Las aseguradoras de salud están en el ojo del huracán. Tres de las mayores del sector —Adeslas, Asisa y DKV— decidieron hace unas semanas no acudir al nuevo convenio de Muface (2025-2026), la mutualidad que presta atención sanitaria a 1,49 millones de funcionarios. Mientras el Gobierno prepara una licitación exprés para tratar de salvar este importante concierto, las compañías de seguros médicos están en plena campaña de renovación de pólizas, con una fuerte tendencia al encarecimiento. En la mayoría de las renovaciones, se están subiendo los precios más del 10%, según confirman varias fuentes de la industria.
En el caso de Muface, el Ministerio de Función Pública proponía un incremento del 17% en el dinero que paga a las compañías de seguros por atender a los asegurados. Un aumento para dos años. Ni aun así logró seducir al sector, que defiende que este modelo está permanentemente infrafinanciado y que una subida así no bastaría para salir de números rojos. Aunque para muchos observadores el aumento de los pagos es escandaloso, lo cierto es que en todo el ramo de las pólizas de salud está habiendo unas subidas muy fuertes.
El máximo directivo de una de las compañías líderes en el seguro sanitario en España explica que “la subida media que estamos aplicando en la renovación de las pólizas va a estar por encima de los dos dígitos, y el resto de compañías igual”. Preguntado por las causas, recuerda que siguen arrastrando los problemas de la inflación de costes —que se disparó en 2022—, la fuerte presión por parte de médicos y grupos hospitalarios para que les paguen más por cada servicio, junto con un aumento de la utilización de los servicios sanitarios.
Aunque en los últimos años ha entrado cada vez más competencia, este tipo de seguros está todavía muy concentrado en pocas manos. Entre las tres mayores aseguradoras (Adeslas, Sanitas y Asisa) controlan el 60% del mercado y entre las cinco mayores están cerca del 75%. Eso les confiere un importante poder a la hora de fijar precios, tanto con clientes como con proveedores. Entre estos últimos, hay una gran diferencia según su tipología. Cuando se trata de servicios hospitalarios (cirugías, ingresos, pruebas especializadas…), también hay algunos grupos muy poderosos, como Quirón, Vithas o HM Hospitales. Además, Sanitas o Asisa también tiene sus propios hospitales.
Ahora bien, en el caso de los médicos autónomos que están en el cuadro de las aseguradoras, la relación está más descompensada. Ignacio Guerrero, presidente de la Unión médica Profesional (Unipromel), denuncia que “la relación contractual con las compañías es muy precaria de cara al médico autónomo, porque puede ser expulsado del cuadro médico con un simple burofax como preaviso de 60 días”. También recuerda que el pago con consulta es “de menos de 20 euros, a los que hay que descontar diversos gastos e impuestos, con lo que al profesional le quedan apenas 10 euros, que es una cifra ridícula”. La situación es tan tensa que la Comisión Nacional de la Competencia y los Mercados (CNMC) ha recibido un aluvión de quejas de médicos por la presión sobre las tarifas que sufren desde las aseguradoras. De hecho, las compañías de seguros calculan que en el caso de la propuesta de mejora en las primas que les paga Muface, la mitad se la tendrían que pasar a los médicos y hospitales.
Pablo Pareles, director de operaciones de la correduría de seguros Roams, explica que en las últimas semanas “estamos teniendo un aluvión enorme de consultas de seguros médicos, en buena medida por la cuestión de Muface”. Las tarificaciones que están ofreciendo a sus clientes son siempre con importantes subidas. “En los seguros más básicos, el incremento medio está en el 8%, mientras que en el seguro médico más completo, ya sea con copago o sin copago, vemos subidas del 10% o incluso más”. El experto relata que hace unos años, cuando una persona tenía una renovación con un aumento muy fuerte, podía buscar otro seguro más barato “pero es que ahora ya ninguna compañía ofrece pólizas muy bajas”. En las renovaciones de clientes que hacen un uso intensivo de su seguro de salud, se están viendo subidas de precios de más del 20%.
Los datos con los que trabaja el comparador de seguros Rastreator van en la misma línea. Han detectado incrementos en los seguros de salud de entre el 9% y el 10%. En los seguros básicos con copago, el coste medio anual ha subido hasta 652 euros. “Los principales actores llevan meses insistiendo en que este producto no cubre costes”, apuntan desde la firma, donde estiman que los precios seguirán subiendo en 2025.
Desde la pandemia, la utilización de los seguros de salud ha cambiado mucho. Antes había clientes que los utilizaban solo como último recurso: para ir a Urgencias que no estuvieran muy colapsadas, o para ciertas pruebas médicas. Ahora, casi todos los que lo tienen contratado una póliza de este tipo hacen uso de ella, lo que ha hecho que la siniestralidad haya aumentado mucho, y que cada vez sean menos rentables para el sector.
En España ya hay 12,4 millones de personas que disponen de un seguro de salud privado, con un precio que no ha dejado de subir en los últimos años. Si en 2015 se pagaba de media 650 euros anuales, en 2024 la cifra ascendió a 950 euros y se podría llegar a los 1.100 euros el año que viene. Un aumento que preocupa mucho a los funcionarios que hasta ahora tenían Muface y podían elegir cada año si preferían sanidad pública o privada.