José Pablo López, el hombre que apostó todo por el fichaje de David Broncano y fue cesado en el intento, regresa a Radiotelevisión Española como su nuevo presidente para los próximos seis años. Así lo ha decidido la mayoría absoluta del Congreso de los diputados en la segunda votación sobre su nombramiento celebrada este jueves, 48 horas más tarde de un primer sufragio donde su candidatura propuesta por el PSOE no logró los dos tercios de apoyos parlamentarios. El segundo intento ha logrado 178 apoyos de los socialistas y sus socios, de un total de 350 escaños.
La misma rebaja de mayorías por la que también se ha designado al nuevo consejo de administración que López empezará a liderar en cuanto tome posesión del cargo estaba prevista en el decreto ley aprobado por el Gobierno para renovar de urgencia la corporación de medios públicos españoles. Y el guion pautado cuando el ministro de Transformación Digital, Óscar López, presentó la norma se ha cumplido sin demora. La renovación exprés de los consejeros culminó hace siete días, un mes después de la entrada en vigor del decreto ley, y a la semana siguiente RTVE ya tiene un nuevo presidente.
Este último giro de guion en la trayectoria de José Pablo López forma parte de una trama plagada de ambición y traiciones que culmina una prolongada crisis de gobernanza en RTVE. Su abrupta salida durante unos explosivos plenos del consejo de administración celebrados a finales del pasado marzo evidenció las tensiones que se habían fraguado entre la cúpula. Como director de contenidos, López mantuvo diversos pulsos con Elena Sánchez, presidenta interina desde la dimisión de José Manuel Pérez Tornero en septiembre de 2022. Sánchez fue cesada a continuación de López, durante el mismo pleno del consejo de administración.
Para entonces, el enfrentamiento entre ambos había llegado al cénit durante la negociación de las condiciones en la contratación del humorista David Broncano. Al día siguiente de la defenestración de Sánchez y López, los consejeros eligieron a Concepción Cascajosa como nueva presidenta interina previa salida —como condición para uno de los votos favorables— del secretario general, Alfonso Morales. Cascajosa cede ahora el testigo en la presidencia a José Pablo López en su regreso a las arenas movedizas de sede de la corporación en Prado del Rey, a las afueras de Madrid.
Pisar callos no va a ser nada nuevo para él. Malagueño nacido en Sayalonga hace 47 años y con formación en Derecho y Periodismo, ha conocido los resortes de la industria audiovisual española en otros operadores como La Sexta. Allí ocupó cargos directivos tras una etapa en el despacho Écija Abogados, cuyo dueño es Hugo Écija, hermano del conocido productor Daniel Écija. Entre 2010 y 2016, dirigió Trece, televisión que acabó en manos de la Conferencia Episcopal. Y al año siguiente, pasó a liderar Telemadrid por medio de un concurso público, tras el cual tanto el PP como el PSOE y Ciudadanos votaron a favor de su nombramiento en la Asamblea madrileña.
La misma Cámara autonómica lo defenestró en julio de 2021, tras la mayoría absoluta de Isabel Díaz Ayuso y mediante un acuerdo entre el PP y Vox que propició el regreso de José Antonio Sánchez como administrador provisional. El salto a RTVE llegó para López al año siguiente, con José Manuel Pérez Tornero como presidente. Sustituyó en la dirección de contenidos a Amalia Martínez de Velasco, destituida mediante una profunda división en el consejo de administración. Los conocidos como Plenos de Puerto Hurraco del pasado marzo sepultaron su carrera en la corporación hasta su regreso por la puerta grande de Prado del Rey.
Allí tampoco le esperan con los brazos abiertos. Predomina una desazón generalizada entre los trabajadores por la prolongada crisis de gobernanza que tendrá que afrontar. Durante su etapa anterior, López también dejó algunas heridas, luces y sombras. “Tendrá que ser cuidadoso con sus arrebatos”, dice uno de los integrantes de la cúpula de RTVE que ha permanecido hasta ahora. “Pero estoy seguro de que ha aprendido la lección de lo que le pasó. Y es alguien que va con las ideas claras. Eso será importante para remover una corporación convertida en una especie de ministerio muy viejo y agarrotado. La clave estará en el equipo que decida formar”.
Plenos poderes
Para designar a ese equipo más cercano, el que compone la estructura de alta dirección, el nuevo presidente contará con plenos poderes en virtud del decreto ley aprobado por el Gobierno. Eso era algo que hasta ahora se decidía en el seno del consejo de administración. Y la misma potestad tendrá para realizar determinadas contrataciones de programas, lo que merma la capacidad de decisión del órgano de gobierno. “Se me escapa en qué cuestiones se puede centrar la actividad del nuevo consejo de administración”, dice uno de los integrantes de dicho órgano hasta ahora.
Una de las candidatas a formar parte del nuevo equipo directivo de López es su antecesora, Concepción Cascajosa. Con ella en la presidencia interina culminó la polémica contratación de Broncano. Durante su labor desde la pasada primavera, Cascajosa ha afrontado escándalos como una filtración de las oposiciones al puesto de informador. Y ha lidiado con una profunda división interna que llevó a dos recientes intentos de votación sobre su continuidad. El Gobierno justificó con la situación de “bloqueo” interno y la imposibilidad de llegar a un acuerdo político con el PP la aprobación del decreto ley que ha acelerado la renovación. De este modo se dará el relevo a una presidencia interina y un consejo de administración que tenía a la mitad de sus 10 integrantes con el mandato caducado desde abril, además de una vacante que correspondía a los socialistas sin cubrir desde la dimisión de la presidencia y del consejo que José Manuel Pérez Tornero formalizó en septiembre de 2022.
Los nuevos consejeros al mando de López aumentan en número a 15 integrantes y tendrán dedicación exclusiva —algo antes solo previsto para la presidencia—, con un salario anual que puede llegar hasta los 100.000 euros. Junto a López, el Congreso ha designado también a propuesta del PSOE a Esther de la Mata (hasta ahora jefa de prensa del ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños), Angélica Rubio, Rosa León y Mercedes de Pablos; Miquel Calçada Olivella, alias Mikimoto, a propuesta de Junts; Sergi Sol, por ERC; Marta Ribas y María Teresa Martín, por Sumar; Mariano Muniesa, por Podemos; y María Roncesvalles Solana, por el PNV. Junto a estos 11 nuevos consejeros nombrados por la Cámara baja, los cuatro restantes que el decreto para RTVE reservaba al Senado han sido designados a propuesta del PP. Eladio Jareño, Rubén Moreno, Ignacio Ruíz Jarabo y Marina Vila lograron también la mayoría absoluta de la Cámara alta en la segunda votación. Un proceso que el partido de Alberto Núñez Feijóo critica con fiereza, pero en el que ha decidido participar “para controlar los desmanes” que según los populares el PSOE se dispone a ejecutar con sus socios en la corporación.
“Dedicar tiempo al consejo para evitar divisiones”
“A pesar de los poderes que le otorga el decreto, José Pablo tendrá que dedicar tiempo al consejo para evitar divisiones como las que se han vivido en el anterior”, afirma uno de los consejeros salientes. “Será bueno que intente darle la vuelta a la tortilla de RTVE”, dice otro integrante de la cúpula. “Pero para hacer un cambio real hay que aprobar un nuevo Mandato-Marco, y eso no depende de él sino de que las Cortes lleguen a un acuerdo político. Entre sus retos también va a estar recuperar la estructura territorial y lograr una nueva financiación”.
De momento, una partida presupuestaria de 1.200 millones anuales y más de 6.500 trabajadores esperan la llegada del renacido José Pablo López. En su mano está lograr que la corporación de medios públicos adquiera una entidad propia, más allá del oxígeno que su apuesta por Broncano ha insuflado a las audiencias, y consolidar la conexión con un público que otorgue sentido a su existencia.