El Partido Popular Europeo (PPE), que espoleado por el PP de Alberto Núñez Feijóo lleva una semana bloqueando la evaluación en las Comisiones del Parlamento Europeo de la española Teresa Ribera para una gran vicepresidencia comunitaria, ha abierto la puerta a apoyar a la ministra española. Los populares aguardan a analizar la comparecencia, a petición propia, que está manteniendo Ribera en el Congreso, para contentar a los españoles del PP, que hasta ahora rechazaban de plano a la ministra de Transición Ecológica como número dos del Ejecutivo comunitario de la conservadora Ursula von der Leyen.
Mientras, los socialdemócratas debaten el apoyo a Raffaele Fitto, designado por la ministra italiana, la ultraderechista Giorgia Meloni, y candidato a otra vicepresidencia comunitaria, y al húngaro Olivér Vàrhelyi, aliado del nacionalpopulista Viktor Orbán, comisario de Salud y Bienestar animal. Hay algunas voces profundamente insatisfechas con ese aval, que el PPE había puesto como un requisito esencial para apoyar a Ribera. Los socialistas creen que es cruzar una línea roja sobre la ultraderecha.
El presidente español, Pedro Sánchez, el líder socialdemócrata más fuerte hoy en el Consejo Europeo, abrió ayer la puerta a ese aval. “Lo que dicen los tratados es que todos los países tienen derecho a elegir comisario o comisaria. Es el Gobierno italiano que decide quién va o quién no va, y el Gobierno de Hungría y el Gobierno de España, Portugal, Francia o Alemania. Por tanto, no es que haya ninguna línea que se haya sobrepasado, porque no afecta al acuerdo político”, argumentó ayer Sánchez.
Si populares, socialistas y liberales levantan los vetos cruzados, se desbloquearía la formación de la nueva Comisión Europea. El acuerdo está “cerca”, dicen fuentes parlamentarias. Se podría resolver con las carteras intactas de Ribera —pese a la furia del PP— y de Fitto y con algunas precisiones en los temas de los que se ocupa el húngaro, como clarificar que sus temas a gestionar no incluyen salud reproductiva o gestión de pandemias.
Los tres grupos, que alumbraron durante el verano en la mesa de los líderes en el Consejo Europeo el acuerdo para nombrar a los altos cargos de la UE y que acordó la semana pasada posponer las evaluaciones de los seis vicepresidentes (incluidos Fitto y Ribera) que quedan pendientes del nuevo colegio de comisarios de Von der Leyen, tienen previsto reunirse este miércoles para avanzar en el desbloqueo, una reunión a la que podría asistir la presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola, y la de la Comisión Europea.
Socialistas, liberales y populares negocian ahora, además, una declaración escrita de colaboración que marcaría las líneas generales de cooperación durante la legislatura que inicia. Algo que para los socialdemócratas y liberales es una contraprestación a cambio de avalar a Fitto y a Varhelyi. Para los populares es una forma de recuperar la confianza en la plataforma con la que han colaborado durante décadas.
El documento es ambiguo, no incluye nada que ate las manos a los partidos firmantes para cooperar en alianzas con otros grupos, una condición esencial para el PPE, el grupo más poderoso en número de eurodiputados en la Eurocámara, que no quiere renunciar a la geometría variable y busca poder elegir pactar a ambos lados del hemiciclo, por ejemplo, con los ultraconservadores Reformistas y Conservadores Europeos (ECR), el grupo en el que está Hermanos de Italia, de Meloni y Fitto, con el que ya ha colaborado ya.