Chile celebra este domingo la segunda vuelta de las elecciones de gobernadores en las 11 regiones —de un total de 16—donde ninguno de los candidatos consiguió superar la barrera del 40% a finales de octubre. La gran incógnita es cuántos aumentará la derecha, que estratégicamente ha buscado instalar la idea de que estos comicios son un plebiscito al Gobierno de Gabriel Boric, cuya gestión tiene una aprobación del 28%, según la encuesta Cadem. La izquierda, que arrasó cuatro años atrás en las votaciones regionales, tiene el desafío de conservar el mayor número posible, y para eso sus esperanzas están puestas en quienes votaron nulo y blanco en la primera vuelta (17% de los casi 12 millones que sufragaron). Los analistas apuntan que los territorios para seguir son la Región Metropolitana de Santiago (RM), la de Valparaíso y la del Biobío, donde se concentra más de la mitad del padrón electoral.
Las primeras elecciones democráticas de gobernadores en el país sudamericano fueron en 2021, bajo el mandato de Sebastián Piñera, donde la derecha sufrió una derrota mayúscula al solo lograr uno de los 16 cargos en disputa. El voto entonces era voluntario, y la participación en la primera vuelta fue de un 43% y en la segunda, de apenas un 19%. Esta vez el sufragio es obligatorio, por lo que unos 15 millones de chilenos están obligados a acudir a las urnas o arriesgan una multa. El piso es tan bajo en la derecha respecto a los comicios anteriores, que los vientos juegan a su favor. Además, esta vez compiten siendo oposición y las elecciones de medio término suelen favorecer a los candidatos contrarios al gobierno de turno.
Hasta ahora, ya se sabe que este domingo el oficialismo sumará al menos un gobernador a los cuatro que ya fueron electos en la primera vuelta —en Antofagasta compiten dos candidatos del mismo sector—, y la oposición, que ya cuenta con uno, añadirá otro —en Los Lagos se enfrentan dos alternativas de la oposición—. En la charla Elecciones de Gobernadores: ¿Hacia dónde va Chile?, organizada este viernes por la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez, Isabel Plá, exministra de la Mujer del segundo mandato de Piñera (2018-2022), quien durante dos meses fue la carta de la centro derecha para la gobernación de la RM, planteó que la importancia de estas elecciones radica en que se ejercitan las coaliciones que van a funcionar el próximo año, en las presidenciales y parlamentarias.
“No es una elección al mejor gestionador, sino política porque el cargo es muy desconocido”, añadió la relacionadora pública. Sobre este punto, el analista político Pepe Auth, exdiputado por la centroizquierda, sostuvo que los resultados dirán si se trata de una elección política o no, según cuánto pese la dimensión del plebiscito al Gobierno de Boric, y cuánto las características, redes e influencias de cada candidato. “Esa artista fue muy baja en la elección de alcaldes por la fragmentación”, afirmó. En las municipales, marcadas por la despolitización, se presentaron varios aspirantes por comuna, por lo que a los votantes les era difícil saber a qué partido pertenecían cada cual. El balotaje de los gobernadores facilita esto, ya que son dos opciones: oficialismo u oposición. Esto puede repercutir también en una disminución de los blancos y nulos.
Plá defendió que con esta segunda vuelta, que cierra el proceso de las elecciones locales (gobernadores, alcaldes, concejales y consejeros regionales) va a rebalancear las fuerzas políticas, permitirán medir el peso de cada partido y definir, por ejemplo, “qué incentivo va a haber para hacer primarias” el próximo año. La exministra remarcó que los proyectos políticos con republicanos, del ala más dura de su sector, son distintos. Chile Vamos, dijo, tiene una vocación muy fuerte de mayoría: “Y republicanos, por supuesto que quieren ganar una presidencial en algún momento, pero no está en la fase de convocatoria mayoritaria, sino que todavía en la conquista de sus sectores más importantes. Y ha nacido un nuevo partido que fragmenta a la derecha que es el Social Cristiano”.
Una de las disputas cruciales es la que se dará en la RM entre el actual gobernador independiente de la centroizquierda, Claudio Orrego, y el abogado y panelista del programa de televisión Sin Filtro, Francisco Orrego, apoyado por las derechas. “Es la parodia de las paradojas. El candidato de la derecha es más cercano a los estilos del octubrismo, disruptivo, anti establishment, y el de la izquierda, de la tradición republicana”, aseguró Auth. El analista cree que, independientemente del resultado, Francisco Orrego es una figura política promisoria a ser uno de los candidatos a ser un Javier Milei en Chile. “Está haciendo una carrera para llegar a eso (…) y Chile Vamos puede terminar arrepintiéndose de haber contribuido a generar un nuevo monstruito”, añadió.
Plá, por su parte, que fue reemplazada por Francisco Orrego como la opción de la derecha tradicional por la gobernación de la RM, confesó que ella no marcaba en las encuestas porque era “una candidata muy clásica”. Le recomendaban que hablara fuerte y entrara en el barro, algo que no le acomodaba. Hoy defiende que su candidato es un personaje y que la política actual, en sociedades polarizadas como la chilena, tiene un factor de show que no se puede ignorar. “Es lo más parecido que hemos tenido una batalla cultural, con elementos que no estábamos acostumbrados en Chile”, planteó y agregó que fue la izquierda la que empujó a ese escenario al, según ella, descalificar al candidato por sus orígenes.