Es su undécimo día en el cargo como alta representante para Política Exterior y de Seguridad de la UE y Kaja Kallas (Tallin, 1977) se ha enfrentado ya a una nueva derivada en el tablero geopolítico internacional en llamas: la caída del autócrata sirio Bachar el Asad y la toma del poder en Damasco de los grupos rebeldes siros. La ex primera ministra estonia, una política liberal que ha sido durante años una de las voces más claras contra la invasión rusa de Ucrania y las distintas fórmulas de guerra del Kremlin, habla ahora con incertidumbre del futuro del país árabe, tras casi 15 años de guerra civil.
“El futuro en Siria es bastante esperanzador, pero todavía incierto”, dice a un reducido grupo de periodistas en su primera entrevista con medios impresos, en la que señala que no ve incoherencia en que se inicien más adelante conversaciones con algunos de esos grupos y que estén en la lista de la ONU como organización terroristas, como Hayat Tahrir al Sham (HTS). Habla en su austero despacho en la Comisión Europea, poco antes de salir hacia Berlín, donde se reunirá para hablar de Ucrania con los ministros de Exteriores de Francia, Alemania, Italia, Polonia, España y Reino Unido.
En su nuevo cargo, Kallas se enfrenta al reto de unificar la postura de los Veintisiete en asuntos como Oriente Próximo, lograr que se mantenga el espíritu del apoyo a Kiev y que no decaigan los fondos. Y también a la incertidumbre de qué hará la UE si el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decide retirar su apoyo a Ucrania y empujarla a una negociación con Rusia. El lunes, en su primera reunión con los jefes de la diplomacia de los países de la UE abordará la situación en Siria después de que varios de ellos hayan decidido suspender las solicitudes de asilo.
Pregunta. ¿En qué condiciones cree usted que la UE podría empezar a negociar con los rebeldes como HTS?
Respuesta. El futuro en Siria es bastante esperanzador, pero todavía incierto. No sabemos cómo se comportarán. He hablado con los ministros de la región y todos están a la espera. Realmente queremos ver que no haya una guerra civil, que no haya radicalización, que no haya persecución de minorías, que no haya terrorismo… Estamos en estrecho contacto con los actores regionales, que están muy vigilantes, y después veremos cómo nos involucramos, si es realmente la forma en que se están comportando ahora y que sea acorde con nuestros intereses.
P. ¿Cree usted que la UE debería levantar las sanciones e incluso eliminar a HTS de la lista de organización terrorista, como define la ONU a esta organización?
R. Ese no es el tema ahora, porque eso no nos impide hablar con esas personas. El enfoque europeo también tiene sus condiciones. Y las condiciones son que no haya radicalización, ni venganza, ni represalias. Veremos cómo se va desarrollando la situación en los próximos días.
P. ¿Existe el riesgo de que si se espera demasiado, por ejemplo, Rusia, que ya estaba allí, o China puedan intervenir?
R. ¿Rusia? Creo que se han visto humillados porque se han visto debilitados. Estaban allí [en Siria], pero sus pensamientos estaban en otra parte [en clara referencia a Ucrania]… Así que dejaron a El Asad. No están luchando por ese espacio en este momento. Sobre China: debemos estar atentos, pero no veo cómo pueden ocupar el espacio, porque todos los actores regionales, así como los internacionales, están interesados en una Siria estable y unificada para que sea posible atraer inversiones a esa región y el regreso de los refugiados. Es en interés de todos, que no haya terrorismo ni radicalización.
P. Parece que el G-7 sopesa avanzar hacia un reconocimiento o apertura al reconocimiento del nuevo Gobierno de Siria. ¿Es esta una condición para la UE? Y si llega ese reconocimiento, ¿implica considerar a Siria como un país al que se pueda devolver a los refugiados?
R. Ahora mismo la cuestión está en una fase realmente temprana. La cuestión no es el reconocimiento del Gobierno, sino más bien evaluar los hechos y la dirección hacia dónde va realmente Siria. Ahora bien, en lo que respecta a los refugiados: la gente no quiere abandonar sus hogares a menos que sea necesario. Las políticas de asilo también están relacionadas con la protección de quienes huyen de las zonas de guerra o de lugares donde no pueden vivir, así que si esas bases para el asilo ya no se dan, los países europeos esperan que estas personas regresen, podríamos quitar carga a Europa, tenemos otras guerras en las que la gente huye. Conocemos los problemas internos de varios países [de la UE], hemos visto elecciones en las que la migración es el tema principal, por lo que está claro que en varios países eso es lo que la gente quiere oír. Y también en los países alrededor de Siria, donde hay muchos refugiados sirios.
P. Pero retornos voluntarios, no forzosos…
R. Voluntarios. Tenemos leyes internacionales, el asilo, la migración y el pacto de asilo en la Unión Europea. Todas estas reglas deben cumplirse.
P. ¿No hay una incoherencia entre tener a HTS todavía designado como organización terrorista, la UE esperando a ver qué harán, cómo actuarán, y aún así que algunos Estados miembros digan que es seguro que los solicitantes de asilo vuelvan a Siria o que ese es el objetivo?
R. Las señales iniciales han sido buenas. Si son capaces de mantener el ritmo, es otra cuestión. Pero es política nacional de los Estados miembros. Aún así, tenemos que hablar sobre ello con los ministros de Asuntos Exteriores para tener un enfoque común, porque no puede ser que un país diga que está bien y el otro diga que no.
P. La invasión a gran escala rusa de Ucrania es uno de los temas en los que usted más ha ahondado en su etapa de primera ministra de Estonia. Crecen las voces que hablan de negociaciones, el primer ministro polaco, Donald Tusk, ha dicho que pueden empezar en invierno. ¿Es posible que estas negociaciones se lleven a cabo sin la UE o ningún actor europeo?
R. He hablado con el presidente ucranio [Volodímir] Zelenski sobre esto y si hay algún tipo de negociaciones, la UE debe estar en la mesa. Las consecuencias para Europa serían claras si hay un posible acuerdo o negociación. Pero no se están llevando a cabo tales negociaciones.
P. ¿Cree usted que las conversaciones podrían empezar este mismo invierno?
R. No podemos olvidar que Rusia no quiere esas negociaciones. Ha sido muy clara. No tiene sentido hablar de esto. Si Rusia quiere la paz, podría tenerla fácilmente retirándose de Ucrania. Es muy sencillo, está en sus manos, pero hasta ahora no han renunciado realmente a sus objetivos. Tienen los mismos objetivos de ocupar Ucrania y seguir adelante.
P. ¿No espera que el nuevo presidente de EE UU, Donald Trump, ejerza presión sobre Rusia para que se siente a la mesa de negociaciones?
R. Solo puedo evaluar qué hará basándome en lo que ha dicho en los medios. Quiere detener esta guerra rápidamente. Bueno… todo el mundo quiere detener esta guerra rápidamente. Y, de hecho, al presionar a Rusia para que detenga esta guerra, podríamos terminarla bastante rápido. Así que si lo hace, creo que podría atribuirse el mérito de poner fin a la guerra si es capaz de presionar a Putin.
P. Trump ha hablado de reducir la ayuda estadounidense a Ucrania. ¿Cree que Europa va a llenar ese vacío en materia de ayuda militar y financiera?
R. La ayuda a Ucrania no es caridad, es una inversión en nuestra propia seguridad y no solo en la seguridad de Europa, sino también en la seguridad mundial; especialmente ahora que los soldados norcoreanos también están involucrados en esta guerra, vemos grandes ejercicios militares en el mar de China Meridional. Creo que China también está aprendiendo de lo que hace Rusia. Y depende de cómo respondamos se tomará nota en otros lugares del mundo. Y también va en interés de EE UU. Así que si [Washington] reduce la ayuda, la UE tenemos que seguir apoyando a Ucrania, y aumentarlo, porque me preocupa lo que pase si Rusia gana. Creo que tendremos más guerras, y más grandes.
P. Hay dudas sobre la capacidad financiera de ese apoyo…
R. Sí, hay preguntas, pero creo que es necesario abrir el debate sobre el uso de los activos estatales rusos inmovilizados [los más de 210.000 millones de euros congelados en territorio europeo, sobre todo Bélgica y Luxemburgo] por las sanciones al Kremlin. Es mejor pájaro en mano que ciento volando. Y esa el una herramienta también de presión hacia Rusia.
P. ¿Los activos directamente? Hasta ahora la opción ha sido usar los rendimientos que genera ese dinero inmovilizado, como se ha acordado en el G-7.
R. Los activos.
P. Ha sido un tema controvertido, ¿podría haber una vía para llegar a un compromiso?
R. Entiendo las sensibilidades que tienen los Estados miembros, sobre todo los que acogen esos activos, pero no solo. Como abogada, también creo que debemos pensar en cómo podemos llegar a un acuerdo, trabajar sobre ello. Si miramos al futuro y en términos más amplios, creo que llegaremos a ese punto por el daño inimaginable que ha hecho Rusia a Ucrania. Ucrania tiene un reclamo legítimo hacia Rusia de una compensación. Ahora tenemos los activos, sabemos el valor que tienen. Y si queda algo cuando se hayan compensado todos los daños, que lo dudo, podemos devolverlo.
P. Hace unas horas, un líder de la UE, el húngaro Viktor Orbán, tuvo una conversación con Putin. Cuando usted era su colega, se manifestó en contra de su acercamiento al Kremlin. Ahora, como alta representante, ¿cómo ve esa tentativa?
R. Cada uno actúa en su nombre. Tenemos 27 líderes diferentes en la mesa, así que necesitamos trabajar con 27 democracias diferentes y debatir estos temas y si esas conversaciones aportan algo. Hay que tener en cuenta siempre que Putin realmente quiere humillar a Europa, pero tampoco deberíamos sobrestimar el poder de Rusia ni subestimar el nuestro. Muchos hablan de negociaciones, así que creen que tenemos la voluntad de emprenderlas y que si aguantan un poco más podrán salir a flote. Pero lo que hemos visto en Siria es que no son capaces de seguir luchando, que son vencibles, que se les puede derrotar y que Ucrania puede ganar.
P. Hace falta más apoyo en defensa para ellos, pero también más capacidades europeas de defensa. ¿Cuáles cree que son esas necesidades y cómo deberían financiarse?
R. Las necesidades son mucho mayores que las inversiones reales en defensa. Rusia está invirtiendo en la economía de guerra el 9% de su PIB, mientras que Europa invierte el 1,9% del PIB, de media. Y China también hace una grandísima inversión. Aunque por supuesto, las finanzas son un gran problema. He propuesto varias vías de financiación, pero debemos estar abiertos a otras. Pensemos de forma innovadora, durante los tiempos de la covid, sentimos la urgencia, nos unimos, reunimos el capital juntos porque es más barato para todos y se levantaron muchos de los criterios de Maastricht de requisito de déficit. Eso fue una preocupación de todos. El problema con la defensa es que, cuando se necesita, ya es demasiado tarde para hacer las inversiones. También es cierto que algunos países tienen mucho mejores vecinos y puede que las amenazas no se sientan ni estén tan presentes.