HRW acusa a Israel de “limpieza étnica” en Gaza
La ONG Human Rights Watch (HRW) considera que las autoridades israelíes llevan a cabo una “limpieza étnica” en la franja de Gaza, donde ha provocado un desplazamiento forzado de palestinos “generalizado, injustificado y sistemático”. Denuncia que ha forzado a desplazarse, en muchos casos varias veces, a “casi toda la población” de la Franja y que esos desplazamientos, sin “una justificación militar verosímil”, “más que asegurar la seguridad de los civiles, han causado graves daños”.
HRW ha publicado este jueves un exhaustivo informe de 154 páginas en el que documenta estos delitos que, afirma, constituyen “crímenes de lesa humanidad”. “El desplazamiento forzado es generalizado, sistemático e intencional y forma parte de una política de Estado y constituye un crimen contra la humanidad. Consideramos que estas acciones de las autoridades israelíes equivalen a una limpieza étnica”, ha explicado Nadia Hardman, investigadora de derechos de refugiados y migrantes en HRW, en una rueda de prensa.
Hardman ha enfatizado que el desplazamiento debido a operaciones militares solo se puede justificar si no hay más alternativas. “Israel no puede simplemente basarse en la presencia de miembros de grupos armados palestinos para justificar el desplazamiento de civiles. Israel tendría que demostrar que el desplazamiento de civiles fue en cada caso, su única opción”, ha señalado.
En el documento titulado Desesperados, hambrientos y sitiados: el desplazamiento forzoso de palestinos en Gaza la organización destaca que 1,9 millones de residentes del enclave, el 90% de la población, han sido desplazados.
HRW insta a Estados Unidos, Alemania y otros países a “suspender inmediatamente las transferencias de armas y la asistencia militar a Israel”, y aseguró que quienes continúan proporcionando armas a este país corren el riesgo de ser cómplices de sus delitos. La comunidad internacional, destaca el informe, debería condenar como crímenes de guerra y de lesa humanidad el desplazamiento forzado de la población civil por parte de Israel, y presionarle por medio de sanciones y otras medidas para que ponga fin a esta situación y proteja la vida de los civiles.
Desde que comenzó el conflicto, el 7 de octubre de 2023, más de 43.500 personas han muerto y el 86% de la infraestructura civil ha quedado destruida, según datos del gobierno gazatí que controla el grupo islamista Hamás. Hardman ha señalado que los daños amplios y a menudo permanentes en Gaza “son un intento deliberado de las autoridades israelíes de crear condiciones que harán que el regreso no solo sea difícil sino imposible para muchos palestinos”.
Puede leer aquí un resumen del informe
Puede descargar aquí el informe completo (inglés)