“Podría ser una de las mejores noches de mi vida como futbolista”. Después de unas semanas difíciles, frente al Borussia Dortmund Ferran Torres (Foios, Valencia; 24 años) encontró un alivio emocional en su lugar preferido: el área. “Ferran tiene un gran sentido del gol. Es un jugador que realmente se mueve muy bien”, lo acostumbraba a elogiar Pep Guardiola. Y no es lo único que sus entrenadores destacan de él. “Encarna lo que significa ser un futbolista mentalmente fuerte”, decía Xavi Hernández, mientras que Hansi Flick se rinde al delantero valenciano después de su doblete frente al cuadro alemán: “Ferran ha vuelto a ser muy importante para el equipo”.
El 29 de octubre, la dana arrasó parte de la provincia de Valencia. Los futbolistas, en general, acostumbran a mirar para otro lado durante las crisis: a la mayoría les cuesta romper la burbuja de frivolidad, demasiado cómodos en los privilegios del deporte de élite. No fue el caso de Ferran Torres. “Se me rompe el corazón viendo a mi gente y a mi tierra devastada por las inundaciones. Sé que no es consuelo, pero quiero enviar desde aquí todo mi ánimo y apoyo a las víctimas y sus familias. Mucha fuerza, Valencia”, publicó en redes sociales, dos días después de las inundaciones. Todavía lesionado, su rabia le impidió ir a ver el derbi contra el Espanyol: “¡Necesitamos un cambio en este país! No tengo fuerzas hoy ni de ir al estadio a ver a mis compañeros jugar. Frustración e indignación con nuestros gobernantes, sean unos u otros”.
Y, cuando la recuperación de la lesión muscular que sufría se lo permitió, Ferran Torres se trasladó a Valencia para colaborar en los trabajos para quitar el barro y limpiar calles, casas y negocios. “A través de su familia, Ferran canalizó diferentes ayudas para llevar comida, ropa y juguetes a la gente”, explican desde el entorno del delantero de Foios. También, según las mismas fuentes, colaboró económicamente con diferentes asociaciones protectoras de animales.
“València no oblida”. Tras marcar frente al Betis, Ferran Torres tenía un mensaje que enseñar debajo de su camiseta azulgrana. “Quería dar las gracias a todos los voluntarios que fueron a ayudar. Esto no puede caer en el olvido porque hay mucho trabajo por hacer”, declaró tras el empate frente al cuadro andaluz. Desde que recibió el alta médica, el pasado 30 de noviembre ante Las Palmas, un mes después de la dana, Ferran Torres ha participado en cuatro partidos (155 minutos) y ha marcado cuatro goles, los últimos dos en la Champions frente al Borussia Dortmund para que el Barcelona de Hansi Flick certificara su quinta victoria consecutiva en la Liga de Campeones, una racha ganadora de la que los azulgrana no disfrutaban desde la temporada 2020-2021, la última con Lionel Messi en la plantilla.
Fue justamente Ferran Torres el primer fichaje del Barcelona tras la salida de Messi. Después de despedir entre lágrimas al argentino porque no tenía encaje en el fair-play financiero del club, Joan Laporta mandó a Mateu Alemany, entonces director de fútbol del Barça, a negociar con el Manchester City por Sterling. En cambio, regresó con Ferran Torres por 55 millones de euros, más variables. El precio de su traspaso siempre ha sido un tema controvertido para el barcelonismo, por su monto (elevado para un descarte de Guardiola), pero también por el momento (el adiós de Messi en un Barça herido económicamente). Y Ferran, que por entonces tenía 21 años, padeció el runrún del Camp Nou.
Pero no se achicó. Al contrario, buscó las herramientas para trabajar la cabeza, además de potenciar su físico. “Me he marcado saber diferenciar las opiniones que tienen importancia de las que no. He trabajado el saber gestionar con mi psicólogo, cómo gestionar cuando las cosas van bien y cuándo no”, cuenta el delantero. Y no está dispuesto a bajar los brazos, ni siquiera cuando su nombre aparece en la lista de transferibles en cada mercado. “¿No crees que te podría sentar bien un cambio?”, le preguntó un compañero en el pasado verano. “No, yo quiero triunfar en el Barcelona”, resolvió. No engaña, lo dice tanto cuando anda desacertado, como cuando está acertado. “Me da igual que duden de mí. Lo demás son voces externas que no hay que tener en cuenta. Va en el contrato. Cuando estoy dentro del campo me evado de todo”, subrayó tras su doblete frente al Borussia. Es el cuarto azulgrana que firma dos goles en Champions tras comenzar el duelo en el banquillo. Antes ya lo habían conseguido Messi (2008, ante el Shakhtar Donetsk), Cristian Tello (2012, contra Bayer Leverkusen) e Ivan Rakitic (2015, frente BATE Borisov).
“He salido a ayudar al equipo porque nos estaban apretando. Con todo el partidazo que estaba haciendo el equipo solo tenía que correr al espacio, así han llegado los goles”, celebró Ferran Torres. Un esfuerzo que le agradecen sus compañeros —el Barça se había quedado sin piernas en Dortmund, un deterioro físico simbolizado en Raphinha—. Y resulta que cuando hay que apostar por la energía, Ferran Torres no se esconde. Lo agradece Hansi Flick: “Cuando hay una situación complicada, Ferran es alguien que lo va a hacer muy bien. Tiene sus propios tempos, su propio ritmo. Se concentra y trabaja muy bien los partidos. Tiene muchísimo potencial, juega muy bien, tiene una mentalidad muy positiva”. Nadie en el Barcelona duda de la mentalidad inquebrantable de Ferran, tampoco de su capacidad para generar buen ambiente en la plantilla. Ahora también se suma al poder en ataque del Barça, el equipo más goleador de la Champions (21), seguido por el Borussia Dortmund (18) y el Bayern de Múnich (17).
El mensaje de Ferran Torres no cambia desde que aterrizó en el Barcelona. Si lo necesitan, ahí estará. No le angustia el banquillo, pero tampoco le conforma. Así lo sabe el director deportivo Deco, también Hansi Flick. Y ahora lo saben Lewandowski, Raphinha y Lamine Yamal.