivado por los movimientos en las divisas al anticipar el Banco de Japón una subida de tipos, afloró las vulnerabilidades de unas Bolsas cuya velocidad en las alzas las había dejado en valoraciones muy elevadas, complicadas de justificar si la economía pincha. Mes y medio más tarde el índice había recuperado el nivel previo (estaba un 1,7% por encima), pero la bajada de tipos de 50 puntos indicó a los bolsistas que Powell no se arriesgaría a una recesión. El mensaje positivo (para el mercado) se reforzó el 5 de noviembre con la elección de Donald Trump, cuyas políticas de bajada de impuestos y proteccionismo comercial reforzaron las subidas del mercado. Desde los mínimos del 5 de agosto hasta el lunes pasado el S&P 500 subió casi el 20%.
¿Qué efectos tendrá en Europa?
La deriva económica de los dos grandes bloques los sigue separando. Europa camina hacia un menor crecimiento y el BCE no da por ganada la batalla contra la inflación, pero casi. Estados Unidos, por el contrario, afronta una economía más sana pero con riesgos de recalentamiento, que se pueden agudizar por las políticas de Donald Trump. Así, las perspectivas de tipos de interés, que han convergido desde que la invasión de Ucrania despertó a la inflación, son cada día más divergentes. El euro ya recoge desde hace meses esa tendencia, con una caída de más del 6% desde septiembre, que ha acercado la divisa a la paridad. Si se confirman las tendencias actuales, el euro puede perder más pie contra el dólar, algo que puede reanimar la economía europeo, pero también complicar la labor del BCE en la lucha contra la inflación, pues una divisa débil supone una ventaja competitiva a la hora de exportar pero también precios más altos para las importaciones.