Cuando Merijn Zeeman (Alkmaar, Países Bajos; 44 años) firmó por Rabobank, en 2013, el banco dejó de patrocinar al equipo por el escándalo del dopaje del caso Armstrong. Una bofetada para el conjunto holandés, que pasaba de rico a pobre de la noche a la mañana. “Fueron tiempos difíciles y pasamos tres años de supervivencia porque había mucha negatividad alrededor nuestro”, admite el director deportivo del Jumbo-Visma, la continuación de ese equipo desgajado. Pero en 2016, cansado de no dar un paso al frente, Zeeman cambió de estrategia. Y ha revolucionado el ciclismo porque ya no existen las carreras de rodaje, las etapas de bandera blanca. Jumbo marca el paso. Lo mismo que intenta Roglic en la Volta a pesar de la tenacidad y efervescencia de Evenepoel, ayer de asueto porque era un día de esprínter, laurel para el hombre bala del Alpecin, el australiano Kaden Grooves, en la foto-finish ante Coquard (Cofidis).
Zeeman practicaba de niño el Speed skater (patinaje de velocidad en pistas sobre hielo). Pero como en verano no había donde entrenarse, se subía a la bicicleta con el equipo, al punto de que el entrenador le vio capacidades para llegar a la élite. No fue así, pero el mosquito de las dos ruedas ya le había picado y, estudiando ciencias de la educación física en la universidad, un amigo que tenía un equipo de jóvenes talentos ciclistas le ofreció la dirección. Tenía 22 años, aceptó y pronto vio que algo fallaba. “No había entrenadores, preparadores ni nutricionistas. Incluso años después, en 2000, aún te subías a la bici y competías”, dice. Evolucionó en su idea y en 2013 llegó al Rabobank.
En 2016 decidió cambiar las tornas. “El primer paso y el más importante fue sentarse con toda la gente del equipo, 70 u 80 personas, y discutir las cosas para cambiar nuestra cultura y forma de trabajar”, explica. Para ello tomó como referencia el Sky porque, consideraba, tenía una estructura mucho mejor. “Pero también nos fijamos en otros deportes. En los All Blacks de rugby y en el fútbol. Nos comparamos y vimos que había una gran diferencia en la forma de entrenar, en la nutrición, en la dirección deportiva, en las tácticas y en la estructura. Fuimos honestos y aceptamos que no habíamos trabajado en la buena dirección”, ahonda. También habló con entrenadores de natación, con el seleccionador de Speed skater y con su amigo Erik ten Hag, técnico del Manchester United. Esa relación le llevó a recibir hace unos meses una oferta del Twente de la Eredivisie. “Ahora no era para mí. En el futuro nunca se sabe”, desliza.
Equipo que siempre está a la última en tecnología y nutrición, también exprime a los corredores porque para Zeeman a las carreras se va a ganar. Y para eso, desde diciembre, ya tiene preparado el calendario de todos los ciclistas para el siguiente curso, incluidas cinco concentraciones en altura por curso. “No puede ser tan solo carrera, carrera y carrera. Necesitas tiempo para aprender y mejorar. Si tan solo te dedicas a correr es muy difícil que puedas cambiar lo que necesitas”, aclara; “y si quieres trabajar en este equipo debes estar abierto a mejorar, pero no forzamos a nadie a cosas concretas en nutrición, entrenamiento, dirección o estrategia”. No les ha ido mal, ganador del último Tour con Vingegaard, también con Roglic en sus filas, triple vencedor de la Vuelta. Queda por ver si también lo es de la Volta.
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