Se conocieron de niños, en los años ochenta. Ben Affleck tenía ocho años y Matt Damon, 10. Los dos vivían a unas manzanas de distancia en la ciudad de Cambridge, en Massachusetts (EE UU), y sus madres pensaron que podrían hacer buenas migas. No se equivocaron. A los dos les gustaba el baloncesto y la actuación. Además, terminaron asistiendo al mismo instituto. El momento decisivo, aquel que les convertiría en mejores amigos, fue cuando un chico más mayor fue a pegarle una paliza a Matt Damon. Y Ben Affleck intervino: “Ese fue el gran momento. Se puso en peligro para defenderme. Eso es un buen amigo”, relató el propio Matt Damon, de 52 años, en el programa de Conan O’Brien a finales de 2019.
Ben Affleck, de 50 años, reveló más adelante que nunca hubiese seguido su vocación actoral de no haber conocido a Damon: “De adolescente lo más natural es tener amigos con intereses comunes para encajar. Antes de Matt, yo estaba solo. Actuar era una actividad solitaria, y yo hacía cosas, actuaba en un pequeño programa de televisión o algo así, y nadie lo entendía. Ninguno de los otros niños sabía qué era lo que hacía. De repente hice este amigo, Matt, y lo entendió y quiso probarlo y le gustó y quería hablar todo el tiempo sobre eso. Y de pronto, los dos nos metimos en eso”. Aunque ahora parezca increíble, ni Affleck y Damon fueron “los guays” del instituto, sino “los frikis de teatro”, según contó el hermano de Damon, Kyle, a la revista People en 2002, cuando Ben Affleck fue elegido el hombre más sexy del año.
Si hablamos de relaciones longevas en un mundo tan cambiante como es el de la industria del cine, solemos pensar en romances de larga duración: Goldie Hawn y Kurt Russell, Tom Hanks y Rita Wilson, Meryl Streep y Don Gummer. En inglés, existe una palabra para definir la relación de Matt Damon y Ben Affleck: bromance, que viene del diminutivo bro, o hermano, y de romance. Cuando todavía estaban en sus últimos años de instituto, Damon y Affleck se escapaban los fines de semana a la ciudad de Nueva York a probar suerte en los castings: “Cogíamos el tren. O, a veces, incluso cogíamos el avión, si encontrábamos un vuelo barato. Volar nos costaba unos 20 dólares y podíamos fumar. Los dos fumábamos como idiotas porque pensábamos que eso era lo que realmente hacían los adultos. Era lamentable”, reveló Ben Affleck.
No tardaron en conseguir pequeños roles. En 1992, los dos lograron un papel en la película Colegio privado, protagonizada por el último ganador del Oscar a mejor actor protagonista, Brendan Fraser. Todavía no tenían suficiente dinero. O, mejor dicho, lo tuvieron, pero, según declaró Affleck, pensaron que eran ricos —les pagaron entre 35.000 y 40.000 dólares a cada uno— y lo fundieron todo en un par de meses, alquilando diferentes casas en Los Ángeles: “Alquilamos una casa en Venice Beach y vinieron 800 personas, se quedaron con nosotros y se emborracharon. Luego nos quedamos sin dinero y tuvimos que conseguir un apartamento más pequeño. Todo nos parecía emocionante. Vivimos en Glendale y en Eagle Rock, y vivimos en Hollywood, West Hollywood, Venice Beach, en el Hollywood Bowl… Nos echaron de algunas casas. Y en otras ocasiones teníamos que mudarnos, subiendo o bajando de categoría en función de si teníamos más o menos dinero”.
En un reciente episodio de The Bill Simmons Podcast, los actores han revelado más detalles sobre aquellos inicios, donde su sistema era, según Affleck “todos para uno y uno para todos”: “Nos ayudábamos el uno al otro. Era un poco de ‘tú no vas a estar solo, yo no voy a estar solo y vamos a hacer esto juntos”. En aquella época, no solo compartieron piso, sino también cuenta bancaria, ha desvelado Damon: “En retrospectiva, quizás suena un poco raro, pero mientras uno de nosotros tuviera dinero, sabíamos que no nos cortarían la luz”.
Su código de honor también tenía una serie de reglas, según ha contado Damon: “Teníamos permitido sacar 10 dólares para ir a los recreativos. Con el tiempo, también nos permitimos comprar cervezas, cosa que funcionó regular”. Ben Affleck reflexiona por su parte sobre el espíritu de camaradería, donde no había competencia alguna: “Creo que la actitud nos ayudó de formas que no podíamos haber previsto, siempre sentimos que estábamos juntos en esto. Decía: ‘Oye, me quiero presentar a este papel, pero creo que tú deberías presentarte también”. En 1993 se estrenó la película Gerónimo, una leyenda, un wéstern que recibió una acogida tibia por parte del público y la crítica, pero que situó a Matt Damon en el mapa, compartiendo cartel con actores de la talla de Robert Duvall o Gene Hackman. Cobró 35.000 dólares por la cinta. Los metió en la cuenta común: “Miré a Ben y le dije: ‘¡Vamos sobrados! ¡Tenemos dinero para un año!”.
Durante aquel período, a principios de los noventa, en su casa en el barrio de Eagle Rock, tuvieron tiempo de sentarse y escribir el guion de la película que lo cambiaría todo: El indomable Will Hunting. La cinta se estrenó en 1997. Estaba dirigida por Gus Van Sant y protagonizada por Matt Damon en el papel del joven limpiador Will Hunting y por Robin Williams en el del psicólogo que, tras descubrirse su enorme talento para las matemáticas mientras trabaja limpiando el pasillo de la universidad, le plantea un dilema: alejarse de sus amigos del barrio, entre los que se encuentra Affleck, y su perspectiva de una vida sencilla, o aprovechar sus cualidades para asistir a la universidad. Fue nominada a nueve premios Oscar, se llevó dos: mejor guion original y mejor actor secundario para Williams. Ben Affleck y Matt Damon asistieron a la gala acompañados de sus respectivas madres. Cuando anunciaron que habían ganado el premio a mejor guion original, lo primero que hicieron los dos actores fue abrazarse a ellas. Matt Damon tenía 28 años, Ben Affleck tenía 26. Entre los años en los que compartían cuenta bancaria y su Oscar, los actores ya se habían ganado un humilde hueco en la industria, pero esta película les convirtió en estrellas.
Desde entonces no han vuelto a tener problemas económicos, tampoco a compartir piso ni cuenta corriente. Sí han vuelto a colaborar en proyectos. En 2021 estrenaron El último duelo, protagonizada por Adam Driver y Jodie Comer, además de por ellos mismos. También fue suyo el guion. Continúan siendo amigos. Tras su fastuosa segunda boda con Jennifer Lopez, Ben Affleck se fue de viaje de colegas, cómo no, con Matt Damon.