El ejército ucranio ha cruzado de nuevo una línea roja del Kremlin al disparar misiles ATACMS norteamericanos en la región fronteriza de Briansk, situada a algo menos de 400 kilómetros al suroeste de Moscú. Según el Ministerio de Defensa ucranio (que no precisa que haya empleado ese tipo de armamento de largo alcance), su ataque alcanzó una instalación militar rusa. Según el Ministerio de Defensa ruso, cinco misiles fueron interceptados y otro dañado. Esta es la primera vez que trasciende que Kiev emplea misiles de largo alcance occidentales para golpear dentro de territorio ruso, una línea que el Kremlin remarcó como el Rubicón para dar por hecha la implicación de Estados Unidos en la guerra.
“Hoy, a las 3.25 de la noche, el enemigo atacó una instalación en la región de Briansk. Según los datos confirmados, utilizaron misiles tácticos operativos ATACMS de fabricación estadounidense”, ha anunciado el Ministerio de Defensa ruso a través de un comunicado. “Los fragmentos [del cohete dañado] cayeron en el perímetro de una instalación militar y provocaron un incendio que fue rápidamente extinguido. No hay víctimas ni daños”, ha asegurado Moscú.
La agencia de noticias ucrania RBC-Ukraine cita una fuente del ejército ucranio que asegura que esos misiles se han usado por primera vez para atacar territorio ruso, en concreto en una instalación militar de Briansk, y que han alcanzado su objetivo.
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