La Unión Europea debate cómo iniciar contactos, como institución, con el Gobierno interino sirio liderado por Hayat Tahrir al Sham (HTS), designado como una organización terrorista por la ONU y Esados Unidos, y las fórmulas para respaldar la transición en el país árabe tras el derrocamiento del autócrata Bachar el Asad. Los ministros de Exteriores de los 27 Estados miembros hablarán sobre HTS y la situación en Siria este lunes en una reunión en Bruselas, la primera que comanda la nueva alta representante para Política Exterior y Seguridad, Kaja Kallas, que ha estado este fin de semana en varias reuniones en Jordania con jefes de la diplomacia de países de la región, EE UU y otros socios, para abordar la crisis de Oriente Próximo. Hay “precaución” sobre las nuevas autoridades —un grupo que viene moderando notablemente sus postulados, aunque que proviene de la rama siria de Al Qaeda—, pero la idea es lanzar contactos preliminares a nivel europeo para sondear las expectativas sobre el proceso político y sus principales parámetros, explican fuentes diplomáticas. El debate se produce cuando cada vez más Estados occidentales inician contactos.
EE UU ya ha iniciado “contactos directos” con HTS, según ha reconocido el secretario de Estado, Antony Blinken. También el Reino Unido afirma que ha comenzado a tener “contactos diplomáticos”. Italia, a nivel diplomático, también ha mantenido un contacto inicial con el Gobierno interino sirio. Francia enviará a una delegación a Siria el próximo martes, según ha informado este domingo el ministro de Exteriores, Jean-Noël Barrot.
Una nota interna de la Comisión Europea y del Servicio de Acción Exterior de la UE (SEAE) a la que ha tenido acceso EL PAÍS habla de “oportunidades y riesgos” en Siria, tras la caída del régimen de El Asad y de posibles escenarios que van desde la estabilidad y la reconstrucción, en el mejor de los casos, hasta la volatilidad total y el colapso, en el peor. Hay otros “puntos críticos” en el horizonte, como las operaciones turcas en el norte de Siria, y las israelíes en el sur, dice la nota, que señala que no solo hay que debatir cómo relacionarse con HTS, sino también qué hacer con las sanciones de la UE. La nueva Siria afronta retos inconmensurables y el Gobierno interino ni siquiera tiene control sobre todo el territorio.
El de este lunes será el primer debate sustantivo sobre el nuevo Gobierno de transición y llega avivado por la decisión de cada vez más Estados miembros ―entre ellos, Alemania, Austria y Francia— de suspender las solicitudes de asilo de sirios hasta que la situación en ese Estado, tras casi 14 años de guerra civil, se aclare.
España ha criticado la decisión de paralizar las peticiones de protección internacional por la volatilidad de la situación. “En ese momento hay que ser absolutamente cautelosos y no tomar ninguna medida que pueda menoscabar el derecho al asilo y el refugio”, remarcó el jueves en Bruselas el ministro del Interior español, Fernando Grande-Marlaska. “Estamos en una situación muy temprana y con unas posibilidades que, a nuestro entender, no aconsejan tomar ninguna medida que pueda limitar ese derecho internacional”, añadió antes de entrar en una reunión con sus homólogos europeos.
Pero con el debate migratorio muy caliente en varios Estados miembros, donde es un tema muy divisivo de política nacional, la idea de que los cientos de miles de refugiados sirios vuelvan a casa se extiende. En Austria, donde los solicitantes de asilo de ese país constituyen el grupo más grande (como en Alemania), las autoridades llegaron a hablar en un primer momento de deportación. Ahora, sin embargo, han asegurado que dará 1.000 euros a los refugiados que vuelvan voluntariamente a Siria. “Austria apoyará a los sirios que deseen regresar a su país de origen con un bono de retorno de 1.000 euros. El país necesita ahora a sus ciudadanos para reconstruirse”, ha dicho en las redes sociales el canciller conservador, Karl Nehammer.
La Comisión Europea ha pedido “prudencia”, ha dicho que aún no se cumplen las condiciones para un “retorno seguro, voluntario y digno” a Siria. Cree, además, que debería haber una posición común dentro de la UE sobre ello. No obstante, a la vez estudia cómo “incentivar” la vuelta de quienes deseen hacerlo, según explicó el nuevo comisario de Interior, el austriaco Magnus Brunner.
La jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, viajará a Ankara este martes para reunirse con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y hablar sobre Siria. Desde 2011, la UE ha dado unos 10.000 millones de euros a Ankara para gestionar programas de ayuda a los refugiados y solicitantes de asilo instalados en ese país; la mayoría (3,1 millones), sirios. Fondos polémicos, ya que se han detectado abusos y malos tratos en centros financiados por la UE. Turquía ha adelantado que reabrirá su Embajada en Damasco, cerrada desde 2012.
La UE ya ha anunciado que va a movilizar cuatro millones de euros adicionales para las organizaciones humanitarias con las que trabaja en Siria ―con lo que el apoyo total en 2024 ascenderá a 163 millones de euros, según la Comisión― y el lanzamiento de una operación de “puente aéreo” para entregar inicialmente 50 toneladas de suministros sanitarios a través de la vecina Turquía.