Varios centros concertados de Escola Pia han decidido avanzar las jornadas de puertas abiertas, que tradicionalmente se celebran en febrero y marzo, justo antes de que se abra el proceso de preinscripción escolar. Las escuelas de Balmes y Sarrià (en Barcelona) y la de Terrassa han anunciado que abrirán sus instalaciones a las familias este sábado -en el caso de la capital catalana- y el 30 de noviembre. La celebración de las puertas abiertas no está regulada y en la web de Educación solo se indica que estas jornadas tienen lugar entre febrero y principios de marzo, pero en todo caso, desde el departamento aclaran que se trata solo de “recomendaciones” porque son las fechas más cercanas a la preinscripción.
El año pasado, la Pia de Sarrià ya optó por experimentar con el adelanto del calendario y organizó una jornada en noviembre. Este año ya son tres centros de la fundación. “En febrero las familias van con prisas y en dos o tres semanas tienen que visitar muchos centros, y la decisión de elegir escuelas hay que tomarla con tranquilidad”, defiende David Gallemí, director de la Escola Pia Balmes. Gallemí asegura que están notando que cada vez las familias empiezan antes a buscar centro, incluso un año antes de lo que les tocaría. De momento, para este sábado asegura que en su centro ya tienen 20 familias apuntadas.
Con todo, el centro concertado admite que avanzar las puertas abiertas, que después se repiten en febrero, también les puede ayudar a captar a más estudiantes, un punto clave en un momento de descenso demográfico y de pérdida de alumnos, que en casos extremos puede significar la pérdida del concierto y de la financiación para estos colegios privados. “Si llegas a más gente tienes la posibilidad de tener más alumnos”, admite el director de la escuela de Balmes, que este año cuenta con unos 18 alumnos en las aulas de I3 (de un máximo de 20).
Las asociaciones de familias de la pública critican que estos centros hayan roto esa especie de pacto no escrito de concentrar las puertas abiertas en febrero y marzo. “Esto solo lo pueden hacer las privadas porque hacen de comerciales y quieren captar clientes en un momento en que hay cada vez menos alumnos”, afea Lidon Gasull, directora de la Affac (que agrupa las AFA de centros públicos). Gasull ve este avance de las jornadas como “una estrategia para posicionarse en el mercado educativo”, así como “una forma de dar la idea de que esto es un mercado y que las familias tienen que espabilarse”.
Desde la Affac creen que esta decisión “pervierte” el sistema. “Las visitas a las escuelas no deben tener el objetivo de a ver quién vende el mejor producto, en el caso de la pública tendríamos que poder confiar en el sistema. Las puertas abiertas no tendrían que ser la decisión de tu vida y parece que el futuro de tu hijo dependa del centro al que vaya, y los estudios aseguran que no es así”, remata Gasull.