Países Bajos ha devuelto a Indonesia 288 piezas de su patrimonio cultural que fueron incautadas durante la época colonial. Se trata de cuatro estatuas budistas hindúes traídas de Java en el siglo XIX, y 284 objetos como monedas, joyas, textiles y armas, llegados en 1906 tras la guerra contra los gobernantes locales de Bali. Es la segunda vez que el Ministerio neerlandés de Cultura atiende una petición similar del Gobierno indonesio, y el retorno cuenta con el informe favorable del Comisión para las Colecciones Coloniales. Está previsto que los objetos lleguen a su destino a principios de octubre.
Según Eppo Bruins, titular neerlandés de Cultura, “son piezas que nunca debieron haber entrado en Países Bajos”. Durante el periodo colonial “eran frecuentes los saqueos, pillajes y otras formas de pérdida involuntaria de objetos culturales”, ha dicho, para explicar la restitución. Le parece “una cuestión de justicia”. La entrega tuvo lugar el pasado viernes en el Wereldmuseum (Museo de las Culturas del Mundo) de Ámsterdam, que los guardaba en su colección. Las estatuas proceden del templo Singorasi, del siglo XIII. El resto proceden de la colección Puputan Badung, en el sur de Bali. La Comisión neerlandesa estudia ahora el caso de arte sacado de Nigeria e India, y nuevas solicitudes de Indonesia y Sri Lanka.
Francia, Alemania y Bélgica han estudiado sus fondos coloniales y devuelto obras. En 2023, el Consejo de las Artes (Arts Council) de Reino Unido, encargó un informe sobre restitución y repatriación que era una guía para los museos. Si bien abogaba por “la transparencia, colaboración y equidad”, falta una política oficial sobre devoluciones permanentes por parte de centros nacionales. Por su parte, el Ministerio español de Cultura ha impulsado la formación de dos comités de expertos para analizar no tanto las piezas exhibidas en el Museo de América y el de Antropología, como el discurso de estos dos centros de arte. Forma parte de un proceso de “revisión de las colecciones estatales”, en palabras del ministro Ernest Urtasun, pronunciadas el pasado 22 de enero en el Congreso.
En el marco de la política neerlandesa sobre arte colonial de procedencia dudosa, la devolución solo puede producirse si el país en cuestión lo solicita. Luego se examina el origen de los objetos para saber si fueron sustraídos —en este caso de Indonesia— por la fuerza. Con esa información en la mano, y si existe la certeza razonable de que la pérdida fue involuntaria, la Comisión para las Colecciones Coloniales aconseja al Gobierno. Formada por cuatro miembros que permanecen en su puesto un máximo de cuatro años —aunque pueden ser reelegidos por otro periodo similar— son nombrados por el ministro de Cultura. En estos momentos, la presidenta es Lilian Gonçalves-Ho Kang You, una jurista que ha sido consejera de Estado. Sus colegas son dos expertas en ética y estudios de museos, y en historia colonial y mundial. Les acompaña un catedrático de Historia colonial y postcolonial e Historia cultural. En el caso de las 288 piezas, sus recomendaciones han resultado de un estrecho diálogo y cooperación con el Comité Indonesio de Repatriación.
En julio de 2023, Países Bajos ya retornó a Indonesia y Sri Lanka un lote de 478 obras culturales que acabaron injustamente en museo neerlandeses por medio de coacción. En el conjunto figuraba el Tesoro indonesio de Lombok, compuesto de joyas, y la colección Pita Maha, con 132 obras de arte moderno de Bali. Regresó a su vez el cañón esrilanqués de Kandy, decorado en oro, plata y bronce con incrustaciones de rubíes. Su vuelta “rellena la parte que falta del relato histórico nacional”, dijo entonces Hilmar Farid, director general del ministerio de Cultura de Indonesia. Para Lilian Gonçalves-Ho Kang You, comenzaba así “una nueva relación y un futuro compartido”, para rectificar una injusticia histórica, “por medio de consideraciones éticas, y no jurídicas, relacionadas con el pasado colonial”.
El vínculo entre Indonesia y Países Bajos se remonta al siglo XVI, cuando dio comienzo el comercio entre ambos. En 1602 fue fundada la Compañía de las Indias Orientales (VOC, en sus siglas neerlandesas), que dominó la zona hasta el siglo XVIII. Una vez disuelta, las denominadas Indias Orientales Neerlandesas quedaron bajo dominio colonial. Japón ocupó la actual Indonesia en 1942, y después de la Segunda Guerra Mundial, Países Bajos intentó restaurar el control colonial. “Encontró mucha resistencia y siguió una guerra de independencia. En 1949 el Gobierno neerlandés reconoció a Indonesia como república independiente”, según el Archivo Nacional, con sede en La Haya.
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