Los Mossos d’Esquadra encontraron tres millones de euros en efectivo, una de las mayores aprehensiones de su historia, en el operativo desplegado el pasado martes contra la mafia china que mueve el dinero del crimen organizado, según han explicado a EL PAÍS fuentes de la investigación. A la cifra se suma otro millón que han encontrado en diversas aprehensiones durante la instrucción. Los 24 detenidos (17 hombres y 7 mujeres) por blanqueo de capitales y tráfico de drogas han empezado a desfilar este jueves ante el juez de Badalona Josep Maria Noales, que investiga un sistema bancario opaco conocido como hawala o fei chien (en chino, literalmente, “dinero que vuela”) que ha servido para financiar, supuestamente, a grupos criminales con apoyo de facciones de origen albanés, lituano y español, según esas mismas fuentes. Los investigados movían grandes cantidades de dinero en vehículos caleteados, o sea modificados con cavidades ocultas; en uno de ellos llegaron a localizar casi un millón de euros.
Los más de 30 registros de la Operación Doulou del martes son la segunda fase de una investigación que puso al descubierto los secretos del fei chien, una suerte de banca paralela en manos de ciudadanos chinos que opera en todo el mundo. El crimen organizado es el usuario preferente de ese sistema por su opacidad, ya que permite cerrar transacciones (por ejemplo, la compra de droga) sin hacer transferencias bancarias y sin tener que cruzar fronteras con maletines llenos de billetes, lo que reduce los riesgos para los delincuentes. Los hawaladores (los banqueros informales) se encargan de todo a cambio de una comisión. En aquellos registros, que tuvieron como epicentro un polígono industrial de Badalona, apenas se hallaron 100.000 euros. Pero los investigadores sospecharon que, si seguían el rastro del dinero, podían llegar más lejos. Acertaron.
El auto del juez que ordena las entradas y registros, al que ha accedido EL PAÍS, da una idea de la dimensión de este nuevo operativo. Gracias a los seguimientos, las intervenciones telefónicas y la instalación de dispositivos en vehículos particulares, los Mossos han podido desentrañar cómo la facción china, con gran disposición de efectivo gracias, en parte, a los negocios textiles al por mayor que regentan, movía el dinero del narcotráfico para trasladarlo a los otros hawaladores y hacerlo llegar, también, a los narcotraficantes.
El grupo mafioso chino estaba dirigido, según el auto judicial, por un matrimonio que reside en Sabadell que “centraliza las entregas de efectivo”. La vivienda de Sabadell, que fue registrada, funcionaba de hecho como “centro de reuniones” con las facciones que colaboraban con ellos (una albanesa y otra lituana). La sospecha de que podía albergar mucho dinero despertó el apetito de otros criminales. En enero de 2023, mientras el matrimonio estaba de viaje en el extranjero, un familiar denunció el robo a mano armada de una furgoneta Mercedes Benz en el aparcamiento. El vehículo fue hallado, horas después, incendiado. Todo apunta, indica que el juez Noales, que los autores “lo habrían sustraído para localizar en el depósito oculto tipo caleta importante cantidad de dinero en efectivo metálico”.
A lo largo de un año de investigación, los Mossos acreditaron “múltiples entregas de dinero efectivo vinculadas a delitos contra la salud pública”, sobre todo tráfico de hachís y marihuana. En total, los investigadores se incautaron de un millón de euros, que deben sumarse a los más de tres millones hallados en los registros del martes. Durante las vigilancias, los policías también intervinieron, por ejemplo, 270 kilos de marihuana en un camión tipo tráiler con destino a Europa del Este.
Una asociación de comerciantes como tapadera
Otro matrimonio chino que ya fue investigado en la primera operación y que reside en una urbanización de lujo de Badalona, Mas-Ram, también tiene un papel preponderante. Esa casa era uno de los lugares predilectos para la entrega de efectivo al encontrarse en una “urbanización residencial con un cierto grado de privacidad y discreción”. Un familiar de la pareja regentaba un restaurante en el polígono sur de Badalona (un enjambre de comercios chinos al por mayor, especialmente del textil) que conectaba por su piso superior con una supuesta “asociación general de comerciantes chinos”, una tapadera que se utilizaba, en realidad, como punto de recogida de efectivo.
El matrimonio chino de Sabadell que supuestamente dirigía el entramado contaba con el apoyo de una especie de “guardaespaldas”, uno de los líderes de la facción albanesa, encargada de la “recepción y custodia de grandes cantidades de dinero” que, además, se encargaba de distribuir a los destinatarios finales. Uno de los investigados albaneses fue interceptado en Países Bajos con 73.000 euros ocultos en un coche. Los responsables de haber manipulado los vehículos también están entre los 22 detenidos. La facción lituana, por su parte, supervisaba igualmente la recogida del dinero; por ejemplo, con un AudiQ5 que hacía una media de 1.000 kilómetros diarios entre diferentes localizaciones de la Comunidad Valenciana, Andalucía y Madrid.