Los bancos preparan las estrategias para blindar sus cuentas en un escenario de tipos más bajos. Ese el objetivo del plan estratégico presentado por CaixaBank para 2027 con el que busca potenciar el crecimiento del negocio a través del aumento de los ingresos por comisiones y la estabilidad del margen de intereses. Tras la presentación, llega el turno de que inversores y analistas le pongan nota. Después de que sus acciones marcaran máximos el pasado 4 noviembre, los inversores han acelerado la recogida de beneficios en un escenario en el que cobra fuerza la posibilidad de que el BCE acelera la rebaja de tipos para evitar que la economía de la zona euro se congele. Aunque la entidad cede hoy un 5%, CaixaBank acumula una revalorización del 46,4% en al año, el tercer valor más alcista del Ibex 35.
Aunque los analistas se muestran positivos respecto a las propuestas anunciadas por la entidad, los expertos consideran que los objetivos de capital están ahora menos claros. Los analistas de Morgan Stanley consideran que el plan es sólido en términos generales, pero que la política de remuneración al accionista se sitúa ligeramente por debajo de las estimaciones. De acuerdo a lo señalado por la entidad, CaixaBank espera ahora repartir entre el 50% y el 60% del beneficio, algo que contrasta con su estimación anterior de un pay out del 60%. Siguiendo la idea de que todo el capital que exceda el 12,5% en la ratio CET1 se repartirá, los analistas de Morgan Stanley calculan que la capacidad de distribución acumulada excedería los 14.000 millones de euros. Los analistas del banco estadounidense reiteran la recomendación de sobreponderar y mantienen sin cambios su precio objetivo en los 6,5 euros, superior a los 6,3 euros del consenso de Bloomberg. Desde los niveles actuales, la entidad podría avanzar un 18,8% más. Desde Morgan Stanley destacan el objetivo de elevar la rentabilidad (ROTE) por encima del 16% para 2027, superior a la estimación del 13,5% de la firma estadounidense.
En la misma línea se mueven los analistas de KBW. El banco de inversión con sede en Nueva York considera que el plan de CaixaBank cumple en gran medida con las expectativas y que muestra un mayor enfoque en el crecimientos. Los analistas destacan que el objetivo de ROTE es mejor de lo esperado y confirma la baja sensibilidad de CaixaBank a los tipos. Esto es especialmente importante en un contexto en el que el mercado espera que la reducción del precio del dinero se acelere. El consenso del mercado venía reiterando que un escenario de tasas más bajas alteraba el equilibrio entre los ingresos que obtienen por bancos por los préstamos y el que pagan por los depósitos. En sintonía con lo apuntado por los analistas de Morgan Stanley, desde KBW remarcan que los objetivos de distribución de capital son menos claros. A diferencia de la estrategia anterior que establecía un pay out del 60%, ahora lo fijan en la horquilla del 50-60%. Los analistas del banco estadounidense reiteran su recomendación de sobreponderar y establecen como precio objetivo los 6,78 euros. En KBW consideran que podría llevar algún tiempo para que el mercado digiera completamente la presentación.
Entre los más optimistas están los analistas de Citi que reiteran su recomendación de compra y un precio objetivo de 6,8 euros. “Como se esperaba ampliamente, CaixaBank ha elevado el umbral para la distribución de capital”, remarcan desde la entidad. Los analistas restan importancia a las caídas en Bolsa de las últimas jornadas porque el banco ha superado al índices europeo en los últimos tres meses. En Citi opinan que la propuesta de CaixaBank para blindarse de la rebaja de tipos es “sensata y en líneas generales está en línea con las expectativas”. Entre los principales riesgos a medio plazo los analistas destacan una recuperación débil del PIB, un aumento de los préstamos dudosos y de las provisiones superior a lo esperado, riesgos políticos que afecten a los beneficios e incrementen sustancialmente el coste de capital y riesgos fiscales y de ligios hipotecarios. El Gobierno está en negociaciones con las diferentes formaciones políticas para sacar adelante los presupuestos de 2025 y el impuesto a los bancos, las energéticas y las socimis es uno de los puntos que más fricción está generando. Hacienda ha logrado un acuerdo con ERC, Bildu y el BNG para aprobar un nuevo tributo a las entidades financieras.