España tendrá algo importante que decir en la digestión de la toma de Credit Suisse por UBS. El primero había hecho de la oficina de Madrid uno de sus centros en la UE, mientras que el segundo tiene una presencia mucho más limitada en el mercado español. Algo que queda ahora en el aire.
Credit Suisse apostó fuerte por España tras el Brexit. Opera con licencia del Banco de España desde 2020 y desde entonces la oficina de la calle Ayala de Madrid pilota la operativa del banco en seis países, además de España: Francia, Portugal, Italia, Países Bajos y Suecia. Cuenta con unos 400 empleados, de los cuales 150 se dedican a la banca de inversión y el resto a banca privada.
En ese contexto, el banco suizo sorprendió al mercado el pasado verano con un fichaje de postín, el de Nacho Moreno, hasta ese momento responsable de Barclays en España, para comandar su banca de inversión. El objetivo es llevar al banco al top cinco entre los bancos de inversión en España. El fichaje provocó la marcha del hasta entonces consejero delegado de la entidad en España, Wenceslao Buge, junto a parte de su equipo.
La rápida resolución del banco ha congelado este proceso. El papel de España en UBS es mucho más reducido, más desde que vendió en 2021 su negocio de banca privada en España a Singular Bank. Esto le obliga a vender la parte adquirida a Credit Suisse o abonar una penalización. En cuanto a la banca de inversión, tiene un equipo mucho más pequeño, de apenas una decena de profesionales y muy especializado en operaciones de fibra óptica. Ha asesorado en las ventas de Reintel, Adamo u Onivia.
A simple vista, los negocios de banca de inversión de ambas entidades en España parecen complementarias. De acuerdo a las tablas de Dealogic, la suma de las dos entidades hubiese sumado 60 millones en comisiones en 2022 y 66 millones en 2021, suficientes para colocarse terceros en el ranking del año pasado y octavos en el del año anterior. Está en línea con los objetivos que tenía Credit Suisse en solitario en España.
No obstante, UBS ya ha indicado que revisará el negocio de banca de inversión de Credit Suisse y planea despidos y ajustes. El negocio en España no abarca la parte más intensiva en capital (derivados y coberturas), lo que puede sugerir que se salve de la quema.
UBS no cuenta actualmente con un responsable para su negocio en España, toda vez que su anterior cabeza en el país, Pablo Diaz Mejías, abandonó el banco en el pasado verano. Todo el proceso de integración de equipos será pilotado por un español, Javier Oficialdegui, que fue la mano derecha de Andrea Orcel y desde 2019 es el responsable de clientes corporativos de la región EMEA (Europa, Oriente Medio y África).
El gran dueño de la Bolsa
El rescate de Credit Suisse tiene, por otra parte, una gran repercusión en la Bolsa española. UBS y Credit Suisse eran, por separado, los dos mayores accionistas de Six, el operador de las Bolsas suiza y española, por lo que UBS pasa así a convertirse en el accionista de control de BME. Según el folleto de la opa lanzada por Six sobre BME en noviembre de 2019, UBS controla el 17,31% del operador bursátil, seguido por Credit Suisse con un 14,68%. Su fusión implica así el control del 32% del capital de Six y, por ende, del gestor de la Bolsa española.
Un paquete que abre la puerta a que el nuevo gigante bancario suizo pueda hacer caja con parte de su participación en Six, algo que ya se especulaba en el mercado desde el pasado mes octubre, cuando comenzaron las dudas sobre la solvencia de Credit Suisse, y que podría permitir reforzar la españolidad de la Bolsa de Madrid gracias a a que los accionistas españoles de Six disponen del mismo derecho de tanteo que los bancos suizos en el operador de las Bolsas suiza y española.
Los bancos helvéticos, que lideran el accionariado de Six, seguidos por otras firmas suizas como Raiffeisen Schweiz Genossenschaft (5,5%), Zürcher Kantonalbank (3,3%) y Julius Bär (3,19%), disponen de un derecho de tanteo preferente para poder adquirir acciones de Six sobre los inversores que carezcan de pasaporte suizo –las entidades extranjeras controlan un 15% del capital–. Si bien, el Gobierno español impuso entre las condiciones para aceptar la opa suiza sobre BME que los miembros del mercado español tuvieran el mismo estatus que los helvéticos. Es decir, los miembros y participantes de las infraestructuras de BME cuentan con igual posibilidad que los bancos suizos de elevar su participación en Six adquiriendo títulos de los actuales accionistas.
El Gobierno también impuso, entre otras condiciones, que en caso de que Six se convierta en cotizada en un futuro tenga que hacerlo a través de un dual listing tanto en la Bolsa suiza como en la española. Y que la Bolsa suiza ofrezca la posibilidad de cotizar en la Bolsa española a emisores extranjeros de fuera de la Unión Europea.
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