Los saqueos amenazan cada vez con más intensidad la entrega de ayuda humanitaria en Gaza. Un convoy humanitario formado por más de un centenar de camiones cargados de alimentos fue asaltado de forma violenta el fin de semana en Gaza en el peor incidente de este tipo que se produce desde el comienzo de la guerra, según informó el lunes la agencia de la ONU para los refugiados de Palestina (UNRWA, por sus siglas en inglés). El saqueo, probablemente perpetrado por una banda criminal, expone el colapso del orden público provocado en la Franja por la ofensiva militar de Israel, así como las crecientes dificultades para enviar ayuda en medio de una catastrófica crisis humanitaria que se está deteriorando rápidamente.
El convoy asaltado, que transportaba ayuda del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y de la UNRWA, estaba previsto para el domingo, pero recibió instrucciones del ejército israelí de salir un día antes, la mañana del sábado, con poca antelación y a través de una ruta alternativa y desconocida, según detalló el portavoz del secretario general de la ONU, Stéphane Dujarric. El ataque ocurrió poco después de que los camiones, 109 en total, entraran en el sur de Gaza. La mayoría de vehículos (97 según la UNRWA; 98 según Dujarric) fueron detenidos a punta de pistola y los conductores forzados a descargar la ayuda, y se desconoce dónde se hallan actualmente. Al menos 11 llegaron a su destino, en un almacén en el centro de la Franja.
La UNRWA reprochó a las autoridades israelíes que sigan eludiendo su obligación de facilitar la entrega segura de ayuda a Gaza y de garantizar que se satisfagan las necesidades básicas de su población, tal y como fija el derecho internacional. En esta línea, la agencia de la ONU asegura que esta responsabilidad continúa cuando los camiones entran en la Franja y hasta que los civiles reciben la ayuda. El asalto del sábado se produjo cerca del paso fronterizo de Karem Abu Salem, entre el sur de Israel y Gaza, según señaló Dujarric. Desde principios de año esta es la principal puerta de entrada de la ayuda humanitaria a Gaza y la mayoría de los saqueos tienen lugar en esta zona, pese a estar en la práctica controlada por el ejército israelí.
Las autoridades israelíes han acusado anteriormente a Hamás de saquear la ayuda, pero lo han hecho a menudo sin pruebas fehacientes y la situación en Gaza es más compleja. Agencias humanitarias señalan que la escasez de suministros básicos como resultado de las trabas de Israel ha creado un ambiente de desesperación propicio para que aumenten los saqueos y la especulación, y juzgan que la única forma de revertirlo es enviando mucha más ayuda. Sin embargo, octubre fue el mes en el que menos camiones entraron en la Franja, según datos de la ONU y de Israel, y su flujo cayó sobre un 75% respecto a los máximos alcanzados en abril, cuando ni siquiera se llegó a la mitad de la circulación que había antes de la guerra.
Dujarric declaró asimismo que medidas recientes de Israel, incluida la apertura de un nuevo paso fronterizo en el centro de Gaza, Kissufim, no mejoran la situación debido a los continuos problemas de seguridad. Y la UNRWA, que ya lleva tiempo con dificultades para encontrar a camioneros que acepten recoger bienes humanitarios ante el riesgo de saqueos, alertó de que, sin una intervención inmediata, la escasez de alimentos en Gaza empeorará y pondrá aún más en peligro a los dos millones de personas que dependen de la ayuda para sobrevivir. La situación es especialmente crítica en el norte de Gaza, que permanece asediado por el ejército israelí y donde los expertos consideran posible que se esté sufriendo ya una hambruna.
En un intento de proyectar cierto control, fuentes del Ministerio del Interior gazatí declararon el lunes al canal de televisión Al Aqsa, controlado por Hamás, que fuerzas de seguridad, en cooperación con comités tribales, mataron a más de 20 personas durante una operación contra bandas implicadas en el saqueo de ayuda humanitaria. También aseguraron que se trata del inicio de una campaña más amplia contra todo aquel involucrado en este tipo de acciones. Y en un aparente intento de evitar causar malestar local, aclararon que el hecho de que algunos miembros de ciertos clanes estén detrás de estos asaltos no dañará la historia de sus familias.
Sin embargo, no está claro que el Ministerio del Interior gazatí tenga la capacidad para hacer frente al desafío. El aumento en la frecuencia y la magnitud de los saqueos en Gaza es en gran parte consecuencia del colapso del orden público provocado por la ofensiva israelí, que ha pulverizado la administración civil de la Franja, incluida la policía y otros funcionarios involucrados en la gestión de ayuda humanitaria. El vacío que han dejado ha sido llenado en parte ahora por grupos del crimen organizado, por lo que agencias humanitarias insisten en que no se podrá incrementar significativamente el flujo de ayuda mientras no se forme en el territorio una nueva fuerza policial, algo que las autoridades israelíes siguen rechazando. El Ministerio del Interior gazatí cuenta con miembros afiliados a Hamás y otros que no lo están.
El surgimiento de bandas con capacidad para perpetrar grandes saqueos como el del pasado sábado también plantea dudas sobre la actuación y las intenciones del ejército israelí, que a efectos prácticos controla todo el territorio. La zona en la que tienen lugar la mayoría de estos incidentes, en el sureste de la Franja, se encuentra incluso cerca de puntos con presencia de tropas israelíes, que en el último año se han mostrado mucho más contundentes a la hora de atacar a agentes del orden público que a frenar bandas criminales. El ejército israelí no ha respondido a las preguntas de EL PAÍS.