La petición de la pena máxima no era una sorpresa. Veinte años era lo que podía esperarse para el acusado de violar durante 10 años a su mujer, a la que drogaba sistemáticamente para que otros hombres, más de 50, también abusaran de ella en su propio domicilio. Lo interesante, justo cuando el proceso por las violaciones cometidas y orquestadas por Dominique Pélicot llega a su parte final, era leer la argumentación de la fiscalía. “El objetivo del juicio es cambiar las relaciones fundamentales entre hombres y mujeres”, señaló el ministerio público en su escrito. El proceso deberá ahora continuar y la defensa deberá pronunciar también su alegato. La sentencia se espera para el próximo 20 de diciembre.
El juicio por las violaciones de Mazan entra en su recta final tras 11 semanas de audiencias en el tribunal de Aviñón. Este lunes comenzaban los alegatos finales de la fiscalía, iniciando con Dominique Pélicot, el septuagenario que durante esos 10 años drogó, violó y permitió que otros violaran a su esposa. En la jornada que se celebra en el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, la fiscalía se refirió así al proceso: “Este juicio sacude nuestra sociedad en su relación con el otro, en los vínculos más íntimos entre seres humanos. Nos obliga a comprender nuestras necesidades, nuestras emociones, nuestros deseos y, sobre todo, a tener en cuenta los del otro”, declaró Jean-François Mayet, el primero de los dos representantes de la acusación en tomar la palabra, subrayando una de las claves de un juicio cuyas conclusiones penales están tan claras. Es decir, que el objetivo “no es solo una condena o una absolución”.
La fiscalía también detalló que se han tenido en cuenta tres circunstancias agravantes para solicitar la pena: que estas violaciones se cometieron en grupo, por parte del cónyuge y, finalmente, bajo sumisión química. La acusación pública también mencionó delitos vinculados a estas violaciones, como la difusión de imágenes sexuales de su hija Caroline y de sus dos nueras. “Cuando Dominique Pélicot escribe [a los internautas a quienes envía las fotos de sus nueras y su hija] ‘estoy rodeado de buenas putas’, no actúa por un impulso. Ha tenido tiempo de reflexionar sobre lo que hacía”, subrayó la abogada general. Y continuó: “Esta observación demuestra que la desviación de Dominique Pélicot no se limita únicamente a su esposa”.
Pélicot volvió a negar la semana pasada que tomara esas fotos de su hija Caroline o que abusara de ella, algo que provocó un violento enfrentamiento entre ambos en la sala. Ante la ausencia de elementos objetivos y materiales, no se presentaron cargos de violación ni de sumisión química contra Dominique Pélicot en relación con su hija. “No se minimiza su sufrimiento, por muy legítimo que sea, pero no todo sufrimiento puede traducirse en términos jurídicos”, declaró la fiscalía sobre esta parte del caso.
“No hay sorpresas. Quizá sí sobre las motivaciones. Creo que la fiscalía no tiene en cuenta la personalidad de Dominique Pélicot”, señaló su abogada, Beatrice Zavarro, resignada con la pena solicitada. “Está abatido, claro. Pero el caso de los demás habrá que verlo también”, insistió en referencia a una de las claves de la defensa, basada en que Pélicot no manipuló al resto de violadores. La cuestión ahora, quizá más interesante penalmente, es qué grado de responsabilidad y qué pena se solicitará para los otros 50 acusados de violar a Gisèle Pélicot.