Objetivo: paralizar el país. Que no circule un solo tren o autobús ni despegue un avión. Los sindicatos alemanes echan el próximo lunes un pulso a las autoridades con una huelga a gran escala que va a obstaculizar los desplazamientos en prácticamente todo el país. El sindicato del sector público, Ver.di, junto con el de los trabajadores ferroviarios, EVG, han convocado paros en los trenes de larga distancia, regionales y en todo el transporte local, además de los aeropuertos, puertos y en las autopistas. Elevan así la presión en la negociación de los convenios colectivos, cuya tercera ronda empieza el mismo lunes. Los sindicatos exigen subidas salariales del 10,5% para contrarrestar la elevada inflación.
La “mega jornada de huelga”, como la definen los sindicatos, llega después de varios paros llamados “de advertencia” que han afectado a guarderías, colegios y hospitales, y al tráfico aéreo, interrumpido en los aeropuertos más importantes del país tres veces desde principios de año. La diferencia con las acciones anteriores es que la convocatoria es nacional y por primera vez la hacen a la vez dos grandes sindicatos. Ver.di representa a más de 2,5 millones de empleados públicos de la Administración federal y las locales (profesores, personal sanitario, de limpieza…) y EVG a 230.000 trabajadores del sector del transporte, incluidos los de Deutsche Bahn (DB), la Renfe alemana.
Los paros empezarán a medianoche, como preludio de la tercera ronda de negociaciones que se celebrará en la ciudad de Potsdam, cerca de la capital. “Se producirán graves retrasos en toda Alemania y el transporte se paralizará completamente” en algunas zonas, aseguran los sindicatos en un comunicado conjunto. Todo el transporte local parará en siete Estados federados del oeste y el sur del país. Los trenes de DB tampoco circularán, según advirtió el director de Recursos Humanos de la compañía, Martin Seiler: “Prevemos que el país se paralice el lunes y que casi no haya tráfico ferroviario”, dijo en una rueda de prensa en la estación central de la capital.
Centenares de vuelos cancelados
El aeropuerto de Fráncfort, el de mayor tráfico aéreo de la Unión Europea, también se verá afectado. La empresa operadora, Fraport, ya ha advertido a los viajeros de que no se desplacen al aeródromo porque se van a suspender todas las operaciones. Había previstos 1.170 despegues y aterrizajes con un total de 160.000 pasajeros. En el resto de aeropuertos comerciales alemanes, excepto el de Berlín, también hay convocados paros.
Los sindicatos justifican la huelga por la falta de avances en las respectivas rondas de negociación colectiva. “Tenemos que ser conscientes de que la patronal sigue ignorando las necesidades de sus empleados”, aseguró el presidente de EVG, Martin Burkert. “No queremos escalar el conflicto. Queremos una oferta sobre la que negociar”, añadió en rueda de prensa el jueves. El líder de Ver.di, Frank Werneke, pronosticó una repercusión “masiva” en todo el sector del transporte porque el ánimo de los trabajadores está alto. Alemania registró una tasa de inflación de 7,9% de media en 2022, un récord en los últimos 70 años. En febrero alcanzó el 8,7% y está por encima de la media europea.
Representantes de distintos sindicatos, entre ellos la Federación Alemana de Funcionarios (DBB), se manifestaron juntos en Berlín el miércoles y el jueves para exigir subidas de sueldo que compensen la inflación. En el mitin final del miércoles, frente al Ministerio del Interior, enumeraron todas las ayudas que el Gobierno de coalición alemán ha dedicado en los últimos tres años, primero a las empresas en dificultades durante la crisis del coronavirus, y después para paliar los elevados precios de la energía. “¿Y qué le queda para el sector público? Es un escándalo y no lo vamos a aceptar”, dijo el orador, en referencia a la última oferta de las Administraciones con las que están negociando, una subida del 5% que además se produciría en dos tramos.
Subidas salariales
Ver.di exige un aumento salarial del 10,5%, con una subida inmediata de un mínimo de 500 euros al mes el primer año. El sindicato ferroviario, que negocia con 50 empresas de transporte en toda Alemania, exige 650 euros más al mes o un 12% de subida a conseguir en 12 meses. “Todos los días se cancelan servicios porque los trenes no circulan por falta de personal”, recordó Burkert. “Esta situación va a seguir agravándose porque las empresas del transporte continuarán perdiendo trabajadores si los sueldos no aumentan de forma significativa ya”.
Los expertos ven en esta convocatoria conjunta de dos de los mayores sindicatos alemanes una demostración de fuerza que podría dar resultados en las negociaciones. “El hecho de que hayan logrado coordinarse de esta manera no solo demuestra su capacidad de acción. También es una increíble demostración de poder frente a la patronal”, señaló el politólogo Wolfgang Schroeder, experto en el movimiento sindical, en el Frankfurter Allgemeine. El paro en los transportes podría ser el mayor de los últimos 30 años, destacó el Süddeutsche Zeitung.
Las empresas afectadas han criticado la convocatoria. “Exagerada, innecesaria y desproporcionada”, dijo de la huelga el portavoz de Deutsche Bahn, cuyos trenes usan cada día más de siete millones de alemanes.
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