¿Cuántas peticiones de entradas le han llegado a Feliciano López (Toledo, 43 años) durante el último mes? “Me han pedido millones. Todas las que no tengo… Esto supera cualquier expectativa y, a la vez, te hace darte cuenta de la grandeza de este deportista. Lo de Rafa es una locura”. El toledano, retirado desde el curso pasado y director de la fase final de esta Copa Davis, es el encargado de que todo salga bien a lo largo de esta semana en la que el mundo del deporte enfocará a Málaga y, sobre todo, abrazará a Rafael Nadal, el mito de la tierra batida, su amigo, el campeón que se despedirá definitivamente de las pistas.
Pregunta. ¿Cuánto va a echarle de menos? ¿Se le remueve algo por dentro?
Respuesta. Buf, mucho. Como aficionado al tenis, mucho. Creo que él ha conseguido emocionar a la gente de una forma distinta, como ningún otro. No creo que vaya a haber nunca nadie como él. Lo que Rafa ha conseguido jugando al tenis es muy difícil; llegar a tanta gente y tan diversa es muy complicado; que haciendo lo que hace, que al final consiste en golpear a una pelota, pese a que él lo haga de forma extraordinaria, tiene mucho mérito. Ha llegado a mayores y jóvenes, a personas de diferentes formas de pensar y culturas distintas. Él ha trascendido mucho más allá del deporte. Seguramente mucha gente ahora se quede desinflada, porque muchos empezaron a ver el tenis gracias a él; hay gente que no había visto un partido en su vida y que un día le vio jugar y sintió algo diferente, y a partir de ahí se quedó pegada durante más de 15 años al televisor. Eso es Rafa. Eso no se va a volver a vivir. Aquellos que siguen este deporte desde siempre dirán, ‘bueno, no tenemos a Rafa, pero esto sigue’, y habrá otros que dirán, ‘yo ya no veo más tenis porque nadie me emociona como él’.
P. Además de la amistad, usted ha sido un profundo admirador.
R. Como amigo, tengo la suerte de haber convivido con él y de haber visto muchas cosas buenas que le han pasado. Tengo un montón de recuerdos y no puedo más que estar agradecido por todo lo que he podido vivir junto a él y por lo que he visto. Es lógico que la gente ahora esté triste, pero, por otro lado, podemos darle la vuelta y pensar en todos esos años que hemos disfrutado con él. Yo lo veo más así.
P. Nadal ha sido un generador de energías, un volcán. Para alguien que no haya podido hacerlo y se haga una idea, ¿qué suscitaba verle jugar en directo?
R. Si hay algo que define a Rafa es eso, emoción y pasión, el saber que siempre va a dar todo lo que tiene y que más allá de cómo vayan las cosas, siempre iba a estar ahí. Solo con su personalidad y su presencia ha conseguido emocionar a mucha gente, y eso es lo que le sitúa por encima de otros grandes tenistas de la historia. Creo que él y Federer han tenido esa capacidad, y por eso están arriba del todo; han llegado al aficionado, cada uno con su estilo.
Muchos se quedaron pegados a la tele durante más de 15 años. Eso es Rafa. Ha trascendido el deporte
P. ¿Cree que él ha ganado la batalla afectiva?
R. En mi opinión, sí, por el hecho de su forma de luchar y de no rendirse nunca. Él ha sido un luchador y Federer ha tenido esa elegancia, cada uno ha llegado a la gente de una forma. Entre ambos han puesto el tenis a otro nivel, pero personalmente, yo no he vivido emociones como las que me ha despertado Rafa con ningún otro jugador.
P. ¿Qué simboliza Nadal para el deporte, más allá del tenis?
R. Lo simboliza todo. Hay una serie de atletas, que están en un selecto grupo, por los que millones de personas se dedican a un deporte o que en un momento dado, son capaces de transformar ese deporte. Consiguen llegar a sitios donde otros no llegan, y Rafa y Federer, juntos, han elevado el tenis a un nivel que nunca había alcanzado. Borg y McEnroe lo situaron en un escenario que nunca había estado, porque hasta entonces nunca había llegado a ser un deporte verdaderamente popular; después, Sampras y Agassi tal vez no alcanzaron esa magnitud, pero sí que plantearon una rivalidad muy bonita; y luego llegaron estos dos y se pudo ver algo que no se había visto hasta ese momento. Rafa simboliza un cambio histórico, y eso solo está al alcance de muy pocos. Nadal y Federer han cambiado la historia del tenis.
P. Usted tiene una relación estrecha con él. ¿Qué virtud destacaría del Nadal humano, más allá de lo deportivo?
R. Su energía, es inagotable. También su pasión, y a mí me gusta este tipo de gente, la que vive las cosas de una manera apasionada. Él lo vive todo así, de una forma apasionada, y eso se contagia. Su energía es brutal. Además, creo que también tiene mucha inteligencia emocional, porque tiene la capacidad para interpretar las situaciones fuera de lo normal, es una cabeza privilegiada en general.
P. También, más allá de lo que pueda parecer, es un hombre tímido.
R. Sí lo es, sí. Ahora menos, pero cuando era más pequeño, era muy tímido. Hasta que no te conoce un poco y coge confianza, es un tío tímido de entrada. La vida que ha tenido le ha hecho ir poco a poco quitándose esa timidez, pero inicialmente es tímido.
P. ¿Qué queda de aquel niño? ¿Cómo ha evolucionado?
R. Creo que ha cambiado muy poco. Sigue con la misma energía y pasión de siempre por todo, con esa forma de ser. Sigue recordándome mucho al Rafa niño que conocí en su día; obviamente, con mucha más madurez y experiencia, como cualquier persona que va creciendo, pero sigo percibiendo a esa persona con muchas ganas de hacer cosas y de hacer planes, muy apasionado, poniéndole la máxima atención a lo que hace. En ese sentido, es el mismo que cuando le conocí.
Es inagotable, muy apasionado en todo lo que hace. Lo vive así, y eso se contagia. Su energía es brutal
P. ¿Sigue siendo tan picón?
R. Sí, sí. Le encanta ganar a todo, pero eso es algo que a mí me gusta de la gente. Va a jugar al golf y compite de principio a fin, muy motivado, y eso es muy bonito. Yo, por ejemplo, cuando juego a otro deporte me gusta competir y ganar, porque al final es una salsa que necesitas en la vida. Cuando has estado tantos años compitiendo en un deporte como el tenis profesional, necesitas esa mentalidad para mantenerte un poco vivo. Ese instinto competitivo se mantiene.
P. En su condición de deportista de élite, ¿qué ha aprendido usted de él?
R. Sobre todo, diría dos cosas: la capacidad para perdonarse los errores en la pista y para aceptar que las cosas no siempre salen como uno quiere, y eso es muy difícil en un deporte individual, y luego su capacidad para seguir mejorando a lo largo del tiempo. Rafa ha sido el que mejor ha aceptado el error y nunca se ha rendido; ha estado siempre dispuesto a mejorar. El Rafa que empezó es completamente diferente al que termina y cuando tú eres tan bueno y alcanzas esos niveles, es muy difícil tener la voluntad de querer seguir mejorando siempre. Para mí eso es admirable.
P. Se ha escrito todo y más sobre Nadal, pero hay quienes piensan que, en el fondo, sigue siendo un desconocido. ¿Se le ha conocido del todo?
R. Yo creo que sí, que se ha mostrado siempre como es él. Obviamente, cuando eres una persona mundialmente conocida siempre debes tener mucho cuidado con todo lo que dices o haces porque, al final, cualquier cosa se magnifica de una manera brutal. Si hay algo por lo que Rafa es tan conocido y tan querido, por lo que ha triunfado tanto, es precisamente esa capacidad para mostrarse tal y como es, ser un tío cercano y humilde. Se ha expresado siempre de forma natural.
P. En una entrevista con este periódico, en 2017, Carlos Moyà decía que también hay “antinadales”. ¿Lo percibe uste así?
R. Si hay alguien que ha generado consenso y unión, que ha puesto a todo el mundo de acuerdo, ese es Rafa. Pero obviamente, en este país y en el mundo en general, siempre tiene que haber alguno que saque los pies del tiesto. Sinceramente, creo que deben ser muy poquitos. Yo apenas he conocido antinadales en mi vida, la verdad, pero seguro que habrá alguno por ahí. Cuando tú eres una persona cercana, correcta y educada, el tiempo va a hacer que tengas a mucha más gente a favor que en contra. Rafa ha sido una persona que ha unido, más que otra cosa.
P. Desde este ángulo, el del periodismo, ha sido un personaje que ha dado de sí a la hora de expresarse, no ha rehuido contestar.
R. Eso es. Creo que, desde el respeto y la educación, todos podemos tener una opinión; mientras sea de esa forma, creo que se puede hablar sobre cualquier tema. Yo creo firmemente en eso, y si él lo ha creído así, me parece perfecto.
P. ¿Hasta qué punto ha podido dañar su imagen el vínculo que ha establecido con Arabia Saudí?
R. Sinceramente, no lo creo. Al final, no podemos vivir siempre pensando en qué opina todo el mundo ni pretender que a todo el mundo le guste lo que haces. Insisto, si haces las cosas con respeto nadie tiene por qué molestarse, y si tú actúas de esa misma manera en la vida, creyendo que no estás haciendo nada malo, no tienes por qué sentirte mal. No puedes estar siempre pensando en hacer las cosas en base a lo que puedan pensar los demás y, ahora hablo por mí, creo que debes actuar siempre en base a tus convicciones y tus ideas, a lo que crees, siempre y cuando no estés haciéndole el mal a nadie. No creo que porque Rafa sea embajador de Arabia y colabore con ellos para promover el tenis en esa parte del mundo, esté haciendo muy distinto. El tenis ha entrado allí: se han celebrado unas WTA Finals [Copa de Maestras], las Next Gen [de las promesas], ha habido una exhibición, va a haber posiblemente un Masters 1000 dentro de un tiempo… Al final, es un país que está intentando abrirse al mundo por medio del deporte, y el nexo con el tenis existe desde hace años. No creo que esto haya perjudicado a su imagen, pero es mi opinión.
¿Arabia Saudí? En la vida no puedes hacer las cosas en base a lo que puedan pensar de ti los demás
P. A mucha gente le ha decepcionado esa maniobra.
R. La gente que opina muchas veces no dispone de la información real. La gente puede pensar lo que quiera… porque, al final, hagas lo que hagas habrá personas a las que le guste y otras a la que no.
P. ¿Cómo ha manejado todo este proceso de aceptar que esto se acaba?
R. Este último año no he visto mucho a Rafa ni he hablado demasiado con él en ese sentido, pero me imagino que habrá sido muy duro después de lo que pasó en 2022. Ahí estaba jugando no sé si su mejor tenis, pero sí cerca, y había ganado dos Grand Slams y había hecho semifinales en Wimbledon, pero de repente se lesiona y a partir de ahí, prácticamente todos sus planes se han visto truncados. Me imagino que habrá sido duro, sobre todo después de la operación [en junio del año pasado], el empezar desde cero, con un plan para llegar bien a la gira de tierra… Y ves que no te va saliendo nada. Retirarse nunca es fácil, nunca, nunca. Hay mil ejemplos de gente que se ha retirado de una forma muy distinta a la que imaginábamos. Dentro de lo que cabe y a pesar de por todo lo que ha pasado, creo que es muy bonito que pueda hacerlo en España y en una competición que para él ha sido muy especial; Sevilla fue el primer punto de inflexión importante en su carrera [la Davis ganada por España frente a Estados Unidos en 2004] y ahora, 20 años después, cierra el círculo jugando la misma competición, en su país y con un amigo como David [Ferrer] en el banquillo. Seguramente le hubiera gustado que este año hubiera sido diferente, pero, al final, las cosas no siempre salen como las planeas y la vida sucede como sucede, así que ha que adaptarse.
P. Alcaraz dice que, en esta ocasión, la despedida está por encima de la competición. ¿Lo comparte?
R. Le entiendo, porque el gran acontecimiento deportivo de los últimos tiempos, y no solo aquí, sino en todo el mundo, es este. Entonces, por ese lado le entiendo perfectamente a Carlitos; la retirada de Rafa Nadal eclipsa a cualquier otro evento. Por otro lado, está la competición y creo que España, con el equipo que hay, tiene serias posibilidades de hacerlo bien. Hay que encontrar el equilibrio entre lo que significa una ocasión única y competir de la mejor forma posible, porque levantar la Ensaladera sería impresionante.
P. ¿Qué visualiza?
R. Visualizo días muy emocionantes y, al mismo tiempo, mucha incertidumbre porque no sabemos cuándo va a ser ese día; va a depender todo de los resultados de España. Está todo planeado y organizado, así que estamos tranquilos, pero ya veremos. Me imagino a todo el estadio llorando, muchas emociones. Pero va a salir todo bien. Todo el mundo quiere volcarse con Rafa y estamos trabajando para que le quede el mejor recuerdo posible, y estoy seguro de que así será. Y a España, obviamente, que le vaya todo lo mejor posible. Si la Davis es emocionante de por sí, añadirle la retirada alguien como él…
P. El tenis se queda cojo, ¿no es así?
R. Estamos ante el final de la mejor generación de la historia del tenis. Nunca habrá otra igual ni vamos a vivir nada parecido a lo que hemos vivido con Rafa, Federer y Djokovic. Si lo piensas bien es surrealista, no tiene ningún sentido que hayan competido así durante tantos años. Tenemos una suerte increíble de que Sinner y Alcaraz hayan aparecido, porque sin ellos hubiera sido una especie de salto al vacío a pesar de que hoy día haya grandísimos tenistas, incluso mejores que los de antes. La realidad es que son tres figuras tan, tan importantes, que dejan un vacío enorme. Es una bendición que hayan llegado Carlos y Sinner.