Argentina abre sus puertas a importaciones más baratas al dejar de cobrar un arancel que pesaba sobre ellas. La medida del Gobierno de Javier Milei tiene como objetivo aumentar la competitividad y bajar la inflación, que el mes pasado fue del 2,7% y está en el 193% interanual, ya por debajo del 211,4% con el que cerró en 2023. La decisión supondrá un alivio para los bolsillos de los argentinos, pero incrementa la tensión entre el Gobierno y los industriales, que quedó plasmada este martes con la ausencia de Milei y de su ministro de Economía, Luis Caputo, en la conferencia en Buenos Aires de la UIA, la cámara que los agrupa. “Queremos igualdad de condiciones para poder competir”, advirtió el presidente de la conferencia, Martín Rappallini.
Los empresarios denuncian que la eliminación del arancel del 7,5% castigará la producción nacional a menos que haya también rebajas de impuestos locales y se corrija una política cambiaria que devalúa el peso frente al dólar a un ritmo inferior que la inflación. El fortalecimiento de la moneda local, señalan, dificulta tanto la exportación de bienes nacionales como la competencia con los importados.
El Fisco argentino, rebautizado como ARCA por el Gobierno de Milei, informó que el impuesto PAIS seguirá vigente hasta el 23 de diciembre, pero la Aduana dejó de exigir desde el martes su desembolso por adelantado para las importaciones. El motivo es que el plazo mínimo desde que los bienes pasan por la Aduana hasta que se paga es de 30 días y si no se hubiese eliminado esa retención, en el momento del pago ya no existiría el impuesto y no sería deducible.
El impuesto PAÍS fue creado por el Gobierno del peronista Alberto Fernández en diciembre de 2019, pocos días después de asumir, para gravar con un 30% los viajes y los consumos en dólares en el exterior. A mediados de 2022, se extendió a las importaciones, que pasaron a estar afectadas por un arancel del 7,5%. Cuando Milei asumió, elevó el impuesto a las importaciones hasta el 17,5% como parte del plan de shock para eliminar el déficit fiscal. Lo volvió a reducir hasta su valor original en septiembre y ahora comienza su desaparición definitiva, que se extenderá a los consumos en el exterior dentro de un mes, justo cuando arranca la temporada de vacaciones.
La reducción del ritmo de inflación se ha convertido en la bandera más exitosa de Milei y el Gobierno quiere mantenerla en alto de cara a las elecciones legislativas del año que viene. “Hoy la Argentina tiene, en algunos casos, precios mucho más altos que los precios internacionales”, advirtió el ministro Caputo el viernes durante un encuentro con empresarios. Equipos tecnológicos, electrodomésticos y ropa y calzado están entre aquellos bienes con mayor sobreprecio respecto al de otros países vecinos. “Queremos abrirnos más al mundo, al comercio, porque eso implica para la gente poder adquirir mejores bienes a un mejor precio”, dijo el ministro de Economía para justificar la eliminación del arancel.
Las autoridades señalan que la desaparición de este impuesto permitirá también abaratar los costes de las materias primas y de los bienes intermedios importados. De ese modo, sostienen, las empresas podrán bajar los precios de los productos terminados en Argentina y se estimulará la competencia.
Los empresarios disienten, ya que consideran que el país latinoamericano tiene problemas de competitividad derivados de la elevada carga tributaria para las empresas, salarios altos y grandes costos de transporte. Sostienen que en estas condiciones se hace cuesta arriba competir contra los bienes de otros países. “Los industriales no tenemos ni pedimos privilegios”, dijo este martes Rappallini al inaugurar la Conferencia. “No pedimos protección, queremos igualdad de condiciones para poder competir. Es ante la falta de igualdad que necesitamos una defensa del ataque de países que subsidian la producción, los insumos y las exportaciones. Países y sistemas que no cumplen con las reglas de comercio internacional establecidas”, agregó el presidente de la conferencia.
La industria argentina se ha beneficiado durante años de numerosas restricciones a las importaciones, lo que en algunos casos ha permitido altos márgenes de ganancias inimaginables en países con mayor competencia. Sin embargo, la apertura decretada por el Gobierno golpea a las empresas en un momento delicado: el consumo se ha desplomado más de un 10% en los últimos doce meses, según datos oficiales. Los más veteranos temen que se repita la crisis que atravesaron durante el Gobierno neoliberal de Carlos Menem en los años noventa, cuando miles de pequeñas y medianas empresas quebraron al ser incapaces de competir con los productos importados.
Los economistas advierten también que el abaratamiento de las importaciones incentivará las compras externas y, con ellas, la demanda de divisas, lo que sumará presión a las reservas del Banco Central. Lo mismo ocurre con el turismo: como Argentina se ha encarecido mucho en dólares, el número de personas que viajan al extranjero ha aumentado casi un 40% interanual, mientras que los visitantes se han reducido un 37%, según datos oficiales.
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