El presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, pronunció la palabra clave, “autocrítica”, durante su larga intervención este viernes en las Cortes autonómicas para explicar su gestión durante la devastadora dana, en la que han perdido la vida más de 200 personas. Pero apenas la desarrolló. El dirigente del PP descargó la responsabilidad de la prevención -fundamental para tratar de minimizar daños y salvar vidas- por arriba (en el Gobierno central) y por abajo (en los ayuntamientos); cayó en numerosas contradicciones y reveló, en más de una ocasión, que 17 días después de la catástrofe todavía no conoce en profundidad cómo funciona el sistema de emergencias o cuáles eran las herramientas de las que disponían para haber alertado a la población. Lo que sigue es un análisis del discurso autoexculpatorio de Mazón, contrastado con la secuencia de avisos que no fueron suficientemente atendidos.
“Los protocolos no funcionaron”. El Cecopi tardó dos horas en ser convocado tras subir el nivel de la emergencia a 2
Mazón descargó buena parte de su responsabilidad en que “los protocolos no funcionaron” y es necesario “revisarlos”. A las 15.01 de la tarde la situación se complica y el centro de coordinación eleva la emergencia a situación 2 por lluvias en la comarca de la Plana de Utiel Requena. Esto implica que se debe constituir el Cecopi, en el que ya tienen que estar todas las administraciones implicadas en la crisis. Pese a haberse declarado esta situación 2 y a que las inundaciones se extienden, la reunión del Cecopi no comenzará hasta dos horas después, a las 17.00. Lo que tampoco no prevén los protocolos actuales es que la máxima autoridad de una región amenazada por un fenómeno natural extremo desaparezca durante cinco horas de los lugares de toma de decisiones -para comer con una periodista a la que ofreció la dirección del canal de televisión autonómico, algo que exige concurso público- o que la consejera responsable de Emergencias, la de Justicia e Interior, Salomé Pradas, desconozca las herramientas de prevención que tiene a su disposición, como el sistema ES Alert. Mazón llegó al Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi), el organismo público que gestionaba la emergencia, con más de dos horas de retraso porque el trayecto desde el restaurante, ha dicho, “no fue fácil, ya que había mucho tráfico”. El aviso de la Agencia Española de Meteorología Aemet era rojo desde las 7.36 de esa mañana. “Rojo”, significa , según recoge el plan Meteoalerta, “riesgo extremo por fenómenos meteorológicos no habituales de intensidad excepcional y con un nivel de riesgo para la población muy alto”. Y riesgo muy alto para la población implica la necesidad de evitar desplazamientos, pero había “mucho tráfico” porque el mensaje que pedía a la población que no cogiera el coche se envió a las 20.11.
“El sistema ES Alert no está previsto en los protocolos”. Una circular de la Generalitat recordaba su disponibilidad y “amplio alcance”
La clave de la polémica en la gestión de la dana ha sido la tardía activación del sistema ES-Alert, un aviso masivo a los móviles de los vecinos de las zonas en riesgo. La Generalitat, a través de Protección Civil, envió ese mensaje, que pedía “evitar cualquier tipo de desplazamiento”, a las 20.11. Para entonces, como han revelado vecinos y alcaldes de los municipios afectados, ya tenían “el agua al cuello”. Muchas personas perdieron la vida o quedaron atrapadas en su vehículo y esa circunstancia complicó posteriormente el acceso de los equipos de respuesta a las zonas afectadas. Mazón ha insistido este viernes en que enviar esa alerta por el riesgo de colapso de la presa de Forata “fue una decisión acertada”, y ha tratado de exculparse sobre el retraso en la alerta masiva – más de 12 horas después del aviso rojo de la Aemet por “lluvias torrenciales”- afirmando que no es obligatorio su envío y que “la única normativa” que contempla ese tipo de avisos es la que hace referencia a “accidentes en industrias químicas o ruptura de presas”. En realidad, una circular de la Generalitat Valenciana sobre “prevención de inundaciones” reza: “Desde este año (2024) está activo el sistema de alerta a la población (ES Alert) mediante la Red de Alerta Nacional, que permite el envío de mensajes a los teléfonos móviles de aquellas situaciones de especial gravedad y que impliquen actuaciones por parte de las personas receptoras. Es un sistema de amplio alcance”. El año pasado, en 2023, ya fue utilizado en la Comunidad de Madrid precisamente por otra dana.
“Faltó información y coordinación”. Los 194 mensajes de la Confederación Hidrográfica del Júcar
Al igual que viene haciendo su partido en los últimos días para descargar la responsabilidad de la gestión de la dana en la vicepresidenta Teresa Ribera, Mazón acusó a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, de someterles a “un apagón informativo de dos horas y media” sobre el barranco del Poyo. La CHJ realiza mediciones con sensores para detectar las crecidas de los cauces en tiempo real, no es, al contrario que la Aemet, un organismo que lance predicciones. Pero en este caso, el 29 de octubre, día en que perdieron la vida más de 200 personas en la provincia de Valencia, envió, a través del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) hasta 194 avisos relacionados con la dana al Centro de Coordinación de Emergencias de la Comunidad Valenciana. Los correos, adelantados por Eldiario.es y a los que ha tenido acceso a EL PAÍS, incluyen alertas sobre el aumento de las lluvias en Chiva, cabecera del barranco de El Poyo causante de buena parte de la catástrofe. Sesenta de esos mensajes fueron enviados mientras Mazón comía y compartía sobremesa con una periodista en un restaurante. No hubo, como sostiene el PP, un “vacío informativo”. A las 16.46, uno de esos mensajes de alerta reza: “Alarma en Chiva de intensa lluvia”. Como explicó en este diario Jorge Olcina, catedrático de Ordenación del Territorio, Climatología y Riesgos Naturales en la Universidad de Alicante, “lo importante siempre es la lluvia, y la intensidad con la que caiga. El aviso hidrológico es complementario; resulta importante para comprobar cómo la lluvia se convierte en caudal y tomar medidas de detalle en las áreas de circulación fluvial, pero en una inundación relámpago no hay apenas margen de aviso”. Si las lluvias son muy intensas -”torrenciales”, preveía la Aemet-, la crecida puede ser muy rápida, especialmente en zonas con un relieve pronunciado como la Rambla del Poyo. Según los expertos consultados por EL PAÍS, desde que el agua pasa por el único sensor existente en este barranco hasta que llega a los municipios de Picaña (a 15 kilómetros) o Paiporta (17 kilómetros) apenas hay entre una hora y poco más de dos horas de margen.