El secretario general del PSOE de Andalucía, Juan Espadas, ha convocado este viernes una reunión a los secretarios generales provinciales, excepto al de Cádiz, que apuesta por el relevo de Espadas en el próximo congreso regional. Esta decisión ha provocado malestar en la delegación de los socialistas gaditanos y entre el heterogéneo sector crítico, porque hay un pacto tácito para no airear sus diferencias hasta la clausura del 41º Congreso Federal el próximo domingo.
Espadas ha convocado a un almuerzo en un restaurante próximo al Palacio de Congresos de Sevilla a los secretarios provinciales de Sevilla, Javier Fernández de los Ríos; Jaén, Paco Reyes; Granada, José Entrena; Málaga, Dani Pérez; Huelva, Maru Limón; Córdoba, Rafi Crespín; y Almería, Juan Antonio Lorenzo. Sin embargo, Ruiz-Boix, secretario de Cádiz ha sido marginado.
Además de a estos dirigentes, Espadas ha convocado a “gente de su confianza” en el grupo parlamentario, como los gaditanos Irene García y Rafa Márquez (ninguno va como delegado al congreso) y al granadino Noel López, su antiguo secretario de Organización, entre otros.
Asistentes a la reunión aseguran que el dirigente andaluz les ha pedido que participen de manera activa en las comisiones del congreso, porque como delegación más numerosa (268 delegados) tienen la responsabilidad de llevar el peso de los debates. En esta cita, Espadas ha comentado a sus interlocutores que “no ha hablado” con el líder del partido y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de nada. Es decir, ni de su continuidad al frente de la secretaría general ni los andaluces que figurarán en la ejecutiva.
Ruiz-Boix ha confirmado a este periódico que no ha sido invitado y ha afirmado que no era un encuentro ni de secretarios generales ni de cabeza de delegación. Asistentes a la reunión han explicado la marginación del líder del PSOE de Cádiz en que Espadas había convocado solo a “gente de su confianza”.
Fuentes del sector crítico han expresado su “malestar” por la decisión de Espadas de dejar fuera a una provincia en los preparativos del congreso, “rompiendo” un acuerdo de todas las partes para no enturbiar la cuarta elección de Pedro Sánchez como secretario general.