En la cara de Iratxe García (50 años, Barakaldo) se nota que ha bajado la tensión que se reflejaba las semanas anteriores, cuando la Comisión Europea ―ratificada este miércoles por el Parlamento Europeo― estuvo varias veces al borde del abismo por la ofensiva del Partido Popular español, respaldado hasta el penúltimo momento por su familia europea, para tumbar la candidatura de Teresa Ribera como número dos del Ejecutivo comunitarios, y el rechazo socialdemócrata al enviado de Giorgia Meloni, Raffaele Fitto. La líder del grupo de los Socialistas y Demócratas en la Eurocámara se esfuerza ahora por tender la mano a los conservadores, aunque les exige que apuesten por la “mayoría europeísta” (populares, socialistas, liberales y verdes) y dejen de armar mayorías alternativas con la ultraderecha. Pero las heridas de varias semanas de pelea todavía están abiertas. Se ha visto con claridad en la ajustada mayoría que ha logrado la segunda edición de una Comisión presidida por la conservadora alemana Ursula von der Leyen.
Pregunta. La Comisión Europea ha logrado el respaldo de 370 eurodiputados, el 51% del Parlamento. Es el porcentaje más bajo desde, al menos, 1995. ¿Es un anticipo de lo que se va a ver esta legislatura?
Respuesta. Es la consecuencia de una decisión errónea de la presidenta Von der Leyen, de la que ya advirtió el grupo socialista y que ha tenido consecuencias. La decisión de poner a un miembro de ECR [Conservadores y Reformistas Europeos, grupo donde se incluye el ultraconservador Hermanos de Italia] como vicepresidente ejecutivo ha supuesto que muchos apoyos a la presidenta en julio se hayan pasado al no o a la abstención. Creo que es clave que Raffaele Fitto sea vicepresidente.
P. ¿Solo eso?
R. También cuenta el voto contrario del PP español dentro del PP europeo y que dentro del propio ECR no ha habido una mayoría de votos [positivos], a pesar de que Fito sea vicepresidente.
P. Si solo contamos los votos españoles, únicamente PSOE y PNV han respaldado a la Comisión. ¿Cómo lo lee en un país con una opinión pública tan europeísta?
R. Hay quien ha puesto los intereses de su partido por encima del interés europeo. No es fácil poner de acuerdo a fuerzas políticas tan distintas, pero tradicionalmente Europa se ha construido así, con una alianza de socialdemócratas, populares y liberales a la que se han unido después Los Verdes. Pero la estrategia del PP Español de torpedear cualquier acuerdo para que Teresa Ribera no fuera la vicepresidenta ha condicionado mucho la negociación.
P. También ha habido bajas de los populares eslovenos, de socialistas franceses y alemanes. ¿Seguirá así en el futuro?
R. El voto, también las divisiones internas de los grupos, refleja la complejidad del momento y lo delicado que es en estos momentos cualquier negociación donde interfieran los intereses nacionales, que es claramente lo que ha ocurrido. Pero los socialistas alemanes y franceses que no han apoyado a la Comisión han intervenido en el pleno diciendo que desde el día de mañana el grupo está unido al 100% para trabajar por la mayoría proeuropea, es decir, populares, liberales, socialdemócratas y verdes. Y si el trabajo parlamentario pivota sobre esa mayoría, la Comisión puede tener la estabilidad que necesita.
P. Hay una Comisión Europea con 14 miembros del Partido Popular, dos de ECR y otro de Patriotas por Europa, el grupo del primer ministro húngaro Viktor Orbán, y 17 comisarios desde el centroderecha hasta la ultraderecha. ¿Lo cree posible?
R. Tiene que hacerlo. Tiene que hacerlo porque la realidad de los gobiernos nacionales influye en la composición de la Comisión Europea. Pero la Comisión Europea tiene que actuar por un interés común y desde las diferentes posiciones ideológicas. Tenemos que llegar a acuerdos. No quiero que la polarización que existe en estos momentos en muchos de los países de Europa se contagie a la política europea. El peligro existe y la responsabilidad está en nuestras manos de que eso no ocurra también.
P. ¿Y qué garantías tiene de que Von der Leyen cumpla los acuerdos programáticos logrados?
R. Su responsabilidad como presidenta de la Comisión Europea. Ahora ha dejado de ser la candidata del Partido Popular y pasa a ser la presidenta de toda la Comisión Europea. Debe leer el resultado y el debate de hoy: si quiere certezas en el camino que se abre ahora, hay una mayoría clara dispuesta. Pero el toque de atención es evidente.
P. ¿Asume alguna autocrítica por cómo ha conducido la negociación en el Parlamento en las últimas semanas?
R. He llevado el proceso de negociación en línea total con un debate abierto dentro de mi grupo. Evidentemente como líder del grupo asumo la responsabilidad última. Pero también quiero trasladar que dentro del grupo hay una unidad absoluta al trabajo hecho, guste más o menos el resultado final, sobre lo que evidentemente hay distintas posiciones. Hemos hecho lo que teníamos que hacer. Al comienzo de la negociación uno tiene que poner siempre encima de la mesa los objetivos más altos y, a partir de ahí, ver a qué renuncia. Aunque creo que menospreciamos la irresponsabilidad del PP español, que ha estado dispuesto a generar una gran crisis institucional en Europa [por vetar a Teresa Ribera]. Finalmente, el PP europeo ha seguido la línea responsable [al desbloquear la situación la semana pasada].
P. ¿Se podrá reconstruir la confianza entre los grupos políticos?
R. Todo proceso de negociación tiene un coste. Pero hay un mensaje cargado de verdad: hay una mayoría de verdes, liberales y socialdemócratas que queremos trabajar con el Partido Popular, pero con un Partido Popular sin dobles juegos. No es aceptable que, por un lado, conformen mayorías con la extrema derecha en [algunos] temas y, por otro lado, apelar a la responsabilidad de los otros grupos.
P. Pero esa posibilidad está abierta en el texto firmado la semana pasada.
R. Evidentemente está en manos del PPE. El Partido Popular tiene dos mayorías posibles. Nosotros le tendemos la mano para actuar con responsabilidad y dar estabilidad a Europa. Pero tiene que elegir.
P. ¿Lanzarán algún ultimátum si el PPE persiste en ese juego?
R. No es cuestión ahora de hablar de ultimátums cuando acabamos de cerrar un acuerdo.