Fue el secreto mejor guardado. Un golpe de efecto que se decidió la semana pasada según fuentes conocedoras de la decisión y que sorprendió no solo a Alberto Núñez Feijóo, que acusó a Pedro Sánchez de intentar “dinamitar” su debate de investidura. Los diputados y senadores del PSOE tampoco estaban sobre aviso de que Óscar Puente (Valladolid, 54 años) intervendría en la sesión de investidura del candidato popular en lugar del líder de su partido: en la reunión que celebraron a las 10.30 no se les informó de la elección del exalcalde de Valladolid, uno de los grandes damnificados de los pactos del PP con Vox el 28-M, como portavoz en la réplica a Feijóo. “Pierdan toda esperanza de quebrar a este PSOE que tanto les molesta. No pierdan el tiempo buscando disidentes o traidores paseándolos por las tertulias, ninguno de ellos es ya representativo de este PSOE. Este PSOE se blindó de injerencias externas y no es de los dirigentes, es de sus militantes y, por tanto, del pueblo”, instó Puente al PP en una intervención que desencadenó el entusiasmo en los escaños socialistas y puso en pie a sus representantes en las Cortes.
Tan solo un puñado de altos cargos de La Moncloa y de Ferraz de la más absoluta confianza del presidente en funciones estaban al tanto de una estrategia que no figuraba en el radar de nadie. Sánchez podía intervenir en cualquier momento del debate parlamentario por su condición de presidente del Ejecutivo, o en lugar de Patxi López durante el turno del grupo parlamentario socialista. Pero declinó hacerlo en lugar de Puente, uno de sus apoyos más entusiastas y desde el primer momento, cuando casi nadie se atrevía, en su regreso a Ferraz en las primarias de mayo de 2017 tras su dimisión como secretario general del PSOE en el convulso comité federal del 1 de octubre de 2016. La previsión es que Sánchez no intervenga en los días que restan de investidura. “Intervendrá en su momento, cuando llegue el tiempo de su investidura”, señalaron fuentes socialistas.
La gran sorpresa de una investidura que había arrancado con el final escrito, con todos los partidos, incluido el PP, dando por hecho el fracaso de Feijóo por la falta de apoyos —cuenta con 172 apoyos (PP, Vox, UPN y Coalición Canaria), los mismos que tenía a finales de agosto cuando recibió el encargo del Rey— recorrió el hemiciclo pasadas las tres y media de la tarde. Fue cuando la presidenta del Congreso, tras un receso de hora y media para el almuerzo tras el discurso del aspirante a la presidencia del Gobierno, pronunció el nombre de Óscar Puente en representación del PSOE. La idea de que fuese él quien defendiese la posición de los socialistas no se tomó al azar: de este modo, los socialistas buscaron concentrar los focos en una de las grandes contradicciones de Feijóo: el respeto a la lista más votada. “Explíqueme señor Feijóo, de ganador a ganador, ¿por qué tiene usted más derecho a ser presidente del Gobierno que yo a alcalde de Valladolid, o Milagros Tolón a ser alcaldesa de Toledo? Explíquemelo a mí y al largo número de alcaldes socialistas que dejaron de serlo pese a ser la lista mas votada”, le espetó el regidor pucelano al candidato del PP.
Feijóo replicó a Puente muy molesto. “No voy a participar en el club de la comedia”, afirmó el candidato del PP en su respuesta al exalcalde de Valladolid. “¿Señor Sánchez, me pedía seis debates y no es capaz de hacer el segundo?”, le espetó. Después llegaron los gritos de “¡cobarde, cobarde!” que diputados de la derecha le dedicaron a Sánchez por su decisión de no intervenir en la sesión.
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