Gustavo Petro inició su presidencia en 2022 anunciando que iba a gobernar para las mujeres. La Cancillería habló de una política exterior feminista. Pero el presidente ha tomado una medida esta semana en el que muchos le acusan de traicionar esas promesas: el Gobierno reveló que su nuevo embajador en Tailandia será Daniel Mendoza, un abogado sin experiencia diplomática pero un activista leal al mandatario. Es especialmente conocido por un documental llamado Matarife, que denuncia como criminal al gran enemigo político de Petro, Álvaro Uribe, y que la Corte Constitucional considera un producto audiovisual de desinformación. La decisión de Petro ha sido criticada duramente por feministas, diplomáticas y líderes políticos de distintas corrientes, especialmente por los varios comentarios misóginos que el futuro embajador expresó en sus redes sociales hace varios años. El presidente ha mantenido su decisión. “¿Cómo esperan que un gobierno libertario y progresista prohíba el amor?”, reclamó en un discurso del jueves. También dijo que su nuevo diplomático sencillamente salió en unas fotos desnudo con “unas señoras”.
No fueron exactamente unas fotos. Una de las primeras voces de protesta ha sido la de Iris Marin, defensora del Pueblo, quien llegó al cargo gracias al presidente pero no ha tenido dudas en criticar el machismo del jefe de Estado. “El señor Mendoza ha expresado públicamente su satisfacción con relaciones sexuales con niñas, en ocasiones se refiere a que se encuentran en estados alterados de la conciencia, o con mujeres adultas a quienes se les han suministrado previamente drogas”, explicó la encargada de la protección de los derechos humanos sobre los mensajes de Mendoza. “Eso no es amor. Son modalidades de violencia sexual contra la mujer, y peor aún contra las niñas”. Nombrar a Mendoza, dice la abogada, es desconocer “que el machismo es una realidad”.
Otras voces de protesta provienen de quienes trabajan en el servicio exterior, como Laura Gil, representante de Colombia ante la ONU en Viena y vicecanciller en los primeros meses del Gobierno. “He comunicado mis preocupaciones en privado y ahora lo hago en público: los trinos del Sr Mendoza constituyen violencia de género”, escribió en su cuenta de X. Arlene Tickner, embajadora itinerante para Asuntos de Género y Política Global Feminista, también protestó en público: “rechazo categóricamente los trinos de Daniel Mendoza Leal. Son misóginos y avalan la violencia sexual contra mujeres y niñas”.
El jueves, la Asociación Diplomática y Consular de Colombia criticó la designación por las “publicaciones realizadas previamente” por Mendoza, señalando un contexto global que “exige mayor sensibilidad frente a temas de acoso, violencia de género y derechos de las mujeres”. El vierne fue la mesa en Equidad de Género de la Cancillería quien escribió a Tickner y al canciller Luis Gilberto Murillo un correo, que advierte sobre el “pinkwashing”: “una estrategia que consiste en la promoción de políticas de género sin una verdadera implementación”. Además, añade el correo, “no es la primera vez que esta administración hace caso omiso a su narrativa y principios al respaldar individuos ampliamente acusados por comportamientos y discursos violentos hacia las mujeres”.
Por eso mismo Sandra Borda, consejera de Relaciones Internacionales en la alcaldía de Bogotá, afirmó en X que “seguir hablando de política exterior feminista es una afrenta, un despropósito, casi una forma de cinismo”. Su mensaje viene acompañado de críticas dentro del legislativo, como la de la representante de izquierdas Jennifer Pedraza, crítica del presidente. “¡Otra traición a las mujeres!”, lamenta en su cuenta de X. El Gobierno también ha sido criticado por no remover al cónsul de México, Andrés Hernández, a pesar de los señalamientos de estafa y acoso en su contra; o haber tenido de embajador, y ahora consejero presidencial, a Armando Benedetti, a pesar de tener señalamientos de violencia machista en su contra. En cambio, cuando a un opositor del presidente fue señalado de acoso sexual, el magistrado César Lorduy, el jefe de Estado pidió inmediatamente su renuncia. Solo en contadas ocasiones se ha caído un nombramiento de Petro por señalamientos de acoso sexual, como el de Diego Cancino (quien iba a dirigir la Sociedad de Activo Especiales ) y Victor de Correa-Lugo (quien iba a ser embajador en Emiratos Árabes).
Pedraza y otros congresistas han pedido una moción de censura contra el canciller Murillo, quien no nombra embajadores pero sí maneja la política exterior y no se ha pronunciado sobre la designación de Mendoza. “No vamos a permitir que se premie la pedofilia, el machismo y la misoginia”, ha dicho el representante de Cambio Radical, Julio César Triana, quien anunció la moción de censura. “No sé qué es más asqueroso, si los trinos de Mendoza o la defensa ruin del presidente Petro”, dijo la representante Katherine Miranda, quien apoya la moción.
Daniel Mendoza se ha defendido en su cuenta de X, alegando que todo es un malentendido. En su defensa explica que, hace una década, citó en X a personajes de su novela, El diablo es dios, publicada en 2013 por Planeta. Esos mensajes misóginos entonces, dice, no representan sus opiniones. “Los personajes son vulgares, pero son los personajes, no yo”, dice Mendoza. “Me siento orgulloso de que para descalificarme solo puedan decir que los personajes de mi primera novela dicen groserías. La élite asesina y genocida a la que denuncié no soporta que sea leal a la filosofía humanista de Gustavo Petro”, añadió. Por su lealtad, si nada cambia, será embajador en Tailandia.